Varadero apuesta por el sector privado

En Varadero, el principal balneario de Cuba, las mipymes, cooperativas y los trabajadores por cuenta propia han ido apareciendo como proveedores directos o indirectos, para suplir una demanda creciente. Aunque, como suele suceder, su interacción se enfrenta a burocracias, controles cambiarios y dificultades logísticas.

Varadero, el principal balneario de Cuba, es mucho más que un destino de sol y playa. Es también un escenario donde la incidencia del sector privado comienza a tomar fuerza en la cadena de suministros y comercialización.

Históricamente, el suministro de productos para los hoteles en Varadero ha estado controlado en su mayoría por entidades estatales, a través de cadenas como Alimport o TRD Caribe, responsables del abastecimiento de alimentos y bienes para el mercado turístico. Sin embargo, la creciente diversificación del sector privado ha generado una nueva dinámica.

Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cooperativas no agropecuarias (CNA) y los trabajadores por cuenta propia (TCP) han ido apareciendo como proveedores directos o indirectos. Aunque, como suele suceder, su interacción se enfrenta a burocracias, controles cambiarios y dificultades logísticas.

La demanda contra la oferta: un desequilibrio persistente

Un fenómeno identificado hace tiempo es la discrepancia entre la oferta de productos en los mercados locales y lo disponible en los hoteles. Muchas veces los turistas ven productos en tiendas privadas que no están disponibles para su consumo dentro de los hoteles, lo que crea una sensación de carencia que afecta negativamente la experiencia de los visitantes.

“Ya se ha vuelto bastante común encontrar a turistas extranjeros o cubanos buscando algunos productos fuera de los hoteles, sobre todo alimentos. Por supuesto, esto no pasa porque no tengan comida en el hotel, lo que sucede es que no encuentran la variedad que esperaban y deciden salir a buscar por sus medios lo que necesitan, sobre todo en el sector particular”. Nos comenta un trabajador de un restaurant en Santa Marta.

Esta situación tiene su origen en diferentes problemáticas: Los hoteles dependen de contratos fijos con proveedores estatales, con márgenes ajustados y a veces rigideces en los surtidos. Las mipymes, aunque pueden vender directamente, no siempre tienen acceso a canales oficiales para abastecer de forma regular a los hoteles. La fluctuación en la cadena de suministros estatales puede dejar vacíos temporales que las tiendas privadas intentan suplir, pero con precios en divisas, a veces demasiado altos para los bolsillos nacionales.

Tiendas privadas en hoteles y centros comerciales: Nuevas caras del comercio en divisas.

Con la actual estrategia para potenciar el uso de la moneda libremente convertible (MLC), muchas mipymes han abierto tiendas dentro de hoteles u otras zonas donde confluyen turistas con capacidad para gastar en divisas.

Una gran interrogante para los dueños de estas tiendas privadas es ¿qué sucede con las divisas que reciben? Según lo establecido, las mipymes pueden vender sus productos en MLC o divisas extranjeras y mantener sus ganancias en esa moneda, lo que les permite importar insumos o reinvertir su dinero, sin embargo, cuando esas divisas se depositan en los bancos cubanos, se aplican determinadas tasas de cambio que no reflejan el valor real del mercado, lo que puede significar “perderle” al cambio. Por lo tanto, muchos administradores optan por manejar el efectivo en moneda extranjera para reponer inventarios y evitar conversiones onerosas, pero esto exige mecanismos claros para el control fiscal y seguridad, aspectos que el Estado busca fortalecer.

Artesanía en venta en Varadero

Pero ¿cómo se llegan a formalizar estas relaciones comerciales entre el sector privado y el estado? Para ello, Natalia (nombre que prefiere usar la entrevistada) trabajadora de un hotel de Varadero, nos explica cómo funcionan estos acuerdos:

“El suministro de las mipymes, CNA, o TCP a los hoteles de Varadero se hace con un contrato, en este contrato se acuerda si la institución va a poner los recursos o parte de los recursos, o si el prestatario se va a encargar de poner todo lo necesario además de la mano de obra. Por lo general se contrata de ambas partes, es decir, cuando la empresa o el hotel tienen los recursos se los puede otorgar al particular con una orden de trabajo que indica hacia dónde se van a destinar estos recursos, y eso se descuenta del dinero de la factura”, comenta Natalia haciendo referencia principalmente a los contratos de mantenimiento o reparación con trabajadores del sector privado.

Hotel Meliá Internacional Varadero

“La forma de pago también se acuerda en los contratos. Casi siempre los pagos se realizan en un término de 30 días, a través de transferencia bancaria, no hay otra opción que no sea esa, porque desde ahí el Estado fiscaliza todo el dinero que entra a estas entidades.

“En el caso de las tiendas particulares, estos establecimientos pagan un alquiler, puesto que el espacio que ocupan dentro de los hoteles u otras empresas es rentado. Luego de este pago, y de tributar lo correspondiente como sector privado, el resto del dinero que hagan ya sea divisa extranjera o moneda nacional es enteramente para los dueños”.

Plazos de pago y relaciones comerciales

Otro asunto crucial es el tiempo de pago entre proveedores y hoteles. La mayoría de los contratos estatales aplican “pago pronto” o a 30 días, premisa que no siempre cumple el sector estatal. En cambio, las mipymes suelen cobrar al contado o a plazos muy cortos para evitar riesgos financieros.

“Nosotros teníamos un tiempo determinado para terminar el trabajo, luego por contrato el hotel debía ingresarnos el pago en un plazo aproximado de un mes, pero a veces tardaba más de lo esperado, lo que hacía que muchas veces comenzáramos a operar en otro lugar sin todavía haber recibido el pago de trabajos anteriores, y por supuesto esta situación creaba un malestar entre los trabajadores y los jefes que no podían hacer nada el respecto”. Nos comenta Omar Álvarez, ex trabajador de carpintería en una CNA con contratos temporales para hoteles de Varadero.

Este esquema limita la posibilidad de que los privados construyan relaciones comerciales duraderas con hoteles que operan bajo lógica estatal, donde los pagos suelen demorarse y las unidades pueden acumular deudas.

Impacto en la experiencia turística y oportunidades para las mipymes

Este fenómeno no es solo económico, sino también cultural y social. Las tiendas privadas que ofrecen productos en monedas extranjeras, alimentación, o artesanías en hoteles y puntos estratégicos, complementan la oferta turística y permiten la circulación de divisas.

Además, las carencias que hoy en día suplen las iniciativas privadas afectan directamente la experiencia de uno de los sectores económicos más importantes que tiene la isla, favoreciendo la buena estadía de los turistas y fomentando la frecuencia de estos visitantes a un polo turístico cada vez más afectado por la crisis y la descomercialización de sus antiguas formas de negocio. Para las mipymes, esta es una oportunidad única para insertarse en un mercado con alto poder adquisitivo y visibilidad internacional. Sin embargo, deben moverse con creatividad y flexibilidad en un entorno regulatorio en constante cambio.

En este momento Varadero cuenta con casi 600 contratos con agentes de gestión privada, entre mipymes, trabajadores por cuenta propia, cooperativas tanto agropecuarias como no agropecuarias, y Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC). La colaboración logística, la claridad en las políticas cambiarias, y un diálogo abierto entre privados y estatales serán determinantes para que esta nueva economía florezca, beneficiando tanto a empresarios, como a viajeros, y al país en general.

Tony Vila, periodista matancero.

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