
El bloqueo/embargo a Cuba explicado
Ahora mismo, la representación del gobierno estadounidense es la menos indicada para dar lecciones de democracia.
Hay una fábula de Esopo que solíamos escuchar de niños en la que un pastor siempre gritaba que venía el lobo, y cuando llegó el lobo de verdad, nadie fue a ayudarlo porque ya no le creían.
Algo parecido le pasa al gobierno en Cuba. Tanto ha saturado el discurso oficial de alusiones al bloqueo sin asumir cuotas de responsabilidad, que muchos ya no le creen.
Es difícil encontrar un análisis objetivo sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba, y su rol en la crisis que vive el país. Las autoridades cubanas no han sido capaces de articular un discurso persuasivo sobre su efecto, pero eso no significa, que sea menos real.
Mientras el Estado cubano no cumpla como debe el servicio público de explicarle a los ciudadanos cómo funciona el esquema de sanciones, le tocará hacerlo a la sociedad civil. Así que tengan paciencia.
Lo que para el gobierno cubano es un bloqueo porque lo entiende como asedio económico y político; para la oposición es un embargo porque es la categoría jurídica estadounidense y supone que es solo una prohibición de comerciar. El bloqueo implica un cerco total y el embargo minimiza el alcance de la guerra económica y política que se le hace a Cuba. Naciones Unidas lo denomina medidas coercitivas unilaterales, porque no fueron aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, único órgano con capacidad legal en el derecho internacional para imponer sanciones colectivas. Se considera ilegal que un país imponga sanciones fuera de su propio territorio, porque viola los principios de soberanía y no injerencia.
Sabemos que algunas de estas cosas le recordará el noticiero o Cubadebate. Y algunos van a decir que jugamos con la cadena y no con el mono. Pero en La Joven Cuba no vamos a minimizar algo solo para evitar comparaciones. Si mañana el gobierno cubano dice que la tierra es esférica no vamos a decir que es plana solo para llevarle la contraria.
Entre los cubanos hay ideas fuertes y encontradas sobre estas medidas, pero la comunidad internacional lo tiene muy claro. Todos los años la mayoría de los países con administraciones de izquierda, derecha o centro vota en contra.
Así que si usted cree que las medidas unilaterales no existen, aunque todos sus amigos en facebook coincidan con usted y le den likes, mi amigo, me da mucha pena decirle que usted está en la minoría.
La política de Estados Unidos hacia Cuba es de hostilidad en ascenso. Pero los propios expertos norteamericanos coinciden en que la relación debería ser de pragmatic engagement, o sea, una interacción pragmática. Desde ese punto de vista, una política responsable hacia Cuba empezaría por quitarla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, y la eliminación de las medidas unilaterales.
Pero nosotros sabemos que es difícil una política racional hacia Cuba. Sin embargo, como el encargado de negocios ha expresado tanto su preocupación, aquí hay 4 pasos que podría sugerirle al Departamento de Estado. Si Marco Rubio puede hacer concesiones con Rusia, que está en plena invasión a Ucrania, no debería tener problemas en hacer estos pequeños cambios hacia un país que no está invadiendo a nadie:
Internet
El Reglamento estadounidense de Control de Activos Cubanos permite mediante una licencia general la instalación de infraestructuras de telecomunicaciones, como cables de fibra óptica o enlaces satelitales, para prestar servicios entre Estados Unidos, o terceros países, y Cuba. Hasta ahí todo bien.
Ahora, para hacer efectiva esa licencia se necesitan permisos adicionales de agencias regulatorias estadounidenses, como la Comisión Federal de Comunicaciones, además de revisiones de seguridad nacional del llamado Team Telecom. Con tanto trámite, las empresas que pudieran dar esos servicios tienen miedo a sanciones, saben que no van a conseguir fácilmente financiamiento para estos proyectos y, en última instancia, tienen en cuenta los cambios de humor en Washington porque, con respecto a Cuba, lo que hoy se permite, mañana puede prohibirse. Y entonces la empresa prefiere cuidarse, antes que exponerse a una demanda legal.
Apagones
El Reglamento de Administración de Exportaciones de Estados Unidos exige que para enviar a Cuba componentes y tecnología esenciales para reparar y mantener el sistema eléctrico se cuente con una licencia del Buró de Industria y Seguridad. Solo en algunos casos aplican excepciones, pero no existe una autorización general que cubra todos los equipos eléctricos.
Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros permite los pagos y contratos solo si esas exportaciones están previamente autorizadas por el Buró. También existe una licencia general de la Oficina de Control de Activos para servicios relacionados con la reparación y mejora de infraestructuras que beneficien directamente a la población. Pero en la práctica sucede lo mismo: exceso de trámites, miedo de las empresas a sanciones y las restricciones bancarias que terminan retrasando o impidiendo completamente cualquiera de estas operaciones.»
Alimentación
Hoy la mayoría de los cubanos tenemos la percepción de que Cuba compra mucho pollo en Estados Unidos, y eso en parte es por precio y disponibilidad. El marco legal estadounidense permite exportar productos agrícolas bajo una excepción conocida como AGR, establecida en el Reglamento de Administración de Exportaciones de Estados Unidos, pero requiere notificación previa al Buró de Industria y Seguridad, y condiciones específicas.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros autoriza los pagos y contratos si las exportaciones ya están aprobadas por el Buró. Y la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones establece que esos pagos deben hacerse por adelantado, en efectivo, o a través de bancos de terceros países, pero nunca con financiamiento de bancos estadounidenses.
Con todo eso, la variedad de alimentos que Cuba puede importar desde Estados Unidos termina siendo reducida. Aunque el Estado también importa, hay mucho pollo porque negocios privados cubanos logran crear mecanismos para cumplir con estos requisitos, o sortearlos de alguna manera. Y porque el lobby de agricultores norteamericanos han hecho presión para que se creen estas excepciones. Pero en resumen el embrollo de trámites no cae solo sobre el Estado, sino también sobre los privados, y si fuera un poquito fácil quizá hubiera más comida en Cuba, traída por más empresas de cubanos.
Pero bueno, la congresista María Elvira está haciendo todo lo posible para que los privados tampoco puedan hacer esto.
Salud
Aunque en teoría está permitido exportar medicamentos y dispositivos médicos a Cuba, en la práctica los envíos se traban por requisitos legales y operativos. Para empezar, sucede lo mismo de que necesitan licencia del Buró de Industria y Seguridad, y la Oficina de control de activos autoriza los pagos si esas operaciones ya fueron aprobadas por el Buró.
Pero en este caso hay un elefante en la habitación: la Ley estadounidense para la Democracia en Cuba exige que el presidente de Estados Unidos garantice que se pueda verificar dentro de territorio cubano, para qué se van a usar esos medicamentos o equipos médicos, a no ser que sean donaciones a ONG. Eso se haría mediante un memorando o una certificación oficial en el Registro Federal. Sin esa determinación presidencial, ni el Buró ni la Oficina de Control de Activos pueden aprobar las licencias.
Además, la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones, impone que cada licencia para exportar medicamentos tenga un año de vigencia, así que una vez vencido, habría que volver a empezar todo desde el principio.
Las regulaciones comunes sobre exportación en cualquier país, que por supuesto implican muchos trámites, son normales y necesarias, pero requerir la aprobación del presidente en un trámite burocrático… eso no es normal. Es una de las muchas cosas locas que pasan sobre Cuba.
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La preocupación de Estados Unidos supuestamente es lograr avances democráticos en Cuba. Quizá el gobierno anterior podía hacer algún reclamo democrático, pero no el actual, que está construyendo una milicia privada para la Casa Blanca con agentes federales enmascarados que secuestran gente en la calle y un presidente sobre el que hay evidencias públicas de corrupción. Ahora mismo, la representación del gobierno estadounidense es la menos indicada para dar lecciones de democracia.
Esta política hostil hacia Cuba lo único que logra es ser un incentivo más para congelar la Isla en el tiempo. Si algo se ha demostrado en la práctica es que los avances democráticos los logra el acercamiento.
Mariana: Seguramente los diplomáticos estadounidenses preferirían la diplomacia de altura que practicaban Ben Rhodes y Jeffrey DeLaurentis durante la normalización. Y los cubanos seguramente preferirían la embajada que otorgaba visas, y la diplomacia que traía a los Rolling Stones a la Ciudad Deportiva, a los Tampa Bay al Estadio Latinoamericano y a los turistas a La Habana Vieja. En cambio, lo que hay ahora es un diplomático que lo único que tiene para ofrecer son apretones de manos.
Como en la fábula de Esopo, muchos cubanos ya ni siquiera quieren escuchar sobre las medidas unilaterales aunque contribuyan al plato vacío, al apagón en las casas y a las farmacias sin medicinas. Tampoco se puede obviar que agravan la crisis una política económica errada a lo interno y un sistema político excluyente. A esto se suma una comunicación pública que incumple su encargo social con la ciudadanía. Sin embargo, ninguna de las críticas que hoy podemos hacerle al gobierno cubano, justifica una política de agresión externa.
Ningún cambio político vale la miseria de un país, ningún apretón de manos puede compensar el efecto de las medidas sobre la gente, y ninguna democracia puede surgir de la pobreza.
