¿Dónde están las pruebas? Por qué el Herald se mantiene solo en las acusaciones de robo de dinero cubano.

Las acusaciones contra GAESA no han sido confirmadas por ninguna entidad independiente. No se han presentado cargos penales. Ninguna auditoría internacional ha verificado las acusaciones.

A principios de agosto de 2025, el Miami Herald publicó una investigación contundente que alegaba que funcionarios cubanos, especialmente aquellos vinculados al conglomerado militar GAESA, habían desviado miles de millones de dólares y los habían ocultado en cuentas en el extranjero, privando de recursos a la ciudadanía cubana.

Sin embargo, en las semanas posteriores, no ha surgido ninguna confirmación independiente. No se han presentado cargos penales. Ninguna auditoría internacional ha verificado las acusaciones. Aparte del Herald, pocos medios de comunicación tradicionales han cubierto la historia o le han dado seguimiento. Las lagunas plantean un torbellino de preguntas: ¿Cuáles son las pruebas? ¿Por qué el Herald es el único que promueve esta narrativa? ¿Y qué estándares periodísticos están implicados?

Las afirmaciones del Herald y las lagunas en las pruebas

La serie del Herald se basa en gran medida en “documentos secretos” y registros financieros filtrados que supuestamente muestran que GAESA y empresas afiliadas mantienen reservas de dólares en cuentas en el extranjero por más de 18.000 millones de dólares. Se insinúa que estos fondos son producto de la corrupción o la apropiación indebida, dinero que debería haber permanecido en Cuba o haber beneficiado a ciudadanos cubanos.

Sin embargo, el informe del Herald no llega a demostrar vínculos más directos:

  • No proporciona una auditoría forense detallada que muestre cómo o cuándo se desviaron los fondos, ni qué funcionarios cubanos se beneficiaron personalmente.
  • No identifica a beneficiarios específicos ni rastrea el dinero procedente de fondos estatales cubanos a cuentas bancarias privadas en el extranjero.
  • Y enfatiza el riesgo y el secretismo más que las conclusiones legales: no se han presentado ni citado procesos civiles o penales por lavado de dinero, soborno o malversación de fondos. En otras palabras, si bien los documentos pueden generar serias señales de alerta, no constituyen una prueba concluyente de que se haya producido un robo.

Expertos y analistas independientes, incluidos economistas y especialistas legales familiarizados con las finanzas cubanas, se mantienen cautelosos. Sin pistas financieras claras y verificables ni información bancaria transparente, es difícil distinguir entre grandes reservas soberanas, tenencias legales de divisas y activos ilícitos. El Herald ha descrito sus documentos como “secretos” y “confidenciales”, lo que naturalmente limita el escrutinio y la verificación. Ningún gobierno, ni cubano, ni estadounidense, ni ningún organismo internacional de supervisión financiera, ha confirmado públicamente que estos fondos sean robados. El Herald tampoco ha señalado casos en los que activos incautados en el extranjero hayan sido devueltos definitivamente o vinculados a irregularidades cometidas por individuos específicos. La falta de seguimiento legal o judicial significa que la historia del Herald sigue siendo especulativa en lugar de ser probada.

Entonces, ¿por qué ningún otro medio de comunicación ha dado seguimiento?

Dada la posible gravedad de las acusaciones, los observadores se han preguntado por qué la historia no ha cobrado impulso en otros lugares. Varios factores podrían explicar por qué el Miami Herald permanece casi completamente solo en la investigación o promoción de la narrativa:

  • Acceso a documentos y fuentes

Según el Herald, la investigación se basa en registros financieros internos y documentos inéditos que se filtraron específicamente a sus reporteros. Si esos documentos no se hacen públicos o si otros medios de comunicación no pueden verificarlos de forma independiente, se crea una barrera para la confirmación. En otras palabras, el Herald puede tener acceso exclusivo a ciertos materiales, pero esa misma falta de transparencia dificulta la validación externa.

  • Riesgo editorial y umbral probatorio

Informar que acusa a funcionarios gubernamentales de corrupción a escala internacional es arriesgado. Los estándares periodísticos generalmente exigen una verificación exhaustiva, la corroboración de las fuentes y un camino claro hacia la rendición de cuentas, especialmente cuando las partes acusadas no pueden responder fácilmente. Otros medios podrían haber considerado que las pruebas eran demasiado débiles o no lo suficientemente verificables de forma independiente como para cumplir con sus estándares de publicación. Sin auditorías forenses, la identificación de las personas o el seguimiento legal, algunos editores podrían haber optado por no publicar la noticia.

  • Sensibilidad política y contexto

Cuba sigue siendo un tema altamente politizado, especialmente en el sur de Florida y Miami, donde la comunidad de exiliados y los debates sobre políticas estadounidenses son prominentes. Las historias sobre la corrupción y la riqueza oculta en Cuba a menudo se entrecruzan con la política exterior estadounidense, el activismo anticastrista y la política emocional de la diáspora cubana. Algunos medios de comunicación pueden dudar en participar en debates ideológicos o difundir afirmaciones sensacionalistas sin fundamento, optando en cambio por esperar una verificación independiente.

  • Precaución con la reputación

Si un periódico importante publica una acusación contundente de irregularidades financieras y no puede respaldarla en un tribunal o con documentación clara, corre el riesgo de dañar su reputación y enfrentar consecuencias legales. Las demandas o las solicitudes de retractación son comunes en la cobertura internacional de la corrupción. Por el contrario, el Herald podría haber creído que su revisión interna era suficiente para seguir adelante o pensó que el interés público justificaba el riesgo. Sin embargo, esa opinión podría no haber sido compartida por otros medios.

  • Dificultad de seguimiento

Cuba es una sociedad cerrada en muchos aspectos, y la transparencia financiera es limitada. Rastrear dinero a través de jurisdicciones bancarias offshore, sociedades fantasma y estructuras corporativas internacionales es inherentemente difícil. Incluso si el Herald ha identificado flujos financieros sospechosos, otros medios podrían carecer de los recursos o la capacidad de investigación especializada para rastrearlos más a fondo o para ampliar el trabajo del Herald. En resumen, hacer un seguimiento podría ser mucho más difícil que publicar una denuncia inicial.

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Qué significa esto para los lectores

Para los lectores, el reportaje del Herald plantea preocupaciones serias y plausibles sobre cómo el gobierno cubano gestiona sus finanzas internacionales y lo que podría estar sucediendo a puerta cerrada. Sin embargo, no proporciona pruebas públicas definitivas de que funcionarios cubanos robaran dinero público y lo blanquearan en el extranjero. Sin auditorías financieras forenses, beneficiarios identificados, hallazgos legales ni rastros verificados de lavado de dinero, la historia permanece en el ámbito de la investigación como una acusación, más que como un hecho probado.

Esta distinción es importante. Si el dinero proviene genuinamente de reservas soberanas —o moneda extranjera obtenida legalmente—, las implicaciones son muy diferentes a si se trata de ganancias ilícitas de la corrupción. Sin documentación transparente, una corroboración periodística exhaustiva ni una resolución judicial, el relato del Herald debe abordarse con cautela.

En definitiva, el hecho de que solo un periódico importante haya publicado esta historia completa pone de relieve la necesidad de seguimiento, auditorías independientes y un esfuerzo periodístico más amplio. Las acusaciones públicas de corrupción requieren no solo un periodismo riguroso, sino también una verificación exhaustiva, y este caso aún no ha cumplido con ese estándar.

Felipe Pagliery es profesor de historia jubilado. Reside en West Palm Beach, Florida. Este artículo se redactó con la ayuda de Inteligencia Artificial.