Cuba ingresa como socio al BRICS. ¿Que nos corresponde hacer ahora?

Es un reconocimiento, que puede considerarse como histórico, por parte del grupo de países que comienzan a situarse en la vanguardia de la conformación de un mundo multipolar ajeno a los hegemonismos y a las sanciones unilaterales a los países y pueblos que no aceptan las reglas impuestas por los Estados Unidos.

Cuando se examina la lista de los 12 países aceptados, además de Cuba, se evidencia la enorme responsabilidad que nos corresponde como país ante los que, además de reconocer la  capacidad de resistencia del pueblo cubano durante más de 60 años frente a las agresiones y bloqueos de todo tipo del gobierno de los Estados Unidos de América, confían en que sepamos aprovechar, en beneficio de nuestro pueblo, todas las posibilidades que se le brinda a nuestra economía de abrirnos paso, a pesar de que la política de nuestro enemigo histórico intentara impedirlo. Pero sin duda será posible evadir los bloqueos, en especial el financiero. Por supuesto, si hacemos todo lo que nos corresponderá hacer. Ya se acabaron las excusas. El Gobierno debería dejar de hablar de distorsiones y políticas de guerra y comenzar a organizar la economía como la tienen organizada el resto de los países que nos acompañan en el listado de socios aprobado por los BRICS.

Sé que llegado a este punto algunos pueden pensar que me he pasado al campo de los que defienden el capitalismo, y no es así. Continúo siendo socialista y aspiro a que el mundo algún día llegue al comunismo. Pero hoy en nuestro país, como va, estamos retrocediendo hacia el primitivismo. Y eso hay que detenerlo y revertirlo. Y solo podremos lograrlo si hoy nos dejamos de teorizaciones y miedos absurdos, y aceptamos conscientemente que solo la aplicación correcta de los principios del mercado en las relaciones entre las empresas estatales, privadas, cooperativas y la población puede sacarnos de la situación calamitosa en que se encuentra nuestro país.

Joaquín Benavides Rodríguez

Por supuesto defiendo nuestra política social de educación gratuita, incluida la universitaria y la política de salud pública gratuita para toda la población, eficientemente administrada. También defiendo como un principio, que no puede quedar un solo ciudadano de este país abandonado a su suerte. El Estado socialista está en la obligación de ampararlo y protegerlo. Otro principio que defiendo como lo he hecho toda mi vida, es que el Estado socialista está en la obligación de procurarle empleo útil a toda su población en edad laboral, sin distinción de sexo, sea con el estado, el sector privado o en las cooperativas, utilizando para ello, si es necesario, su capacidad financiera. El socialismo no se puede concebir sin promoción del trabajo y pago según el trabajo aportado. No es la pequeña propiedad privada la que genera el capitalismo. Es el desempleo. Y el desempleo no es solo para los hombres, también para las mujeres. Si el sector privado facilita el empleo de hombres y mujeres, es tan socialista como el estatal y el cooperativo. Lo demás son teorizaciones que no tienen nada que ver con Marx y Engels, y si con los manuales.

Para que no vaya yo también ponerme a teorizar, voy a enumerar los pasos que en mi opinión hay que comenzar a implementar a fin de que el País en su conjunto, y en especial la economía, haga lo que le corresponde hacer en esta hora decisiva de nuestra historia. Aunque le daré un orden en la exposición, no tiene que ser necesariamente ese. Pero considero que todos hay que incorporarlos:

  1. La reforma cambiaria. Es imprescindible contar con una tasa de cambio oficial respaldada por el Banco Central. Tiene que ser realista. No se puede imponer porque le convenga a determinados sectores, por ejemplo la energía. Siempre hay fórmulas financieras sin afectar a la población para resolver esto. No será posible comerciar con las posibilidades que ofrecerán los países BRICS, de realizarlo con las monedas locales, sin contar con una tasa de cambio oficial, respaldada por el Banco Central y verificada por lo que comercian. Tampoco estarán interesadas empresas de esos países de invertir en Cuba si no tienen seguridad de poder extraer sus utilidades utilizando una tasa oficial.
  2. Ejecutar a la mayor brevedad la Reforma de las empresas estatales. Ponerlas a operar bajo las mismas condiciones que las privadas y cooperativas. Entrenarlas en el funcionamiento del mercado.
  3. Modernizar y equipar con técnica idónea el sistema bancario. Dotarlo de una red de Casas de cambio que abarque todo el País.
  4. Liberar el comercio exterior de exportaciones e importaciones para todo el sistema empresarial: estatal, privado y cooperativo. Se liberó en los años 90 y no se cayó el socialismo. Por el contrario contribuyo a salvarlo.
  5. Facilitar el crédito bancario, con base municipal, para los productores agrícolas privados y estatales. Sin crédito bancario que asegure financieramente los contratos no será posible el resurgimiento de la agricultura, ni tampoco evitar el incremento de los precios agrícolas.
  6. Liberar las tarifas salariales para todo el sector empresarial y cooperativo. Que sea la productividad del trabajo y la rentabilidad de cada empresa lo que vaya definiendo, con la participación de los sindicatos los esquemas y limites salariales de cada empresa. Establecerlas centralmente para la actividad presupuestada. Las de los sectores de educación y la salud deben ser aprobadas centralmente por el gobierno.
  7. Ajustar los mecanismos e instrumentos de planificación, fiscales y bancarios; aprobarlos en el Gobierno y en la Asamblea Nacional a fin de  que regulen el mercado de todos los actores.
  8. Transformar el subsidio en especie de la Libreta de abastecimientos, en subsidio en dinero correctamente calculado y que se ajuste a la inflación cada año, en que debe revisarse, para las personas  que lo soliciten y se compruebe que lo requieren. No hay forma de introducir los principios del mercado en nuestra economía, sin garantizar que no quede un solo cubano y cubana, desamparado en sus ingresos para poder alimentarse y vivir honorablemente.
  9. Crear un Grupo de Trabajo Temporal, bajo la Supervisión del Consejo de Estado que revise el Plan y programa de inversiones para el año 2025 y subsiguientes, sus fuentes de financiamiento y que haga propuestas de optimización del Plan y de su financiación. Que proponga asimismo como aprobar las inversiones de interés del Estado en el futuro, y los procedimientos y montos, de aquellas, que aun siendo de interés empresarial deben tener algún nivel de aprobación por el Gobierno en cualquiera de sus instancias.
  10. Enfrentar la inmensa y estratégica tarea de reorganizar la economía nacional, en este trascendental momento en que los BRICS han aceptado a Cuba como socio, que supone además  una enorme responsabilidad nacional, no es posible que sea dejada en manos de la burocracia gubernamental solamente. Es un asunto de todo el que pueda aportar con sus conocimientos y experiencia. Eso solo puede lograrlo, en mi opinión, el Presidente de la Republica y Primer Secretario del Partido. Hay que lograr unir la nación alrededor de este objetivo, con la participación de todo el que pueda aportar y sea oído y considerada su opinión como si fuera la más importante, sin limitaciones burocráticas. Eso es lo que lograba hacer Fidel cada vez que hubo un asunto importante que resolver en beneficio de la nación. Solo así se puede lograr, y yo estoy seguro que el Presidente  es el único que puede hacerlo.
Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.
Tomado de Cuba y la Economia.