
PROYECTO DE DESARROLLO LOCAL 999+. Prédica y práctica de la responsabilidad social empresarial
El pasado 26 de febrero la Red de Emprendimiento e Innovación de la Universidad de La Habana, y la Red Cubana de Economía Social y Solidaria y Responsabilidad Social Empresarial (ESORSE) del Centro de Estudios Psicológicos y Sociológicos (CIPS) se unieron para convocar a un Diálogo sobre Responsabilidad Social: Potencialidades y Desafíos.
La cita tuvo lugar en la Casa de la FEU de la Universidad de La Habana y fue moderada por la Dra. Jusmary Gómez Arencibia, co-coordinadora de la Red ESORSE y subdirectora del CIPS.
Al encuentro asistieron como panelistas directivos de dos empresas privadas: ISLA SRL y Centro Idioma Babel SURL; de una estatal, Quinta de los Molinos, perteneciente a la Oficina del Historiador de La Habana; y del proyecto de desarrollo local PDL 999+.
De ISLA SRL hablamos en un artículo anterior, “Presentes por Cojimar” (. Hoy abordaremos el PDL 999+ a partir de una entrevista a Mayte Rodríguez, su coordinadora general.
Ante todo ¿qué es un proyecto de desarrollo local (PDL)?
Se trata de un conjunto de acciones que llevan a cabo individuos, grupos comunitarios, cooperativas, pequeñas empresas, e instituciones como universidades, dirigidas a contribuir al desarrollo de un territorio. En su diseño e implementación deben priorizar el fortalecimiento de los grupos y actores participantes, aprovechar al máximo los recursos endógenos y facilitar la participación popular en la solución a los problemas.
Los PDL pueden ser de diferentes modalidades: económico-productivos, que generan bienes y servicios comercializables; socioculturales, para incrementar los servicios sociales que se brindan a la población; ambientales, para la protección y el uso sostenible de los recursos naturales y así como el mejoramiento de las condiciones ambientales; institucionales, que tributan al fortalecimiento de las capacidades de las instituciones; y de investigación, desarrollo e innovación.
Pueden contar con recursos financieros propios, de los actores locales, de la contribución territorial (conocido como el 1%), y con diversos fondos provinciales, nacionales y de la cooperación internacional.
Está previsto que los gobiernos municipales evalúen y aprueben las propuestas de PDL en el marco de su Estrategia de Desarrollo Municipal, a la cual deben contribuir. Para ello se supone que cuenten con la capacitación y el acompañamiento de las universidades provinciales y de los centros universitarios municipales, además de los centros de investigación y ONG, dependiendo de las fortalezas de cada territorio. Lamentablemente, muchos municipios aún no tienen las capacidades o el apoyo necesario y dependen del gobierno provincial o nacional.
El municipio Habana Vieja es uno de los que goza de más experiencia, capacidad y saberes, en gran medida por la contribución de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), que allí se localiza. Su Intendente, Alexis Acosta Silva, tiene un amplio conocimiento de proyectos y, con el respaldo de la OHCH, aprovecha al máximo las oportunidades que brindan los PDL.
¿Por qué 999+?
En contabilidad, la cuenta que resume el resultado final (utilidad o pérdida) de una empresa suele ser la 999. El PDL 999+ surge a partir de una tenedora de libros y un programador de cómputo que se unieron para presentar la propuesta al municipio Habana Vieja. Eran trabajadores por cuenta propia (TCP) que, como privados, solo pueden ejercer la actividad de teneduría de libros. Esta iniciativa les permite brindar un ámbito mucho mayor de servicios contables y consultoría de negocios, respondiendo a la demanda de sus clientes, en particular de los que ya son –o quieren ser– micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
¿Cómo comenzaron?
No se hablaba todavía de mipymes cuando empezamos a trabajar y vimos que la necesidad de este acompañamiento iba creciendo. No solo era puramente la contabilidad. Se necesitaba una asesoría integral de negocios.
Partimos de la necesidad de brindar asesoría no solo de contabilidad, sino también legal, de capital humano, contratación, comunicación, imagen y organización empresarial, así como la parte tributaria. Y también promover la contribución social empresarial. El proyecto aspira a contribuir al resultado positivo de sus clientes brindándoles servicios empresariales y, simultáneamente, fomentar el desarrollo de la comunidad, de ahí su nombre.
Contamos con un sistema ERP (Enterprise Resource Planning) certificado, desarrollado por nosotros (versión 13), que responde a las exigencias y necesidades de Cuba, ajustado el mercado nacional y cumpliendo con todas las resoluciones.
Nos veíamos como el “médico de familia” de estos actores económicos y, sin embargo, no teníamos legalmente el diapasón que necesitábamos porque el trabajo por cuenta propia de teneduría no daba esa posibilidad. Tampoco la cooperativa no agropecuaria (CNA) a la que pertenecíamos –Scenius–, que padecía la misma limitación de actividades permitidas al sector privado. Entonces se empezó a hablar de los proyectos de desarrollo local que el Decreto-Ley 33 de 2021 autorizó a que fueran emprendidos por personas naturales, TCP y mipymes.
Nos dimos a la tarea de preparar nuestro proyecto y lo presentamos al gobierno de la Habana Vieja. Recibimos el apoyo de la provincia y del intendente Alexis, así como de Maidolys Iglesias, directora de Ciencia e Innovación de la OHCH, fundadora de la Red ESORSE. El municipio nos donó todos los muebles que usted está viendo aquí.
¿Quiénes son sus clientes?
Nuestros clientes son todo tipo de actores económicos y proyectos de desarrollo. Son las mipymes y cooperativas. Tenemos trabajadores por cuenta propia y PDL, personas naturales que llegan con su sueño para que los ayudemos a hacerlo realidad.
Llegan y dicen: “Yo quiero montar un negocio o ya tengo un negocio”. A veces en la primera entrevista nos damos cuenta de que pudieran perfectamente ser un PDL o mipyme, o al revés. A veces vienen queriendo ser una mipyme y no cumplen los requisitos o no existe la necesidad y pueden resolver como TCP. Entonces promovemos la cooperativa como alternativa más social.
Desgraciadamente, cuando empezaron a abrir las CNA, no se tenía claro el concepto. Era un negocio con uno o más dueños y los demás eran subordinados. Esa es una falsa cooperativa y las que se desprendieron de empresas estatales no se desarrollaron desde adentro. Un buen día llegaron al centro y les dijeron: “A partir de hoy son una cooperativa”. Los trabajadores no estaban ni preparados, al punto que, cuando se autorizaron nuevos actores económicos en 2021, el 98% se formaron como mipymes y solo el 2%, como CNA; e incluso un número de CNA existentes pasó a mipymes.
Nos han llegado personas buscando trabajo y les hacemos encadenamientos con otros trabajos y negocios. Si viene una persona y me dice: “Mira, yo quiero hacer algo porque mi hijo es autista y me he dado cuenta de que puedo trabajar con niños autistas, con todas esas madres que no tienen trabajo”, nosotros lo ayudamos a montar un negocio o a buscar trabajo en un negocio ya montado. Entonces, vamos encadenando actores económicos y nos sentimos bien con eso porque es algo que puede ayudar a otros.
A veces viene una y me dice: “Yo quiero ser manicuri” y le propongo: “¿No te interesa arreglarles también las manos a las viejitas de la comunidad?”. Y aunque viene para ser una TCP de manicuri, terminamos armándole un PDL. Ella se siente contenta con eso, y nosotros también.
¿Cómo se maneja la gestión, el cobro de los servicios?
No tenemos precios fijos, depende del cliente. A algunos no les hemos cobrado. A otros sí porque hay que ser solventes y tenemos que subsistir económicamente. Hay clientes que me dicen: “Mira, yo tengo esta idea”, y sabemos que esa idea va a ser fructífera, que va a responder perfectamente a la estrategia de desarrollo de la comunidad, y le decimos: “Vamos a hacer este proyecto y después, cuando te vayas capitalizando, te damos posibilidad de pago”.
¿Cómo se expresa la responsabilidad social empresarial?
Siempre hemos tenido bien presente poder ayudar a la comunidad, acompañar a estos actores económicos, para que con la formación que les damos ellos puedan alcanzar sus objetivos, responder a sus estrategias y, a su vez, responder a la comunidad. Es como una cadena: ayudamos a estas personas, los acompañamos en su proceso de negocio para que sea provechoso, y a su vez ellos pueden ayudar en otro proyecto.
Eso lo tenemos presente tanto a lo externo como a lo interno, no solo es para afuera, también lo practicamos con nuestros trabajadores. Hoy por hoy somos 48 empleados. Siempre estamos buscando la posibilidad de que puedan ganar más salario. Ese es para nosotros un objetivo fundamental. No buscamos tantas utilidades sino que el trabajador tenga un buen salario, tenga su uniforme, su café por la mañana, poder pagarles el transporte a la oficina a los que viven lejos. Por fin de año damos módulos, este año fue de carne. No crea que no nos cuesta esa ayuda, pero siempre estamos tratando de buscar el mejoramiento de las condiciones laborales.
Hemos hecho proyectos de mujeres emprendedoras. Aplicamos a la cooperación internacional para cinco proyectos muy interesantes que trabajan con niños, con ajedrez y con trabajo de carpintería. Uno es un proyecto de salud local de Clandestinas, que promueve el fútbol para niños.
Otro es con profesores de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana, que han creado una cooperativa de aplicaciones matemáticas. Recién celebramos un taller con ellos sobre la aplicación de ciencia de datos para empresarios y cómo trazar su estrategia a partir de sus datos.
¿999+ solo opera en la Habana Vieja?
No, tenemos otra oficina en Plaza para que los clientes no tengan que venir hasta acá, pero mucho del trabajo de nosotros es online, nuestro alcance es nacional. Tratamos de estar aquí lo menos posible y que un mismo trabajador realice varias acciones, porque eso los ayuda con el ingreso.
Después de la conversación con Mayte Rodríguez, salimos de la oficina de 999+ en el Edificio Sarrat, sede de diversos emprendimientos. Atravesamos una feria de emprendedores que vendían sus productos a todo lo largo de la calle Teniente Rey y constatamos, una vez más, que la Habana Vieja ha vuelto a ser, más de un siglo después de su apogeo, el corazón de ciudad.
*Co-coordinador de la Red Cubana de Economía Social y Solidaria y Responsabilidad Social Empresarial.
Rafael Betancourt, economista, profesor universitario. Email: rbetancourt3114@gmail.com
LDP 999+: Preaching and practicing corporate social responsibility