
Musk: Un ángel de la muerte (+English)
“La estupidez es no preguntar qué pasa después”. ––David French
Puede ser perversamente fortuito que la persona más rica del mundo, Elon Musk, haya adquirido el poder de tomar unilateralmente decisiones que causan muerte y sufrimiento entre los pobres. Entre otras cosas, utilizando la autoridad que le otorgó el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental, Musk mató a la agencia gubernamental que más hace para apoyar a las personas más vulnerables del mundo, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Pero es igual de probable que esta coyuntura de condiciones sea una encarnación perturbadora de la gobernanza estilo MAGA. Como prueba de lo último, podemos percibir una profunda e inquietante confluencia de la gobernanza moderna, la acumulación de riquezas y la ideología política. Habla de la preocupación más amplia de cómo el poder concentrado, particularmente cuando está en manos de individuos en lugar de instituciones responsables, puede conducir a decisiones tiránicas que perjudican desproporcionadamente a los más vulnerables.
¿Casualidad o predestinación?
La palabra “fortuito” sugiere un elemento de azar en el ascenso de Musk a una posición en la que sus decisiones unilaterales tienen consecuencias de vida o muerte. Sin embargo, es igualmente plausible que tal resultado no sea accidental, sino más bien una característica inherente de un sistema económico y político que recompensa cada vez más a los super ricos con una influencia ilimitada sobre las políticas públicas, los asuntos globales e incluso las personas que los gobernantes nunca conocerán y cuyas vidas no entienden.
Musk, como la persona más rica del mundo, controla infraestructuras críticas como Starlink, un sistema de comunicaciones por satélite cuya puesta a disposición en Ucrania y Gaza ha rechazado o retrasado, lo que repercute directamente en el curso de las guerras y las crisis humanitarias. Del mismo modo, su control de X (antes Twitter) ha desempeñado un papel en amplificar la desinformación, el tráfico de odio y la erosión del discurso público tradicional. Se trata de decisiones normalmente reservadas a los gobiernos nacionales o a los organismos internacionales, que ahora están en manos de un individuo cuyas motivaciones son oscuras, cuya obligación de rendir cuentas no existe y cuyas inclinaciones ideológicas cambian como una veleta.
Gobernanza MAGA: Un Paralelismo Natural
La yuxtaposición del poder de Musk con la gobernanza al estilo MAGA es especialmente apropiada porque MAGA, como movimiento, se nutre de una combinación paradójica de retórica populista y política plutocrática. Si bien afirma representar a la clase trabajadora “olvidada”, sus políticas favorecen abrumadoramente la desregulación, los recortes de impuestos para los ricos, el poder corporativo y el desmantelamiento de las instituciones gubernamentales que sirven a la gente común, especialmente los pobres y marginados.
La gobernanza de MAGA no es solo Trump, sino una visión del mundo que rechaza los controles y equilibrios democráticos tradicionales en favor del liderazgo de hombres fuertes, abraza la toma de decisiones de los multimillonarios mientras afirma ser anti-elitista, y utiliza a los más vulnerables (inmigrantes, pobres, minorías) como chivos expiatorios mientras les da a los ricachones aún más libertad para controlar los recursos esenciales. Este tipo de liderato prioriza el espectáculo y el agravio sobre la dirección sustantiva, al igual que la gestión de Musk de Twitter, que se nutre de la controversia en lugar de una mejora estructural significativa y ha llevado a un desastre caótico una plataforma de redes sociales que alguna vez fue próspera y popular.
Las decisiones unilaterales de Musk que afectan a los pobres del mundo, ya sea a través del control de la tecnología, la explotación laboral o la difusión de información errónea, reflejan cómo funciona la gobernanza de MAGA a nivel estatal y federal. Ambos son verticales, performativos e indiferentes al sufrimiento de los impotentes.
Una peligrosa convergencia de riqueza, tecnología y poder político
El papel de Musk en los asuntos globales representa una creciente realidad posdemocrática en la que las personas más ricas del mundo operan fuera de la supervisión del gobierno, pero influyen en la geopolítica más que los líderes electos. Esto es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que Musk ha cortejado abiertamente a líderes autoritarios, ha hecho declaraciones impulsivas y ejerce rutinariamente el poder sobre las redes vitales de comunicaciones, energía y transporte, incluyendo el mercado de valores. Las implicaciones son significativas: las decisiones que afectan a millones (o miles de millones) pueden tomarse en función de caprichos personales o intereses monetarios en lugar de consideraciones éticas o procesos democráticos. Los pobres, ya sea en zonas de conflicto, mercados laborales o regiones que dependen de su tecnología, no tienen ningún recurso cuando se ven perjudicados por sus políticas. La infraestructura pública está cada vez más privatizada y controlada por individuos que no tienen ninguna obligación con el bien público, ya sea la tecnología espacial, la IA o las redes sociales. Una tecno-plutocracia está creciendo como un virus mortal, donde los multimillonarios funcionan como estados-nación de facto, haciendo cálculos estratégicos en asuntos internacionales basados en sus preferencias personales en lugar de una diplomacia responsable. Comienza con apenas doce multimillonarios (Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Warren Buffett, Elon Musk, Steve Ballmer, Larry Ellison, Larry Page, Sergey Brin, Jim Walton, Rob Walton y Jensen Huang), con un patrimonio neto colectivo de más de 2 billones de dólares (2.000.000.000.000), una cifra que equivale a poco menos de un tercio del gasto federal total en 2023, según un análisis de Inequality.org, un proyecto del Instituto de Estudios Políticos (IPS). Trump ha elegido al menos a once multimillonarios para que se unan a su gobierno. Estos individuos ya controlaban indirectamente el gobierno a través de sus contribuciones políticas, y Musk, que es el principal de ellos, ahora tiene el control directo. Scott Bressen, uno de los multimillonarios en el gabinete de Trump como secretario del Tesoro, otorgó al equipo de destrucción del gobierno de Musk, el “departamento de eficiencia gubernamental”, acceso al sistema de pago federal, exponiendo los datos personales confidenciales de millones de estadounidenses, incluidos los beneficios de la seguridad social y Medicare, subvenciones y detalles de contratistas públicos que compiten directamente con las propias empresas de Musk.
Los otros efectos nocivos de Musk
Además de los efectos de USAID y otras actividades actuales de DOGE, Musk, como la persona más rica del mundo y jefe de múltiples empresas influyentes, ha tomado una serie de decisiones que han tenido consecuencias tangibles, particularmente para las poblaciones vulnerables. Si bien es posible que no todas estas decisiones tengan la intención específica de causar daño, sus efectos han contribuido al sufrimiento, especialmente entre los grupos más pobres y marginados. Por ejemplo, ha impuesto restricciones a Starlink en zonas de guerra y zonas de crisis, ejerciendo así un gran poder geopolítico. La decisión de Musk de restringir el acceso a sus satélites en Ucrania, impidiendo su uso para operaciones militares, tuvo implicaciones de vida o muerte para las fuerzas y los civiles ucranianos. Esto ha significado que las unidades militares ucranianas perdieron las comunicaciones durante operaciones críticas, lo que provocó posibles pérdidas en el campo de batalla y bajas innecesarias.
En cuanto a otros negocios de Musk, informes de organizaciones como Amnistía Internacional y periodistas investigativos han revelado el empleo de niños y las horribles condiciones de trabajo en las minas de cobalto en la República Democrática del Congo (RDC), en relación con los minerales utilizados en la fabricación de Teslas. La compañía dice haber tratado de mejorar la transparencia en la cadena de suministro, pero aun así, demandas legales han acusado a la empresa de Musk de beneficiarse a sabiendas del trabajo infantil forzado, en el que niños de tan solo seis años trabajan en condiciones peligrosas, expuestos a productos químicos tóxicos y a frecuentes accidentes mortales. Además, Musk ha luchado agresivamente contra los esfuerzos de sindicalización en Tesla, SpaceX y X (antes Twitter), que afectan a los trabajadores de bajos salarios que intentan obtener salarios justos y mejores condiciones de trabajo. Los informes de las giga fábricas de Tesla en China, Alemania y Estados Unidos muestran malas condiciones de trabajo, incluidas largas horas de trabajo, violaciones de seguridad y derechos laborales suprimidos. Esto afecta desproporcionadamente a los trabajadores inmigrantes, a las personas de color y a los empleados de bajos ingresos. En la fábrica de Tesla en Buffalo, Nueva York, los despidos masivos de Musk supuestamente fueron represalias contra los empleados que se organizaban para obtener mejores condiciones. Paralelamente a todo esto, Musk restableció el tráfico de odio y la difusión de información falsa en X, alimentando la violencia, la discriminación y la inestabilidad política, a menudo golpeando más duramente a las comunidades más pobres y vulnerables. Con el respaldo de Trump, Musk también está llevando a cabo una campaña en gran medida desenfrenada contra el sistema administrativo federal, un esfuerzo que ya ha producido repercusiones caóticas. Sus audaces intrusiones en no menos de seis departamentos gubernamentales han desafiado la supervisión legislativa y pueden haber violado las salvaguardas de los servidores públicos de carrera, cuyas vidas y medios de subsistencia se han visto trastocados.
Conclusión: No es casualidad
Si la gobernanza de MAGA consiste en concentrar el poder en manos de los ultrarricos mientras se da a los votantes de la clase trabajadora la ilusión de populismo, entonces la enorme influencia de Elon Musk como agente no electo de Trump no es sólo un ejemplo de esta gobernanza, sino su conclusión lógica. Un mundo en el que los multimillonarios controlan la infraestructura de la vida cotidiana, en el que los oligarcas tecnológicos toman decisiones en tiempos de guerra y en el que el sufrimiento de los pobres es una ocurrencia tardía más que una consideración moral o política, esa es la encarnación de lo que el estilo MAGA produce en última instancia.
Tal vez el perverso ascenso de Musk a una posición en la que es capaz de tomar unilateralmente decisiones que causan muerte y sufrimiento entre los pobres y perjudican a millones de ciudadanos comunes no es una coincidencia en absoluto. Es el engendro de aquellos que creen que los súper ricos son superiores al resto de nosotros y obtienen placer del sufrimiento de los demás, como lo expresa perfectamente la palabra alemana Schadenfreude, inventada en el país que nos dio Hitler. ¿Otra fortunidad?