Se cierra la brecha entre la esperanza y el pasado en Puerto Rico (+English)
A pocos días de las elecciones a la gobernación de Puerto Rico el próximo martes 5 de enero, se empieza a respirar la posibilidad real de un cambio en la forma de gobernar y administrar los asuntos públicos del país y la construcción de nuevos paradigmas que rompan con los pasados estilos de gobernar y de participación democrática, abriendo el camino a la descolonización mental y a la libre determinación del pueblo puertorriqueño. La Alianza forjada entre el Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño luego de las elecciones del 2020 abre esas posibilidades.
En dos encuestas del periódico El Vocero, la del mes de julio reflejaba que la candidata anexionista y republicana del Partido Nuevo Progresista (PNP) obtendría el 43% de los votos contra el 24 % del candidato por la Alianza, él independentista Juan Dalmau. Sin embargo, en la encuesta del 28 de octubre, la candidata anexionista Jenniffer González obtenía apenas un 31% de la intención del voto y Juan Dalmau por la Alianza un 29% que, considerando los márgenesde error de la muestra, se puede considera un empate técnico.
Este cambio en la tendencia electoral se puede acelerar por situaciones que se vienen desarrollando en los últimos días. Como mencionamos en un artículo anterior, se viene gestando, en un principio lentamente y ahora de forma más masiva, el endoso de figuras políticas que en el pasado fueron lideres importantes del autonomista Partido Popular Democrático (PPD). Habíamos mencionado las declaraciones del excandidato a la Comisaria Residente por el PPD en las elecciones del 2020, Rafael Cox Alomar, quien ha publicado cuatro artículos de opinión en el periódico El Nuevo Dia, donde fue madurando la idea de la irrelevancia de su partido en estas elecciones y la validez del “voto útil”, defendido por ellos en el pasado para enamorar a algunos independentistas a que votaran por el PPD y derrotaran la amenaza anexionista. Ahora en su nueva definición, el “voto útil” sería para que los autonomistas voten por los independentistas y eviten el triunfo de los anexionistas.
A Cox Alomar se une ahora la ingeniera Ingrid Vila, quien fuera Secretaria de la Gobernación (especie de primer ministro) durante la administración del Popular Alejandro García Padilla (2013-2016). En su escrito de opinión del pasado 29 de octubre en el periódico El Nuevo Dia, ella expresaba: “Estos dos partidos (PNP y PPD) apuestan a mantenernos en un país y un gobierno que ya no se sostiene, un gobierno de exclusiones y chanchullos. La gente en la calle va por otro rumbo”. Otra figura destacada es el exsenador (1992-2008) y exsecretario general del PPD, Eduardo Báez Galip, que en su columna de opinión del 31 de octubre, también en el periódico El Nuevo Dia, decía: “Ya voté [por el Partido] Popular y por Juan Dalmau,” añadiendo: “¿Por qué Juan Dalmau para gobernar? Tiene la capacidad, la integridad y fuerza política para proteger de inmediato, lo que por mi edad no podría proteger luego. Además, confió en su garantía, por su comprobada garantía, por su probada estructura moral, de que el asunto del estatus se atenderá en su momento”. Muchos otros se aprestan a provocar un cambio transcendental en la historia política del país.
Otro factor inesperado en la ecuación de estas elecciones ha sido el disparate del humorista norteamericano Tony Hinchcliffe que, en una actividad de campaña del candidato a la presidencia de Estado Unidos, Donald Trump, dijo que “Hay una isla flotante de basura en medio del océano en estos momentos, creo que se llama Puerto Rico”. Esta inesperada manifestación ha provocado una masiva indignación de gran parte de los puertorriqueños, tanto en los que viven en Estados Unido – unos 5 millones – como en los tres millones que viven en Puerto Rico, aflorando una de las contradicciones que el líder nacionalista Don Pedro Albizu Campos llamaba en los años 30 “La Suprema definición: yanqui o puertorriqueño”. Sentimiento que se ha tratado de neutralizar a lo largo de los años por las fuerzas políticas que han gobernado el país.
Este hecho ha provocado que muchos puertorriqueños en Estados Unidos decidan votar por el partido demócrata y su candidata Kamala Harris y otros que ya habían endosado o votado por Donald Trump manifiesten su arrepentimiento. También en Puerto Rico esto tendrá consecuencias para la candidata anexionista y republicana Jenniffer González, ya que ella y el partido republicano de Puerto Rico han asumido una postura de minimizar el hecho y dejarlo como si fuera un exabrupto individual de una persona y no un reflejo racista, anti emigrante y xenofóbico de la política del propio candidato Donald Trump.
Un analista y abogado puertorriqueño, Leo Aldridge, esboza en un artículo publicado el 31 de octubre lo que él llama “Las 5 claves para el triunfo”, refiriéndose a la Alianza. Primero, que los jóvenes salgan a votar masivamente, añado yo, por el desarrollo de la conciencia de los jóvenes a partir del “Verano Caliente del 2019”, cuando se expulsó a un gobernador puertorriqueño de la Fortaleza (Casa del Gobernador) y no menos importante, por las figuras artísticas del país, como el “Conejo Malo”, René Calle Trece, Ricky Martin y otros. Segundo,que esos jóvenes convenzan a sus familiares adultos a que voten por la Alianza. Tercero, que haya un movimiento masivo de militantes del autonomista Partido Popular Democrático de votar por la Alianza. Cuarto, que los partidos de la Alianza logren reclutar suficientes funcionarios del Colegio Electoral para que no se roben las elecciones, riesgo que está presente en esta ocasión. Yquinto, que los miembros de la Alianza acudan este próximo 5 de noviembre a las elecciones con la convicción de que van a ganar y no a quedar en un segundo lugar. Veremos si triunfa la Esperanza o se sigue en lo mismo.
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Translation to English by Rafael Betancourt:
The gap closes between hope and the past in Puerto Rico
Scarcely a few days before the November 5 election for the governorship of Puerto Rico, there is a surge of hope that drives the real possibility of change in the way of governing and administering the political affairs of the nation and the construction of new paradigms that break with past ways of governing and democratic participation, opening the way to mental decolonization and free determination for the Puerto Rican people. The Alliance forged between the Citizenship Victory Movement and the Puerto Rican Independence Pary after the 2020 elections open the way to this possibility.
Two surveys were conducted by the newspaper El Vocero: the one in July indicated that the pro-statehood, Republican, New Progressive Party (PNP) would obtain 43% of the votes, versus 24% for the pro-independence candidate of the Alliance, Juan Dalmau. Nevertheless, in the survey conducted October 28, the candidate for annexionism, Jenniffer González, received barely 31% of the voting intention compared to 29% for the Alliance’s Juan Dalmau, which, considering the margin of error in the sample, can be considered technically a draw.
This change in electoral tendency can be strengthened by events that have been developing in the last few days. As we mentioned in a previous article, there is a growing movement, at first slowly and now more intensively, of endorsement by political figures that in the past were important leaders of the pro-autonomy Popular Democratic Party (PPD). We mentioned the declarations by the PPD ex-candidate for Resident Commissioner in the 2020 elections, Rafael Cox Alomar, who published four opinion columns in the newspaper, El Nuevo Dia, which matured the idea of the irrelevance of his party in these elections and the validity of the “useful vote”, defended by them in the past to enchant some independentistas to vote for the PPD anddefeat the pro-statehood threat. In its new definition, the “useful vote” would be for the autonomistas to vote for the independentistas and avoid the victory of the anexionistas.
Cox Alomar is now joined by the engineer Ingrid Vila, former Secretary of Governance (a sort of prime minister) during the PPD administration of governor Alejandro García Padilla (2013-2016). In her opinion piece of last October 29 in the daily El Nuevo Dia, she wrote: “Both of these parties (PNP and PPD) wager on preserving a country and a government that are unsustainable, a government of exclusion and scams. The people on the street are going in a different direction.” Another notable figure is the former Senator (1992-2008) and former Secretary of the PPD, Eduardo Báez Galip, who said in his opinion column last October 31, also in the newspaper El Nuevo Dia: “I already voted [for the Partido Popular] and for Juan Dalmau,” adding: “Why Juan Dalmau for Governor? Because he has the capacity, the integrity and the political force to protect straightaway what I cannot protect due to my age. Also, I trust in his guarantee, his proven guarantee, his proven moral stature, that the issue of the status [of Puerto Rico] will be considered at the appropriate time.” Many others are also ready to support a transcendental change in the political history of the country.
Another unexpected factor in the equation of these elections was the folly of U.S. comedian Tony Hinchcliffe who, in a campaign rally for the Republican candidate for President of the United States, Donald Trump, said: “There’s a lot going on, like, I don’t know if you know this but there’s literally a floating island of garbage in the middle of the ocean right now. Yeah. I think it’s called Puerto Rico.” This unexpected utterance has provoked the massive indignation of the majority of Puerto Ricans, of those that live in the US – some 5 million – as well as of the 3 million that live in Puerto Rico, bringing to the surface one of the contradictions that the nationalist leader Don Pedro Albizu Campos characterized in the 1930s as “the Supreme definition: Yankee or Puerto Rican”, a sentiment that for years the political forces that have governed the country have tried to silence.
This event has motivated many Puerto Ricans in the U.S. to vote for the Democratic Party and its candidate Kamala Harris and others that had previously endorsed or voted for Donald Trump to express their remorse. This will also have consequences in Puerto Rico for the pro-statehood and Republican candidate Jenniffer González, since she and the Republican Party in Puerto Rico have assumed the posture of minimizing the issue and reducing it to the outburst of an individual and not a reflection of the racist, anti-immigrant and xenophobic policies of the candidate Donald Trump himself.
The Puerto Rican analyst and attorney, Leo Aldridge, lays out in an article published October 31 what he calls “the five keys to the victory,” referring to the Alliance. First, that young people go out to vote massively, and I would add, this is based on the consciousness that young people gained in the “Hot Summer of 2019,” when they drove the Puerto Rican governor out of the Fortaleza (Governor’s Mansion), and no less important, the influence of well-known artists such as “Bad Bunny”, René “Calle Trece”, Ricky Martin and others. Second, that those youngsters convince their adult relatives to vote for the Alliance. Third, that there is a massive movement of supporters of the pro-autonomy Popular Democratic Party to vote for the Alliance. Fourth, that the Alliance parties succeed in recruiting sufficient officials of the Electoral College so that they do not steal the election, a risk always present in a situation such as this. And fifth, that the supporters of the Alliance go out to vote November 5 with the conviction that they are going to win, and not come in second place. We shall see if Hope wins or everything remains the same.