La labor anticubana del Congreso de EEUU en 2025

Ello se expresa principalmente en la aprobación de leyes anticubanas, en las presiones sobre el Ejecutivo por parte de algunos de estos legisladores, y en la propaganda contra Cuba y a favor de acciones contra la Isla a través de diversas vías, incluyendo alocuciones en plenos de alguna cámara del Congreso, comunicados, cartas personales y medios de difusión.

Entre las leyes destacan la Helms-Burton de 1996 que codificó el bloqueo, la Torricelli de 1992 que prohíbe a las subsidiarias de empresas estadounidenses en otros países comerciar con Cuba y afecta la transportación de mercancías a Cuba por barco, y la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Fomento de las Exportaciones del año 2000 que obliga a pagar las compras de alimentos en Estados Unidos en cash y por adelantado. Además, varias enmiendas anticubanas han sido incorporadas a otras leyes, algunas relacionadas con el presupuesto, lo cual facilita su rápida aprobación.

La presencia de cubanos de Miami se hace presente de variadas formas en las acciones del Congreso contra Cuba. Se expresa principalmente mediante aportes financieros a las campañas de los congresistas, a través de contactos directos con ellos para trasladarles sus intereses, influenciarlos y presionarlos a actuar, y también en la elaboración de las principales leyes anticubanas, como ocurrió con la Fundación Nacional Cubano-Americana en la redacción tanto de la Torricelli como de la Helms-Burton. Es de conocimiento público los fuertes aportes financieros de Mas Canosa al senador Torricelli, y también de la participación directa de Lincoln Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen y Bob Menéndez en la elaboración de la Helms-Burton.

De especial importancia es el presupuesto que todos los años el Congreso de EEUU aprueba para acciones subversivas contra Cuba a través de la USAID y la NED. Solamente en el año 2024 se aprobaron 50 millones para Radio y TV Martí, ayuda a disidentes, presos políticos, prensa anticubana y organizaciones contrarrevolucionarias.

La actividad anticubana en el Congreso norteamericano durante los primeros 5 meses del actual año ha sido muy similar a la de años anteriores. Destaca que ahora ya no están en el Senado los dos senadores de origen cubano que durante años han mantenido una actitud muy agresiva contra Cuba: Bob Menéndez (D-NJ), condenado a 11 años de prisión por cargos de corrupción y soborno, y Marco Rubio (R-FL) por haber sido designado Secretario de Estado.

Menéndez, estuvo al frente del Comité de Relaciones Exteriores, desde donde presionó al presidente Biden para que no relajara la política hacia Cuba, y Rubio, que presidía el Comité de Inteligencia, influyó sobre Trump durante su primera administración, al punto de permitírsele elaborar la política hacia Cuba con el propósito de tratar de asegurarse el apoyo la comunidad cubana de la Florida.

El senador Rick Scott (R-FL), siempre ha mantenido una conducta muy activa contra Cuba, que ahora se incrementa por la ausencia de Rubio. Si bien una parte de su agresividad puede ser motivada por razones ideológicas, la razón principal parece estar en la necesidad de garantizar sus relecciones, pues aunque en 2024 se reeligió con diferencia a su favor de 13% de los votos, cuando se eligió por primera vez en 2018 ganó por menos del 1%, y el voto cubano alcanza el 6% del voto en el estado. En 2024, recibió $46,000 para su campaña de Benjamín León Jr., uno de los cubanos más ricos en USA. Scott creó la organización “Cubans for Rick Scott”, y además es muy cercano a Rubio, Salazar, Giménez, y Díaz-Balart.

Se observa una conducta menos activa que en años anteriores por parte de la congresista de origen cubano Nicole Malliotakis (R-NY). Los demás de origen cubano, el senador Ted Cruz y los representantes por la Florida, Carlos Giménez, María Elvira Salazar y Rafael Díaz-Balart, republicanos los cuatro, mantienen una conducta similar a la de períodos anteriores; más moderado el de Texas, que prioriza otros intereses políticos, y muy activos los tres de Miami.

El joven Maxwell Alejandro Frost, representante demócrata por la Florida, que a diferencia de los otros congresistas de origen cubano, tiene posiciones políticas muy progresistas, en el período analizado no ha participado en debates o votaciones sobre Cuba. Pero sí se pronunció contra la prohibición de viajes del Presidente a ciudadanos de doce países y restricciones a siete más, incluyendo Cuba, por su impacto para las familias de emigrantes.

En el 119 Congreso de los Estados Unidos que comenzó sus sesiones el 3 de enero del presente año, la actividad relacionada con Cuba durante los 5 meses comprendidos entre enero y mayo del presente año, fue la siguiente:

1) Se presentaron 6 Proyectos de Ley y 2 Resoluciones. Los Proyectos de Ley fueron:

– En el Senado por Rick Scott: exigiendo reciprocidad de determinados países con respecto a la notificación de reuniones oficiales (de cubanos) con funcionarios estatales y locales (norteamericanos).

– En el Senado por Rick Scott: solicitando la extradición de fugitivos norteamericanos en Cuba.

– En el Senado por Rick Scott: para sancionar a extranjeros involucrados en abusos a derechos humanos y corrupción en Cuba.

– En el Senado por Ted Cruz: para poner el nombre de Oswaldo Payá a una calle aledaña a la embajada de Cuba en Washington.

– En el Senado por Ron Wyden (D-OR): para levantar el embargo comercial a Cuba.

– En la Cámara de Representantes por María Elvira Salazar: prohibiendo sacar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo.

Todos fueron presentados a nivel de comités y aún no se han llevado al pleno.

Casi todos estos proyectos, o muy similares, han sido presentados por estos mismos legisladores en años anteriores y no han progresado en el camino hasta su aprobación.

Proyectos de ley prohibiendo sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo han sido presentados en años anteriores tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Si estos intentos continúan y fructifican, llegándose a convertir en ley, sería muy perjudicial para Cuba, pues ocurriría lo mismo que con el bloqueo y la Helms-Burton, que sólo el Congreso podría sacar a Cuba de la infame lista, y siempre que Cuba cumpla con ciertos requisitos que en la práctica sólo sería posible renunciando a la revolución y el socialismo.

Las Resoluciones fueron:

– Introducida en el Senado por James Lankford (R-OK): reconociendo la libertad religiosa como derecho fundamental. Se menciona a Cuba como país de particular preocupación.

– Introducida en la Cámara de Representantes por Mark E. Green (R-TN): denunciando el tráfico de personal médico cubano en el tercer mundo. (Green es cercano a Salazar y Giménez, que copatrocinaron la Resolución).

2) En cuanto a las Audiencias, Cuba ha sido mencionada en 31 de éstas. Los congresistas que en las mismas se han referido a Cuba en más de una ocasión han sido Carlos Giménez (6), Marco Rubio (cuando ha sido convocado a comparecer en audiencias) (2) y Rick Scott (3).

3) El tercer aspecto vinculado al Congreso en el que aparece Cuba es a través de Declaraciones, Comunicados, Entrevistas de Prensa, Tuits, etc.

Los tuits suman centenares, pues prácticamente todos los días Rick Scott, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart publican algo referente a Cuba y sus acciones contra la Isla, además de algunos otros congresistas que eventualmente también publican tuits donde mencionan a Cuba.

En cuanto a Declaraciones, Comunicados y Entrevistas, los congresistas que con más frecuencia aparecen son Carlos Giménez (6), María Elvira Salazar (3), Mario Díaz-Balart (2) y Rick Scott (2).

Los temas más mencionados tanto en audiencias como en declaraciones, comunicados y entrevistas son los habituales, entre los que destacan:

Cuba aliada de Rusia y China constituye una amenaza a la seguridad nacional de EE.UU.; falta de democracia en la Isla, violación de derechos humanos, maltrato a presos políticos; exigir liberación de presos políticos; persecución a pacíficos manifestantes; bases de espionaje chinas en Cuba; apagones, hambre, Cuba más vulnerable que nunca antes; necesidad de apretar sanciones; eliminación total de diálogos, vuelos y remesas; impedir que cubanos sigan escapando a EE.UU.; tráfico humano y carácter esclavo de personal médico cubano en otros países; sancionar a los que contratan a personal de salud cubanos; Cuba vinculada al terrorismo y el narcotráfico; mantener a Cuba en lista de países patrocinadores de terrorismo; GAESA, empresa militar que controla todo el dinero en Cuba; la presencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo le resta credibilidad a la misma; Cuba no es un país patrocinador del terrorismo y la restauración injusta de Trump de Cuba en dicha lista causa aún más pobreza al pueblo cubano.

En lo que resta del presente año y durante todo el 2026, la situación con relación a Cuba en el Congreso norteamericano debe mantenerse dentro de parámetros similares a los actuales.

En noviembre de 2026 irán a elecciones un tercio de los senadores y la totalidad de los representantes. En el Senado no se prevé que los republicanos pierdan la mayoría; sin embargo, es posible que los demócratas puedan lograr recuperarla en la Cámara de Representantes. Si el control de la Cámara Baja pasa a manos de los demócratas a partir de 2027, el balance de acciones con relación a Cuba podría mostrarse ligeramente menos negativo que en la actualidad.

Carlos Ciaño Zanetti, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional CIPI.
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