Llegando al final de un año crudo y duro
Aquí Allá y Acullá
Estamos llegando al final de un año crudo y duro, lo mismo aquí, allá que acullá. La herencia a recibir por el 2023 no es para tirar fuegos artificiales cuando se disparan los reales y mortíferos Allá, en el Este europeo, y sus consecuencias humanitarias y económicas afectan a todo el planeta. Por demás, vivimos una polarización que va siendo común a todas las sociedades y se expresa en casi todos los ámbitos de la vida, radicalizando posiciones.
Muy preocupante la realidad que entregamos al “nuevo” año. Personas y sociedades no se desvisten fácilmente de lo vivido, el pasado simplemente se arrastra, convive, integra y formará parte de ese casi presente que ya está al doblar de la esquina.
Desearía que cambiar de almanaque valiera por rectificación de vida y de actitudes de cada uno de los 11 millones de compatriotas y que nos revisáramos seriamente por dentro y fuéramos capaces de cambiarnos un “tin” (un poquito). Nos lo merecemos y mucho más los otros, los arrinconados en esta aventura de vivir. Ser mejores, es un buen deseo que debería convertirse en práctica. Ojalá lo intentemos con seriedad.
Y ahora al deporte
Los peloteros cubanos que juegan en las Grandes Ligas de EE.UU; o en otras, podrán participar con el equipo cubano en el Clásico Mundial de este deporte a celebrarse en marzo del año que se nos viene ya.
El permiso fue otorgado por Washington. Ahora queda pendiente que los jugadores seleccionados por Cuba y que estén de acuerdo con participar en el evento, reciban el ok de los equipos con los que tienen franquicia.
El béisbol (la pelota), ha sido históricamente el deporte más seguido en Cuba y nuestro país ha dado grandes y famosos peloteros. Pero en los últimos años, el nivel de los campeonatos nacionales ha menguado sensiblemente, y con ello la fanaticada que lo seguía en vivo o mediante la TV.
Distintas razones se esgrimen para explicarlo. Unos dicen que por h otros que por b. Yo lo resumo expresando que cuando un país está en crisis difícilmente algún sector quede indemne de tal situación.
Mientras decaía la afición por el béisbol, crecía la fanaticada por el futbol. El recién concluido mundial en Catar, transmitido íntegramente por la TV Cubana, puso ante los televisores a miles y miles de compatriotas. En nuestro patio criollo, las simpatías estaban repartidas entre los equipos de Argentina, Brasil, España, Inglaterra, Francia, Alemania. El partido por la Copa entre Argentina y Francia fue un partidazo; para los expertos califica como el mejor o uno de los mejores en la historia de los mundiales. Y la Copa quedó en nuestro patio.
“¿Pudieron verlo?”, me preguntó un amigo residente en el extranjero. Respondí que todos, sin faltar uno porque, además de las transmisiones en vivo, los repetían en otro horario. Esta facilidad permitía que quienes estaban trabajando pudiesen verlo más tarde y aquellos golpeados en esos horarios por los apagones, buscaran donde hubiera electricidad en su territorio. Para más de talles les sugiero que vean el último programa de Pánfilo en Vivir del cuento titulado *De Qatar a La Habana (lunes 26) y tendrán un acercamiento a situaciones vividas.
Por hoy y este año, un abrazo.