Ciénaga de Zapata: El convivir del desarrollo y la conservación natural

El aumento de la demanda de los productos del mar ha elevado los precios, y en algunos casos, puede llevar a la sobreexplotación de recursos naturales, poniendo en riesgo la sostenibilidad del ecosistema que ha sustentado a estas comunidades durante generaciones.

La Ciénaga de Zapata es el humedal más extenso de Cuba y el Caribe, y un enorme santuario de biodiversidad. Sus bosques, lagos, ríos, y playas la han convertido también en un polo turístico de bastante relevancia, su flora y fauna la hacen lo más parecido a un paraíso, casi virgen debido a que la infraestructura humana ocupa una mínima parte en el municipio más grande de Matanzas.

Sus pequeños poblados pesqueros han mutado a lujosos parajes de playa con negocios de muchos sectores enfocados principalmente al turismo, un fenómeno que siempre ha existido y que forma parte del día a día de los cenagueros, pues visitantes de toda Cuba escogen sus bellos paisajes para vacacionar.

En los últimos años, este turismo nacional ha sufrido un duro golpe debido al auge de visitantes extranjeros a la zona, lo que, si bien es favorable para la economía, su frecuencia durante todo el año ha puesto los precios de los productos locales a un nivel difícil de alcanzar para los nativos.

Playa Larga. Foto del autor.

El comercio local y el turismo

En Playa Larga, un pequeño poblado de tradición pesquera, el resultado de recibir tanto turismo con tan poca infraestructura ha generado el desarrollo de negocios de primer nivel que velan por llamar la atención de los visitantes de todo el mundo, y así mejorar considerablemente sus ganancias.

Rachel, una joven camarera de un restaurante a pie de playa nos comenta su experiencia:

“Todo ha cambiado bastante, aquí el turismo siempre ha existido pero ahora con la situación es una verdadera bendición, los negocios han crecido mucho, todo está más bonito, y por supuesto se hace mucho más dinero que antes.

Claro que los precios han subido, como en todos lados, pero bueno, en mi opinión, el poder adquisitivo de la gente también así que eso no debería suponer un problema, ahora todo el mundo sabe que lo que venda le va a poder sacar más dinero con los extranjeros y en una moneda fuerte, además”.

A Rachel no le falta razón, la situación es perfecta para que todos mejoren su economía y de paso contribuyan al desarrollo local, pero ¿qué sucede entonces con aquellos ciudadanos con menores ingresos?

“Sí, las cosas han cambiado mucho en este tiempo, más que el turismo yo diría que es la necesidad de las personas de buscar una mejora lo que provoca esta situación”. Nos comenta Pablito, un veterano pescador de la zona.

“Ahora mismo es verdad que yo vendo el pescado más caro, y la gente que me compraba por la calle se ha quejado y me dice que se lo quiero vender igual que a los “yumas” ¿y qué voy a hacer? Si voy al mercado y todo está igual de caro, una cajita de cigarros que es el único lujo que me doy me sale en ochocientos pesos o en lo que aparezca, por supuesto que me da más negocio venderle a los restaurantes todo lo que pesco.”

“Además la competencia ya no es igual, cada vez somos más pescadores y todos estamos en la misma luchita, un día bueno me voy de aquí con bastante en dependencia de lo que pueda pescar pero no siempre es así en este negocio”. Añade Pablito.

Caminando el pueblo se puede notar la diferencia entre los puntos de ventas dedicadas principalmente a los locales y la zona turística. Primero encontramos pequeños quioscos, bastante rústicos donde venden prácticamente de todo, eso sí, con precios bastante elevados incluso en comparación con otros municipios también cercanos al turismo como Matanzas y Cárdenas. No obstante, son menos de trescientos metros los que separan este centro de comercio de las lujosas casas y negocios dedicados enteramente al turismo, el sector privado local ha logrado construir un paseo turístico que tiene poco que envidiar a muchas calles de Varadero.

Casas de alquiler en Playa Larga. Foto del autor.

Esta situación ha generado un entramado de beneficios y desafíos. Aunque el turismo ha abierto nuevas oportunidades económicas, permitiendo a los cenagueros diversificar sus ingresos y atraer inversiones, también ha provocado tensiones en la comunidad local. El aumento de la demanda de los productos del mar ha elevado los precios, y en algunos casos, puede llevar a la sobreexplotación de recursos naturales, poniendo en riesgo la sostenibilidad del ecosistema que ha sustentado a estas comunidades durante generaciones.

Un turismo ecológico y saludable es posible

A medida que este pueblo navega por las aguas del cambio, es fundamental que se priorice un desarrollo turístico responsable y sostenible. Para ello existen maravillosos proyectos como Libre Imagen Arte y Conservación.

Esta es una iniciativa dedicada a la formación y gestión de capacidades para el desarrollo local sostenible en la Reserva de la Biosfera Ciénaga de Zapata. Su importante labor se traduce en talleres y proyectos que promueven prácticas responsables y efectivas para la conservación ambiental y el bienestar comunitario.

Durante los talleres realizados por esta organización, con la participación de expertos como Lázaro Sosa Morell o Adrián Cobas Arencibia, se abordan temas fundamentales para la conservación de especies endémicas y la promoción de un turismo sustentable de base comunitaria. Además, se utiliza como ejemplo a seguir la experiencia de Casa Ana Birding Endemic, un emprendimiento que combina la observación de aves con la protección de ecosistemas y el fortalecimiento de la economía local, destacándose como un caso de éxito en la gestión sostenible en el territorio.

Entre los temas claves tratados se encuentran la ética y biodiversidad en el diseño de productos turísticos, la importancia de minimizar impactos ambientales y promover la educación ambiental entre turistas y comunidades, y la necesidad de integrar el cuidado del ecosistema al desarrollo económico local. Además se resalta la importancia de seguir regulaciones como la Resolución 50/2014 del Ministerio de Turismo (MINTUR) y el Decreto 33/2021 para garantizar la gestión responsable de los recursos naturales.

Esta iniciativa también ha impulsado diferentes proyectos de cooperación internacional con entidades como Archipiélagos del Sur, Ecovalor, Cobimas, y Aldeas Digitales, fortaleciendo la vinculación entre emprendimientos privados y áreas protegidas, y cuenta con el respaldo de la Red Cubana de Economía Social y Solidaria y Responsabilidad Social Empresarial – ESORSE.

Los resultados del Proyecto Transformaciones Comunitarias Ciénaga de Zapata reflejan el compromiso y el impacto positivo de estas intervenciones, demostrando que la conservación y el desarrollo pueden coexistir cuando se aplican estrategias adecuadas desde la comunidad y con el apoyo de expertos.

El crecimiento del turismo en zonas delicadas como la Ciénaga de Zapata es algo complejo pues plantea grandes oportunidades a la vez que desafíos de manera simultánea. Por un lado, la llegada de tantos visitantes puede significar una inyección económica importante para comunidades que históricamente han dependido de actividades tradicionales como la pesca y la agricultura. Esta afluencia puede generar empleos directos e indirectos, dinamizar el comercio local y fomentar una infraestructura básica que beneficie tanto a extranjeros como a residentes. Sin embargo este crecimiento requiere de un manejo cuidadoso para que no se convierta en una fuente de degradación ambiental y pérdida cultural, especialmente en áreas ecológicamente sensibles con presencia de especies endémicas que tanto enriquecen nuestra fauna nacional.

Tony Vila, periodista matancero.