
El costo ambiental de la designación de Cuba como Estado Patrocinador del Terrorismo
Esta designación, junto con el embargo vigente, restringe severamente el acceso de Cuba a la financiación, la tecnología y la colaboración científica internacionales, lo que obstaculiza su capacidad para abordar cuestiones ambientales cruciales.
Un artículo reciente de Vinicius Pereira en The Revelator, una iniciativa de noticias e ideas del Centro para la Diversidad Biológica, detalla el significativo impacto negativo que la designación de Cuba como Estado Patrocinador del Terrorismo por parte de Estados Unidos tiene sobre el medio ambiente de la isla. Si bien la designación tiene motivaciones políticas y está dirigida al gobierno cubano, su principal consecuencia es la severa restricción del acceso de Cuba a la financiación internacional, la tecnología y la colaboración científica, lo que conlleva una disminución de la protección ambiental y una mayor presión sobre los recursos naturales. El informe destaca una “triple crisis” en Cuba: económica, energética y ecosistémica, en la que la designación como Estado Patrocinador del Terrorismo agrava los problemas económicos existentes y obstaculiza directamente las iniciativas ambientales.
El artículo destaca estos hechos:
- La designación como herramienta geopolítica: La fuente argumenta que la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo funciona más como una herramienta para la influencia geopolítica de Estados Unidos contra regímenes no alineados con su política que como un mecanismo eficaz para frenar el terrorismo. Carolina Silva Pedroso declaró: “Esta lista funciona más como una herramienta de influencia geopolítica que como un mecanismo eficaz para frenar el terrorismo”. Esta designación, a pesar de afectar al gobierno, tiene un efecto devastador en el acceso de toda la isla a recursos internacionales vitales para la protección ambiental.
- Relación directa entre la designación y la degradación ambiental: El argumento principal es que la designación de terrorismo, sumada al prolongado embargo estadounidense, restringe severamente la capacidad de Cuba para financiar e implementar programas ambientales. Esto se evidencia en:
- Aumento de los problemas de gestión de basura y desechos: Sergio Jorge Pastrana, director ejecutivo de la Academia de Ciencias de Cuba, atribuye directamente la “mala gestión de los desechos sólidos en La Habana y otras ciudades” a las políticas del gobierno estadounidense. La falta de combustible, consecuencia de las restricciones económicas, impide la prestación de servicios ambientales básicos.
- Disminución de la capacidad para la aplicación de la normativa ambiental: La falta de recursos obstaculiza los esfuerzos para contener la deforestación, la caza furtiva y la sobreexplotación de los recursos naturales.
- Reducción de la Recolección de Residuos: Los datos muestran una disminución significativa en la recolección de residuos en Villa Clara, no debido a una menor cantidad de residuos, sino a que el sistema de recolección ya no puede funcionar correctamente.
Impacto en la Protección de la Biodiversidad: Cuba cuenta con una biodiversidad rica y única, pero el informe indica que la crisis actual plantea amenazas significativas. La falta de recursos y las dificultades económicas empujan a los residentes locales a realizar actividades que dañan el medio ambiente, como guiar turistas a través de ecosistemas frágiles y cazar durante temporadas restringidas. El artículo menciona específicamente al zunzuncito y almiquí como especies endémicas que enfrentan mayores amenazas debido a la alteración del hábitat y la invasión humana.
- Aumento de los Incendios Forestales y la Deforestación: Los incendios forestales, causados principalmente por la actividad humana, aumentaron significativamente el año pasado. Los residentes locales están recurriendo a la tala de árboles para obtener leña debido a los frecuentes cortes de energía. Héctor Muñiz, residente de Santa Clara, señala: “Conozco a mucha gente que tala bosques solo para poder cocinar o comenzar a sembrar algo”.
Retroceso para la transición energética renovable: El objetivo de Cuba de generar el 24 % de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030 se ve significativamente obstaculizado. El embargo estadounidense y la designación de Estado terrorista hacen casi imposible la financiación internacional de proyectos renovables. Bernardo Pericás declaró: «El objetivo de Cuba es generar el 24 % de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030», pero el progreso es lento debido a las restricciones.
- Contraste con la era Obama: El informe destaca un período de mayor inversión ambiental y resultados positivos tangibles durante los esfuerzos de la administración Obama por normalizar las relaciones y eliminar a Cuba de la lista del Departamento de Estado de Estados patrocinadores del terrorismo. Entre 2015 y 2021, el compromiso financiero del gobierno cubano con la conservación del medio ambiente aumentó en más del 330 %. Los residentes expresan nostalgia por esa época, y José Méndez afirma: «En aquel entonces, había esperanza… Desde que Trump fue elegido, esa esperanza se ha desvanecido».
- Ciclos de designación y remoción: La fuente describe la naturaleza fluctuante de la designación de Cuba en la lista de países con terrorismo, siendo eliminada durante la presidencia de Obama y reinstalada por Trump, luego brevemente eliminada por Biden antes de ser reinstalada nuevamente por Trump. Esta inconsistencia dificulta aún más la planificación a largo plazo y la cooperación internacional.
- Dificultades económicas que impulsan el daño ambiental: La grave crisis económica, caracterizada por la hiperinflación y la escasez, obliga a los habitantes locales a priorizar la supervivencia inmediata sobre la protección del medio ambiente. Actividades como la pesca ilegal y el vertido de residuos están aumentando debido a las presiones económicas. Héctor Muñiz también señala que «la pesca ilegal y el vertido de residuos… también están aumentando. Mucho de lo que vemos es simplemente resultado de… la economía».
- Dependencia de la inversión externa para la autonomía: Paradójicamente, para que Cuba logre una mayor autonomía energética mediante energías renovables y reduzca su dependencia de sistemas externos, requiere inversión externa, lo cual se ve imposibilitado por las restricciones actuales. Pedroso explica: «Paradójicamente, para que Cuba se vuelva más autónoma y menos dependiente de sistemas externos, aún necesita inversión externa… Las restricciones actuales lo imposibilitan».
En conclusión, el artículo de The Revelator presenta argumentos convincentes de que la designación de Cuba por parte de Estados Unidos como Estado Patrocinador del Terrorismo tiene profundas y perjudiciales consecuencias ambientales. Al limitar severamente el acceso de Cuba a los recursos internacionales y agravar las dificultades económicas, la designación contribuye directamente al deterioro de los ecosistemas de la isla, obstaculiza los esfuerzos para proteger su biodiversidad única y frena su transición hacia las energías renovables.
El informe subraya el coste humano de esta herramienta política, destacando el impacto tangible en la vida cotidiana y la pérdida de esperanza de mejora ambiental que sienten los residentes cubanos.