Felices fiestas a todos
El año está por terminar. Recientemente le dije a un amigo que la experiencia puede ser una cualidad muy buscada en el mundo profesional, pero cuando se trata de la vida… esa experiencia que buscamos y admiramos es también la razón por la que cada nuevo año parece pasar un poco más rápido. Y 2022 pasó volando, lo que debe significar que me estoy poniendo muy viejo.
En esta etapa, sin embargo, estoy listo para cambiar un poco de mi experiencia por una última oportunidad para mis días de juventud. Tristemente sé que este último deseo es imposible. Así que espero con ansias el 2023 con la esperanza de paz y tranquilidad mientras continuamos nuestra lucha por una mayor justicia en todos los lugares de esta tierra. Además, al mencionar la tierra, también espero que la humanidad se dé cuenta de que si no comenzamos a cuidar más nuestro planeta… antes de lo que pensamos, nuestros hijos y nietos tendrán que enfrentarse a una naturaleza enojada que se defiende de esos que parecen querer matarla. Y sé con certeza que la naturaleza no perderá esta batalla.
También me gustaría recordar a cuatro personas: en los últimos 18 meses hemos perdido a tres invaluables colaboradores de Progreso Weekly/Semanal: Max J. Castro, nuestro gran columnista, quien en los últimos años de su vida le viró los cañones (realmente una laptop computadora en la que escribía) a Donald Trump, a quien consideraba un cáncer en este país; también a nuestro caricaturista Daniel Pontet, que nunca recibió el reconocimiento que tanto merecía; y el año pasado perdimos a nuestro traductor, escritor y amigo, el irascible German Piniella, de cuya ayuda, sabiduría y amistad siempre dependí.
El cuarto es mi buen amigo y mentor Francisco Aruca, a quien perdimos hace años, pero que aún está fresco en nuestras mentes. Aruca fue nuestro fundador y el hombre que ayudó a mejorar Miami en la década de 1990, y que nunca ha recibido aquí el crédito que realmente se merece. A muchos les encantaría olvidarlo; eso no lo vamos a permitir… La vida y obra de Aruca muchas veces pasó desapercibida en este pueblo, y desde su muerte se ha tratado de encubrirla, pero la verdad y las duras realidades, al final, siempre salen a flote. Y es una de las muchas razones por las que muchos de nosotros seguimos trabajando en nuestras diversas tareas.
En este momento también debo reconocer a amigos y colaboradores en La Habana, en especial a Manuel Alberto Ramy, Jesús Arboleya y Aurelio Pedroso. También un agradecimiento muy especial a la gente de Marazul Travel aquí en Miami que, en una situación financiera muy difícil, permanece con nosotros ayudándonos a intentar cumplir con nuestros requisitos financieros.
También está Cuba, esa pequeña isla en las aguas azules del Caribe que desde antes de la Revolución Americana en 1776, ha estado en la mira del poderoso vecino del norte, y no siempre con buenas intenciones. Oramos para que por algún milagro (y a menudo es lo que creemos que debe suceder para resolver el problema Cuba-Estados Unidos), la administración Biden, para empezar, abra su corazón, algo que el presidente Biden profesa tener (un gran corazón y empatía por los demás), y permita a Cuba un respiro para que pueda empezar a recuperarse de los efectos de la pandemia, y de una pésima situación económica que, seguramente, en parte es culpa de ellos, pero agravada por el embargo/bloqueo a la isla, que perjudica a los 11 millones de cubanos que allí viven.
Por una vez, les suplico, permitan que la isla y su gente aborden sus propios problemas sin la interferencia de ese gran monstruo que parece cernirse sobre todo lo que hacen. Entiendo que no se eliminará el embargo, no con este congreso. Pero, como mínimo, regresen a las aperturas de Obama y permitan que los cubanos respiren nuevamente. En otras palabras, sacar la rodilla del cuello del país.
Finalmente, felices fiestas a todos y que el 2023 sea como un arco iris que se despliega en todo su esplendor y color e inspira lo mejor de TODOS nosotros.