Comienza la conversión acelerada del sistema electroenergético cubano

Se proyecta incorporar 2 000 MW a la generación nacional entre 2025 y 2026. A partir de junio 2025 se estima cubrir todas las afectaciones del día, porque estará disponible una capacidad mayor en megavatios a partir de la energía solar fotovoltaica.

El 21 de febrero el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, inauguró el primero de 92 parques fotovoltaicos que se están construyendo con ayuda de la República Popular China y que auguran un cambio en la matriz energética y un alivio para la crisis de generación eléctrica que atraviesa el país. El parque de 21,8 megavatios (MW) situado en la Escuela de Enfermería, ubicada en el municipio del Cotorro, es una de las 55 instalaciones que se prevé instalar en el país este año y cuyo aporte permitirá disminuir de manera progresiva los molestos apagones durante el horario diurno.

Déficit de generación eléctrica

Cuba reporta las jornadas de más alto déficit de capacidad de generación de electricidad de los últimos meses, quizás años. Al amanecer del jueves 20 de febrero, gran parte del país estaba sin servicio eléctrico. Los tiempos de afectación continua varían, pero usuarios en redes sociales de Cienfuegos, Villa Clara y gran parte del país precisan que son más de 20 horas en sus localidades. En La Habana el sistema eléctrico está dividido en 4 bloques, y cada bloque es afectado de manera rotativa entre tres y cuatro horas diarias como mínimo.

La demanda eléctrica máxima de Cuba es de alrededor de 3,500 MW, pero con frecuencia genera la mitad o menos, lo cual resulta en interrupciones de servicio, o apagones. La afectación máxima experimentada el 23 de febrero, por ejemplo, rondó los 1700 MW. A las 8 p.m. se mantenía una afectación superior a los 1500 MW a nivel nacional. El Sistema Electroenergético Nacional (SEN)) colapsó varias veces en 2024. En los últimos meses de ese año, se perdió el suministro estable de diésel para la economía, lo cual obligó al país a buscar el combustible en los mercados internacionales.

Las principales incidencias que aun provocan largos y molestos apagones suelen ser averías en las envejecidas termoeléctricas, unidades en mantenimiento, unidades fuera de servicio y falta de combustible en las centrales de generación distribuida (diésel y fuel) y en las patanas generadoras (generación móvil). Las patanas, que desde 2019 había tenido una tendencia al crecimiento, han ido retirándose por problemas de imposibilidad de pago, con lo cual se han perdido 301 MW. Actualmente, solo quedan dos patanas con una potencia de 257 MW.

La disponibilidad del SEN alcanzó en 2024 sus niveles más bajos desde el 2019. En los últimos años, se han perdido totalmente o por tiempo prolongado cinco unidades de generación, lo que equivale a la tercera parte de la demanda del país. Los grupos de generación distribuida también han tenido una tendencia marcada a la disminución: perdió también, desde el 2020, la reparación de motores diésel y, a pesar de la incorporación de 100 MW en el 2023, la disponibilidad actual es del 37%, según el Ministerio de Energía y Minas (MINEM).

En 2024 se produjeron tres desconexiones totales del sistema eléctrico nacional, en la última de las cuales el restablecimiento se logró en 22 horas, a lo cual se sumaron los daños por el paso de dos huracanes.

Ello repercute negativamente en varios sectores de la economía, pues el déficit mantiene restringidas las producciones principales de bienes y servicios del país.

También influye el crecimiento de la demanda máxima en más de 100 MW con respecto a 2023, una situación en la que incide, entre otros factores, el déficit de balitas de gas para la cocción de alimentos.

Las rehabilitaciones de la unidad 6 de Mariel y la 1 de Felton se retrasaron en sus cronogramas por negativas recibidas al intentar comprar en el mercado internacional las piezas necesarias. Ante esta situación, consecuencia de las presiones norteamericanas a esas compañías, tuvimos que iniciar nuevos procesos de intercambios, informó el MINEM.

Transición hacia un modelo más sostenible

Actualmente menos del 5% de la energía eléctrica en Cuba proviene de fuentes alternativas. La meta para 2030 es 24%. Alcanzar la potencia instalada propuesta para el 2031 situaría a Cuba en un 12% estimado de penetración fotovoltaica en la generación energética del país, más 12% de otras fuentes renovables.

En la pasada sesión de Parlamento en diciembre de 2024, el ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, explicó que, debido a la situación del sistema electroenergético nacional, se decidió elaborar un plan de gobierno para recuperar el SEN en el menor tiempo posible y satisfacer la demanda de la economía y la población.

Las inversiones para reanimar el sistema electroenergético nacional (SEN) buscarán satisfacer las demandas de la economía y la población, con un enfoque de transición hacia la soberanía energética. En correspondencia con la estrategia nacional de transición energética, está prevista la instalación hasta 2028 de 92 parques que aportarán más de 2 000 MW de potencia.

El nuevo parque de la Escuela de Enfermería aportará anualmente más de 37 gigavatios hora y un ahorro superior a 8 140 toneladas de combustible. En el pico del mediodía, estos parques ayudarán a cubrir la demanda y reducirán los apagones.

De la O se refirió al programa del Gobierno para recuperar el SEN, que se divide en la búsqueda de soluciones financieras, bancarias y económicas, el suministro de combustible, las relaciones con el exterior en el sector, las fuentes renovables de energía, la eficiencia y la atención al trabajador.

Además, se propone recuperar 850 MW de disponibilidad en la generación distribuida y la generación en las termoeléctricas que consumen combustible nacional, alcanzando una disponibilidad promedio de 1 400 MW. Está en proceso un proyecto para instalar 120 MW en parques solares fotovoltaicos, un donativo de China.

“Son 26 parques solares fotovoltaicos los que en la actualidad se encuentran en diferentes fases de construcción en todas las provincias, lo cual significa un esfuerzo constructivo enorme para el país”, subrayó Alfredo López Valdés, director general de la Unión Eléctrica.

La ingeniería de cada parque, refirió, es ciencia, y aunque después el resultado final se parece mucho, las condiciones eléctricas de cada lugar no son exactamente iguales, lo cual requiere de un trabajo exhaustivo, desde el momento mismo en que se comienzan los estudios para seleccionar el lugar donde estará enclavado cada uno de ellos. Los referidos proyectos se han trabajado muy de conjunto con las universidades, para lograr un diseño que permita que ambos se puedan integrar adecuadamente al Sistema Eléctrico Nacional.

La doctora en Ciencias Lídice Vaillant, jefa del Laboratorio de Investigaciones fotovoltaicas de la Universidad de La Habana, detalló que ya están instalados cerca de un millón de paneles fotovoltaicos, y se montarán otros 3.6 millones de paneles más. Ello significa, destacó, que en dos años se multiplicará en cerca de cinco veces la potencia que se ha instalado en los últimos diez años, lo cual representa un salto descomunal.

También está en proceso la adquisición de 30 000 sistemas fotovoltaicos domésticos y comenzó la recuperación de la base de supertanqueros de Matanzas. Hemos garantizado suministros que están en el país y otros arribando para la construcción de los cuatro tanques de la base de supertanqueros de Matanzas, dijo el ministro.

Se proyecta incorporar 2 000 MW a la generación nacional entre 2025 y 2026. A partir de junio se estima cubrir todas las afectaciones del día, porque estará disponible una capacidad mayor en megavatios a partir de la energía solar fotovoltaica.

Este programa −continuó De la O Levy −, concibe acciones concretas a corto plazo y tiene como objetivos fundamentales, además de recuperar la generación distribuida, recuperar la generación de las termoeléctricas que consumen combustible. Además, debemos trabajar en las fuentes renovables de energía, fundamentalmente en la generación de energía fotovoltaica, para reducir los costos de generación.

Como parte de esa estrategia, en Cuba se ha fomentado el uso de la energía solar fotovoltaica, para lo cual desde inicios del 2024 se lleva a cabo un amplio proceso de inversión que consta de dos proyectos, el primero de ellos permitirá instalar mil MW, en un periodo de dos años. El segundo proyecto, de igual cantidad de generación, debe estar listo en el 2031.

En cuanto al proyecto de parques solares fotovoltaicos, se informó que se incorporarán dos parques solares fotovoltaicos en febrero y seis en marzo de 2025. A partir de marzo de 2025 se lograrán cinco parques mensuales como promedio. Este proyecto no ha estado exento de complejidades; por ejemplo, están navegando 2 714 contenedores hacia Cuba con partes y piezas.

Igualmente, se ha trabajado en el traspaso de la bioeléctrica Ciro Redondo a la UNE y están contratados y arriban el próximo año 5 000 sistemas fotovoltaicos para las viviendas que aún no están electrificadas. Instalarán este año casi 900 equipos de bombeo de agua con energía solar fotovoltaica, de vital importancia para asegurar el suministro de agua potable aun en condiciones de apagón.

La meta es contar con una “matriz de generación diversificada, que priorice las fuentes propias, como son el crudo nacional; el gas acompañante de la extracción del petróleo cubano, y las fuentes renovables de energía”, refirió el ingeniero Lázaro Guerra Hernández, director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (MINEM).

Ciencia, innovación, organización, previsión, investigación, liderazgo, son elementos esenciales que no se pueden dejar de la mano para la ejecución y finalmente puesta en marcha del proyecto diseñado. Cuba necesita todos los esfuerzos para fortalecer su Sistema Eléctrico, y para ello el empleo de la ciencia y la innovación es imprescindible.

Nueva ley en Cuba obliga a invertir en fuentes renovables de energía

El Decreto 110 de noviembre 2024, que regula el control y uso eficiente de los portadores energéticos y las fuentes renovables de energía, también forma parte de la estrategia gubernamental. Este Decreto obliga a invertir en el aprovechamiento de fuentes renovables de energía a los altos consumidores, sean entidades estatales o privadas.

Según la norma, los actores económicos estatales y privados, representaciones de instituciones extranjeras y formas asociativas deben garantizar en las nuevas inversiones que se consideren “altas consumidoras de portadores energéticos”, que la mitad de la electricidad que consuman en horario diurno sea con fuentes renovables de energía.

En caso de no poseer condiciones para instalar paneles solares, debido a la infraestructura de sus locales, dichas entidades deben realizar contratos con la estatal Unión Eléctrica –la garante de la generación, transmisión y comercialización de la energía eléctrica– y conectarse a parques fotovoltaicos.

Las entidades consideradas altas consumidoras –aquellas que, en los últimos 12 meses del año, promedian un consumo de 30 000 o más kilovatios (KW) o 50 0000 litros de combustible–, tendrán tres años para realizar inversiones que cubran ese requerimiento de 50 % del consumo diurno.

Los altos precios de los paneles solares, la dificultad de obtener créditos bancarios y las trabas burocráticas para adquirirlos, sumado al subsidio estatal al consumo eléctrico, conspiran contra la transición a un modelo energético más sostenible en las viviendas y negocios cubanos.

En los mercados minoristas de la comercializadora estatal Copextel, un módulo básico de generación de un KW, cuesta 2551 MLC (moneda libremente convertible, equivalente a 0,82 dólares). Félix Morfis, representante en Regla de Cubasolar, organización no gubernamental que desde 1994 promueve en Cuba el uso de las fuentes renovables de energía en sustitución de las contaminantes, declaró a IPS: “Nos están pagando a 6 pesos (0,05 dólares) el KWh, pero la que gasto, me la cobran por el sistema normal. Me la venden cara y la cobran barata. No hay ningún incentivo”, agregó Morfis.

El “sistema normal” que menciona Morfis es una tarifa progresiva que se aplica al sector residencial, que tras superar los 450 KWh de consumo acumulado, empieza a valer más de siete pesos cada KWh, hasta alcanzar los 20 pesos el KWh (unos 0,17 dólares).

Otra barrera para la expansión de la energía solar fotovoltaica en el sector residencial radica en el subsidio de la tarifa eléctrica, que se cobra en una moneda devaluada.

Según cifras oficiales, solo alrededor de 6 % de los más de cuatro millones de hogares cubanos consumen mensualmente más de 500 kilovatios hora (kWh). Una vivienda que consume 250 kWh paga 644 pesos en el mes (1,89 USD), y la que consume 500 kWh debe pagar 1 894 pesos (5,57 USD).

En cualquier caso, es un precio subsidiado, según afirman las autoridades, por lo que el coste de pagar la electricidad por el SEN es ínfimamente menor que el de importar o comprar en divisas los paneles solares. Al final, sale más rentable no invertir en fuentes de energía renovable. Un consumidor razona: “Gasto menos de 500 pesos de corriente (electricidad) al mes. Con lo que cuesta un panel puedo pagar la electricidad durante más de 20 años”.

Aun así, cada vez más personas invierten en paneles solares con baterías y han proliferado negocios privados que comercializan esos dispositivos, por los recurrentes cortes eléctricos y la escasez de combustible.

Rafael Betancourt economista, profesor universitario. Email: rbetancourt3114@gmail.com

*Con información de Reuters, Juventud Rebelde, IPS, OnCuba

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