Banning books: A strategy to gain the White House (+Español)
Roberto Clemente played baseball for the Pittsburg Pirates in the late 1950s and the 1960s. He was a Black man born in Puerto Rico. During his lifetime and while he played the game, he endured racism in the US. Clemente died at age 38 on Dec. 31, 1972, when his plane crashed off Puerto Rico as he was delivering relief supplies to earthquake victims in Nicaragua.
Hank Aaron is considered one of the greatest baseball players to have ever swung a bat. As a Black man playing and living in the South, it was not easy for him. It became worse when he approached and broke the home run record held by the immortal Babe Ruth. In fact, he tells the story of being terrified rounding the bases when he did break the Babe’s record and a fan rushed to the field to congratulate him. His terror stemmed from the many messages and letters he had received warning him he would be killed if he dared break the record held by a white man.
Clemente, as mentioned, died tragically. Aaron died at the ripe old age of 86. Both were exemplary citizens and model human beings. And both dealt with ‘Jim Crow’ in the South and throughout ballparks in the US.
In Florida, where I live, people are scared. We have a governor and state legislature — with a super majority of Republicans leading it — that in the past year, and during this recently completed legislative session, has pushed this state, the third largest in the country when measured by population and a bellwether for the rest of the US, to a 21st century version of the Dark Ages.
What do Clemente and Aaron have to do with Florida? In 2022, in Duvall County, located in the northeast corner of Florida, books aimed at teaching children about how Aaron and Clemente overcame racism to become both baseball and American icons were removed from schools — banned by the Gov. Ron DeSantis administration. A furor ensued, and the school district, earlier this year, had to backtrack and issued a statement that read: “A certified media specialist has reviewed these books and approved them.” The books are Henry Aaron’s Dream by Matt Tavares; and Roberto Clemente: Pride of the Pittsburgh Pirates, by Jonah Winter and Raúl Colón. They have been “approved,” sure, but it is still not clear if the books are accessible to students… And all because, in the books, the author explains how both stars faced racism as they worked their way up to the major leagues.
Then there’s the case of a friend who works at a museum here in Miami. He was flabbergasted by the fact that before the start of July this year, the museum must clear out (he said, “throw out”) dozens of books from their small, curated library. The reason? House Bill 1467 will go into effect on July 1. The law says that schoolbooks (and these include books in libraries and museums and other public venues) must be reviewed by a government employee holding a valid educational media specialist certificate to ensure they’re free of pornography or certain race-based teachings.
Here are examples of the banned books:
- The above mentioned biographies of Hank Aaron and Roberto Clemente.
- And Tango Makes Three, a picture book about two male penguins raising a chick.
- Stella Brings the Family, a picture book about a girl with two dads.
- When Wilma Rudolph Played Basketball, pulled from open shelves temporarily after one person complained about it.
- Forever, by Judy Blume.
- Booker Prize winner The God of Small Things by Arundhati Roy.
- Nobel Prize winner Toni Morrison’s The Bluest Eye.
- All Boys Aren’t Blue, by George M. Johnson.
- The Handmaid’s Tale, by Margaret Atwood.
- Dozens of books that include LGBTQ+ themes, protagonists of color, or that touch on race or racism.
Gov. DeSantis (the same Gov. DiSaster), following in his mentor’s shoes, has stated that the furor is all fabricated and fake news. In fact, he has said that books like the ones above are being removed from Florida classrooms and libraries because they are “pornographic, violent or inappropriate.”
DeSantis is currently one of the front runners (he trails the godfather, Donald Trump) for the Republican nomination for president in 2024. And this type of policy (banning books!) has energized DeSantis’s supporters and are part of the platform from which he is expected to run for president.
Remember… Floridians reelected DeSantis last year by crushing his competitor and garnering more than 59% of the votes.
I now refer you to the Holocaust Encyclopedia of the United States Holocaust Memorial Museum where they reference book burnings this way: “Beginning on May 10, 1933, Nazi-dominated student groups carried out public burnings of books they claimed were ‘un-German.’ The book burnings took place in 34 university towns and cities. Works of prominent Jewish, liberal, and leftist writers ended up in the bonfires. The book burnings stood as a powerful symbol of Nazi intolerance and censorship.”
Still, I live in a country that to this day believes that “this cannot happen here.” And “this” can mean so many things… Also, when nearly three-fifths of the population of a state like Florida votes for a man like DeSantis, what does that say about us?
The only good news I can offer at this time: I have yet to see any bonfires started.
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Versión en Español:
Prohibición de libros: una estrategia para ganar la Casa Blanca
Roberto Clemente jugó béisbol para los Piratas de Pittsburg a finales de los años 50 y en los 60. Era un hombre negro nacido en Puerto Rico. Durante su vida y mientras jugaba, soportó el racismo en los Estados Unidos. Clemente murió a los 38 años el 31 de diciembre de 1972, cuando su avión se estrelló frente a Puerto Rico mientras entregaba suministros de socorro a las víctimas del terremoto en Nicaragua.
Hank Aaron es considerado uno de los mejores jugadores de béisbol que jamás haya bateado. Como hombre negro jugando y viviendo en el Sur, no fue fácil para él. Empeoró cuando se acercó y rompió el récord de jonrones que ostentaba el inmortal Babe Ruth. De hecho, cuenta la historia de estar aterrorizado recorriendo las bases cuando rompió el récord de Babe y un fanático corrió al campo para felicitarlo. Su terror provenía de los muchos mensajes y cartas que había recibido advirtiéndole que lo matarían si se atrevía a romper el récord que ostentaba un hombre blanco.
Clemente, como se mencionó, murió trágicamente. Aaron murió a la avanzada edad de 86 años. Ambos fueron ciudadanos y seres humanos ejemplares. Y ambos trataron con el racismo en el sur y en los estadios de béisbol de los EE. UU.
En Florida, donde vivo, la gente tiene miedo. Tenemos un gobernador y una legislatura estatal, con una gran mayoría de republicanos a la cabeza, que en el último año, y durante esta sesión legislativa recientemente finalizada, ha impulsado a este estado, el tercero más grande del país medido por población y un indicador de el resto de los EE. UU., a una versión del siglo XXI de la Edad Media.
¿Qué tienen que ver Clemente y Aaron con Florida? En 2022, en el condado de Duvall, ubicado en la esquina noreste de Florida, la administración del gobernador Ron DeSantis prohibió los libros destinados a enseñar a los niños cómo Aaron y Clemente superaron el racismo para convertirse en íconos estadounidenses y fueron retirados de las escuelas. Se produjo un furor y el distrito escolar, a principios de este año, tuvo que dar marcha atrás y emitió una declaración que decía: “Un especialista certificado en medios revisó estos libros y los aprobó”. Los libros son El sueño de Henry Aaron de Matt Tavares; y Roberto Clemente: Orgullo de los Piratas de Pittsburgh, de Jonah Winter y Raúl Colón. Han sido “aprobados”, claro, pero aún no está claro si los libros son accesibles para los estudiantes… Y todo porque, en los libros, el autor explica cómo ambas estrellas enfrentaron el racismo mientras se abrían camino hacia las ligas mayores.
Luego está el caso de un amigo que trabaja en un museo aquí en Miami. Estaba asombrado por el hecho de que antes de principios de julio de este año, el museo debe sacar (dijo, “tirar”) docenas de libros de su pequeña biblioteca curada. ¿La razón? El Proyecto de Ley 1467 de la Cámara de Representantes estadual entrará en vigencia el 1 de julio. La ley establece que los libros de texto (y estos incluyen libros en bibliotecas, museos y otros lugares públicos) deben ser revisados por un empleado del gobierno que tenga un certificado válido de especialista en medios educativos para garantizar que no tengan pornografía o ciertas enseñanzas basadas en la raza.
Estos son algunos ejemplos de los libros prohibidos:
- Las biografías mencionadas anteriormente de Hank Aaron y Roberto Clemente.
Y Tango Hace Tres, un libro ilustrado sobre dos pingüinos machos que crían a un polluelo.
- Stella trae a la familia, un libro ilustrado sobre una niña con dos papás.
- Cuando Wilma Rudolph jugaba al baloncesto, se retiró temporalmente de los estantes abiertos después de que una persona se quejó al respecto.
- Para siempre, de Judy Blume.
- Ganador del premio Booker El dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy.
- El ojo más azul de la ganadora del Premio Nobel Toni Morrison.
- No todos los chicos son azules, de George M. Johnson.
- El cuento de la criada, de Margaret Atwood.
- Decenas de libros que incluyen temas LGBTQ+, protagonistas de color, o que tocan la raza o el racismo.
El gobernador DeSantis (el gobernador DeSastre), siguiendo los pasos de su mentor, ha declarado que todo el furor son noticias falsas e inventadas. De hecho, ha dicho que libros como los anteriores están siendo retirados de las aulas y bibliotecas de Florida porque son “pornográficos, violentos o inapropiados”.
DeSantis es actualmente uno de los principales candidatos (a la zaga del padrino, Donald Trump) para la nominación republicana a la presidencia en 2024. Y este tipo de política (¡prohibición de libros!) ha energizado a los partidarios de DeSantis y son parte de la plataforma desde la cual se espera que se postule para presidente.
Recuerde… Los floridanos reeligieron a DeSantis el año pasado al aplastar a su competidor y obtener más del 59 % de los votos.
Ahora los remito a la Enciclopedia del Holocausto del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, donde hacen referencia a la quema de libros de esta manera: “A partir del 10 de mayo de 1933, grupos de estudiantes dominados por los nazis llevaron a cabo quemas públicas de libros que, según ellos, eran ‘no alemanes’. Las quemas de libros se llevaron a cabo en 34 pueblos y ciudades universitarias. Obras de destacados escritores judíos, liberales e izquierdistas terminaron en las hogueras. La quema de libros fue un poderoso símbolo de la intolerancia y la censura nazi”.
Aún así, vivo en un país que hasta este día cree que “esto no puede pasar aquí”. Y “esto” puede significar tantas cosas… Además, cuando casi las tres quintas partes de la población de un estado como Florida votan por un hombre como DeSantis, ¿qué dice eso sobre nosotros?
La única buena noticia que puedo ofrecer en este momento: todavía no he visto ninguna hoguera encendida.