Nat King Cole en La Habana

Muchas han sido las figuras que han pasado por Cuba y se han quedado impregnadas de ella.

Entre esos grandes del mundo del espectáculo que nos visitó y ¡no una vez!, está Nat King Cole. Fue en tres oportunidades, 1956, 57, 58. Ilusionado por el futuro contrato que tendría en el lujoso cabaret Tropicana, vino a Cuba a ver con sus propios ojos el renombrado lugar, para quedar fascinado por su esplendor y belleza. Lo calificó de “maravilloso y sorprendente”. Ya era un peso pesado, según investigadores, en el jazz, haciendo les aporte al mismo con la introducción de piano, guitarra y bajo; y era él mismo un gran pianista.

La primera vez que vino a La Habana, no se alojo en el Hotel Nacional, había un inconveniente: el color de su piel. Rodney, el conductor del Cabaret, no quería que le pasara lo mismo que le pasó a la otra de la grandes, Josephine Baker cuando se fue a hospedar en ese establecimiento hotelero. Conversó Rodney con el mánager del casino de juego del Hotel Nacional, hombre de Meyer Lansky, quien le aseguró que la próxima vez que Cole volviera a La Habana se alojaría en el Hotel Nacional, como así fue. Lo cuenta Ciro Bianchi en la crónica Nat King Cole en Tropicana, que aparece en su ultimo libro La Habana de Hemingway y otras historias.

La gran noche de su debut en Tropicana fue el 2 de marzo de 1956. Vino acompañado de su esposa y su hija Natalie, un trío y sus técnicos de luces y sonido, y su presentación se insertó en el show Fantasía mexicana, que presentaba el cabaret, todo un espectáculo, lujo junto a otro grande del espectáculo.
Alguien que tuvo la oportunidad de intercambiar con el actor durante en su estancia en La Habana fue el gran chef Gilberto Smith, quien se refiere a su despreocupada elegancia, el corte irreprochable de sus trajes, su amabilidad, su sencillez, su sonrisa perenne. Fumaba mucho y su bebida preferida era el café. Cuenta que con frecuencia él visitaba, antes de sus presentaciones, el restaurante Normandie, donde Smith le preparaba un plato con conejo que era de su agrado. Liebre de mi rancho. He aquí su receta tal como la refirió el chef.

Liebre de mi rancho

4 servicios

ingredientes:

Una liebre o conejo

1 taza de cebolla blanca picadita

5 dientes de ajo

orégano

cilantro

estragón a gusto

jugo de dos naranjas agrías

8 champiñones

120 ml de coñac

120 de champan

2 alcachofas medianas

180 ml de aceite

4 pimientos morrones

1 litro de caldo de gallina o consumé

60g de aceitunas verdes deshuesadas,

340g de papas

120g de zanahoria

pimienta y sal a gusto.

Preparación:

Limpie, lave y marine el conejo con ajo, cebolla, orégano, cilantro, estragón, naranja agria, champiñones, coñac, champán, pimienta y sal, y alcachofas frescas si es posible.

Añádale un poco de aceite por encima a fin que no se oscurezca la carne y manténgala durante dos días en recipiente tapado y colocado en el frío fuerte, pero que no se congele la marinada.

Transcurrido el tiempo, saque el conejo de su adobo, dórelo en aceite y agregue cebolla y un diente de ajo. Añada seguidamente el caldo o consomé, póngalo a hervir hasta que se ablande y añádale entonces de nuevo la marinada.

Póngale champiñones, alcachofas, pimientos, aceitunas, perlas de papa y zanahoria como guarnición, dejando que se impregne bien del sabor del asado.

Sírvala en cazuela de barro.

Angélica María.