Los hogares a encuesta: ¿Para qué?

Desde el pasado 16 de octubre, unos 12 mil hogares cubanos están siendo encuestados para conocer sobre los gastos e ingresos de la familia cubana. La información fue divulgada por el periódico Granma una semana después de haberse iniciado el trabajo demoscópico a cargo de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). 

Las encuestas son un instrumento para conocer con niveles de aproximación aspectos de interés de una realidad. En este caso, el objetivo que se informa es el de tocar la economía en la base, en el núcleo esencial: hogar, familia. Pero me llama la atención el momento en el que se está realizando. ¿Adecuado? ¿Inadecuado? Depende. 

La familia cubana no vive, intenta sobrevivir a la crisis energética (horas y horas de apagones), situación alimentaria muy difícil, precios de los productos por las nubes y el poder del peso cubano devaluado hasta el piso, inflación y más y más. En fin, una economía que vive de resuello en resuello y que en el ámbito familiar exprime los bolsillos sin satisfacer medianamente los requerimientos alimenticios. 

¿Por qué ahora? ¿Necesitan las autoridades “tocar tierra”, como se dice, en este preciso momento de crisis ancha y profunda?

Como instrumento de trabajo, ya lo escribí párrafos arriba, puede brindar, en dependencia de la calidad del método que se utilice, idoneidad de los encuestadores, etc; una visión cercana de la realidad a estudiar. ¿Solo para ver la fotografía? 

No sé… Abundan filmaciones en las redes sociales y medios alternativos con imágenes de las consecuencias de la realidad económico-social que padece la familia cubana. Entonces… ¿Para reafirmar un modelo económico precisamente en crisis? Pienso que la tozudez no precisa de encuestas, ella es encuestador y encuestado. 

Entonces…

La realidad nacional, ahora agravada más debido a las consecuencias dejadas por el huracán Ian, que derrumbó viviendas y arrasó sembrados, etc; haciendo más evidente la tremenda situación que vivimos, puede –reitero puede, nada de certeza, sí de aceptable especulación– haber movido pisos en el balance de poder y brindar a los más lúcidos dentro de esta, datos para argumentar en dirección hacia los cambios profundos en el modelo económico que por años han sido soslayados. 

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