With DeSantis, Miami Cuban Republicans rule their ghetto, but have lost power nationally (+Español)
Miami Cubans for Trump turned out big for Ron DeSantis in his victory over recycled candidate and former Republican governor that turned Democratic congressman Charlie Crist. Not only were Cubans riding on the DeSantis bandwagon this time around, but it seems that other Latino groups also favored the Republican governor. DeSantis beat Crist 59-40 in what was the widest margin in a Florida gubernatorial race since Jeb Bush won by nearly 13 points in 2002. It was also the first time since the days of Jeb Bush that the Republican won a majority of Miami-Dade voters.
According to an NBC News exit poll, DeSantis won 58% of the Latino vote, including 68% of Cuban Americans, 56% of Puerto Ricans, and 53% of all other Latinos combined. It demonstrated that Florida can no longer be considered a swing state. It is now deep red.
DeSantis, who has become a Republican darling across the nation, seems to be eyeing a presidential bid in 2024. And Donald Trump recently announced his intention of seeking the presidency in 2024. A contest between the young upstart, DeSantis, who Trump helped become governor in 2018, and the former president seems like a heavyweight battle worth watching just for the fireworks — Trump has already referred to DeSantis as Ron DeSanctimonious. DeSantis has stayed quiet and has not said anything about his ’24 intentions, but his actions and words point to a real interest in the president’s job. Whatever happens, if it does come to fruition it would be worth the watch just to see them beat each other up. Ron is smarter, Don a better counterpuncher who knows how to manipulate the media. DeSantis’ secret weapon may end up being his wife, Casey, who has a story to tell having beat cancer, and is TV savvy — she was a former news and television show host and knows her way around a camera.
Two years is a long time and anything can happen (including an indictment of Trump), but this would be an interesting matchup of the past versus the possible future of the Republican Party.
All this to say, as was eloquently presented in last week’s reprinted column from Foreign Policy and written by William LeoGrande, that it’s time for Democrats to forget about Florida, a state they’ve coveted for the past 30 years, having only won with Barack Obama and Bill Clinton. As LeoGrande wrote: “There is a silver lining to this dark electoral cloud for Democrats: A deep-red Florida gives them the freedom to reconstruct their Cuba policy based on U.S. foreign-policy interests rather than prognostications about Cuban American voters in Miami-Dade. But the habit of letting domestic politics drive Cuba policy will be hard to break. It has shaped how Democrats approach the issue for 40 years—ever since the 1980s, when Cuban Americans became a significant voting bloc.”
Why Democrats should forget about Florida and focus on Cuba (+Español)
Winning without Florida
For years Florida was considered one of those must-win states in order to get the 270 Electoral College votes needed to win the presidency. As Joe Biden demonstrated in 2020, that is no longer the case. And as such Biden and the Democrats can forget Florida and dedicate their time in trying to fix the U.S.-Cuba issue that saw a turn for the better under Obama only to see it reversed by Trump. The period between Obama’s opening and Trump’s closing was an almost three year period when Cuba saw changes and improvements that portended better things to come. Trump made sure to close that door.
But let me turn to the politics and show you how the Democratic Party nationally can to turn its back on Florida (for now) and still win the presidency. Studying the Electoral College map, I’ve taken every state Biden won in 2020, but took from him Wisconsin (which represents 10 electoral college votes), Michigan (with 16 votes), Pennsylvania ((20 votes), and Georgia (16 votes). Without those four key states, the Democrat ends up with 240 Electoral College votes. They need 270 to win. Therefore, by winning Pennsylvania with 20 and Wisconsin with 10, and losing Michigan and Georgia, the Democrat still wins. There are other formulas, but as one can see the Democrats have more paths to victory than any Republican possibility — even with Florida’s 29 Electoral College votes.
What it means?
I’m back to the Miami Cubans. First, who will they support if it comes to a Trump-DeSantis race for the nomination? According to the FIU poll, Trump takes it by a wide margin. But a poll taken after the DeSantis victory in Florida shows he beats Trump if the election were held today. And Cubans love winners. Actually, who doesn’t? All I can say at this time, we shall see…
One other important factor is the fact that Cuban Republicans in Miami are walking the streets of the city as if they were roosters in a pen full of horny hens. What they have not accounted for is that despite ruling their roost here in Miami, nationally, they’ve lost power — especially if Democrats take the advice of Professor LeoGrande and forget Florida for a while.
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Versión en Español:
Con DeSantis, los cubanos republicanos de Miami gobiernan su gueto, pero han perdido poder a nivel nacional
“Miami Cubans for Trump” resultó grande para Ron DeSantis en su victoria sobre el exgobernador republicano, reciclado demócrata Charlie Crist. No solo los cubanos se subieron al carro de DeSantis esta vez, sino que parece que otros grupos latinos también favorecieron al gobernador republicano. DeSantis venció a Crist 59-40, el margen más amplio en una carrera para gobernador de Florida desde que Jeb Bush ganó por casi 13 puntos en 2002. También fue la primera vez desde los días de Jeb Bush que el republicano ganó la mayoría de los votantes de Miami-Dade.
Según una encuesta de salida de NBC News, DeSantis ganó el 58% del voto latino, incluido el 68% de los cubanoamericanos, el 56% de los puertorriqueños y el 53% de todos los demás latinos. Demostró que Florida ya no puede considerarse un estado indeciso. Ahora es de color rojo intenso.
DeSantis, quien se ha convertido en un favorito republicano en todo el país, parece estar considerando una candidatura presidencial en 2024. Y Donald Trump anunció recientemente su intención de buscar la presidencia en 2024. Una contienda entre el joven advenedizo DeSantis, a quien Trump ayudó a convertirse en gobernador en 2018, y el expresidente parece una batalla de peso pesado que vale la pena ver solo por los fuegos artificiales: Trump ya se ha referido a DeSantis como Ron DeSanctimonious. DeSantis se ha quedado callado y no ha dicho nada sobre sus intenciones para el 2024, pero sus acciones y palabras denotan un interés real por la presidencia. Pase lo que pase, de llegar a ese punto, valdrá la pena verlos golpearse entre sí. Ron es más inteligente, Don un mejor contragolpeador que sabe cómo manipular a los medios. El arma secreta de DeSantis puede terminar siendo su esposa, Casey, quien tiene una historia que contar después de haber vencido al cáncer y es experta en televisión: fue presentadora de programas de televisión y noticias.
Dos años es mucho tiempo y cualquier cosa puede pasar (incluida un proceso legal contra Trump), pero este sería un enfrentamiento interesante entre el pasado y el posible futuro del Partido Republicano.
Todo esto para decir, como se presentó con elocuencia en la columna de Foreign Policy que publicamos la semana pasada escrita por William LeoGrande, que es hora de que los demócratas se olviden de Florida, un estado que han codiciado durante los últimos 30 años, después de haberlo ganado, solo con Barack Obama y Bill Clinton. Como escribió LeoGrande: “Hay un lado positivo en esta oscura nube electoral para los demócratas: una Florida profundamente roja les da la libertad de reconstruir su política hacia Cuba basándose en los intereses de la política exterior de EE. UU. en lugar de pronósticos sobre los votantes cubanoamericanos en Miami-Dade. Pero el hábito de dejar que la política interna impulse la política hacia Cuba será difícil de romper. Ha dado forma a cómo los demócratas han abordado el tema durante 40 años, desde la década de 1980, cuando los cubanoamericanos se convirtieron en un importante bloque de votantes”.
Ganar sin Florida
Durante años, Florida fue considerada uno de esos estados en los que había que ganar para obtener los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar la presidencia. Como demostró Joe Biden en 2020, ese ya no es el caso. Y como tal, Biden y los demócratas pueden olvidarse de Florida y dedicar su tiempo a tratar de solucionar el problema de EE. UU. y Cuba que mejoró bajo Obama solo para ser revertido por Trump. El período entre la apertura de Obama y el cierre de Trump fue un período de casi tres años en los que Cuba vio cambios y mejoras que presagiaban mejores cosas por venir. Trump se aseguró de cerrar esa puerta.
Pero permítanme pasar a la política y mostrarles cómo el Partido Demócrata a nivel nacional puede darle la espalda a Florida (por ahora) y aun así ganar la presidencia. Al estudiar el mapa del Colegio Electoral, tomé todos los estados que ganó Biden en 2020, pero le quité Wisconsin (que representa 10 votos del colegio electoral), Michigan (con 16 votos), Pensilvania ((20 votos) y Georgia (16 votos ). Sin esos cuatro estados clave, el demócrata termina con 240 votos del Colegio Electoral. Necesita 270 para ganar. Por lo tanto, al ganar Pensilvania con 20 y Wisconsin con 10, y perder Michigan y Georgia, el demócrata aún gana. Hay otras fórmulas, pero como se puede ver, los demócratas tienen más caminos hacia la victoria que cualquier posibilidad republicana, incluso con los 29 votos del Colegio Electoral de Florida.
¿Qué significa?
Estoy de vuelta con los cubanos de Miami. Primero, ¿a quién apoyará si se trata de una carrera entre Trump y DeSantis por la nominación? Según la encuesta de FIU, Trump se lo lleva por un amplio margen. Pero una encuesta realizada después de la victoria de DeSantis en Florida, muestra que vence a Trump si las elecciones se celebraran hoy. Y a los cubanos les encantan los ganadores. En realidad, ¿a quién no? Es todo lo que puedo decir en este momento, ya veremos…
Otro factor importante es el hecho de que los republicanos cubanos en Miami andan por las calles de la ciudad como si fueran gallos en un corral lleno de gallinas en celo. Lo que no han tenido en cuenta es que, a pesar de gobernar su gueto aquí en Miami, a nivel nacional, han perdido poder, especialmente si los demócratas siguen el consejo del profesor LeoGrande y se olvidan de Florida por un tiempo.