Marazul, Empresa de Viajes a Cuba, 45 años de Operaciones (II) (+English)
Durante las administraciones de Bush (padre) y Clinton, continuaron los cambios de regulaciones a viajes y envíos a Cuba, a veces flexibilizando y otras restringiendo, de acuerdo a la coyuntura del momento entre los dos países. Luego, la administración de Bush hijo trajo cambios mucho más violentos, tanto para estadounidenses como para cubanoamericanos.
Entre 2003 y 2004, George W. Bush, impulsado por algunos políticos en Washington DC, por cubanoamericanos con influencias en las comunidades cubanas de Florida y por su hermano Jeb -quien fuera gobernador de la Florida entre 1999 y 2007-, comenzó a limitar fuertemente las posibilidades de viajar a Cuba.
En 2003, OFAC eliminó la categoría de viajes Pueblo a Pueblo (People to People), la principal categoría después de las visitas familiares. Marazul continuó asistiendo a interesados en aplicar por licencias de viajes específicas, dentro de las categorías de viajeros estadounidenses aún legales.
El año siguiente, en julio de 2004, también a petición de la administración Bush, OFAC anunció nuevas restricciones de viajes a visitas familiares. Las crueles regulaciones definían que solo se podía viajar a través de la solicitud y obtención de licencias específicas y una única visita cada tres años. Más cruel aún, sólo podían solicitar dicha licencia quienes visitaran familiares inmediatos: tíos, tías, primos, primas quedaban fuera de las posibilidades. Es decir, se redefinió mecánicamente el concepto de familia, muy importante en la cultura cubana.
Marazul comenzó a asistir a pasajeros cubanoamericanos individuales a solicitar las licencias para viajar cada tres años. El volumen fue tremendo y al principio el procesamiento de licencias tomaba meses. OFAC tuvo que ampliar el personal en su oficina de Miami solo para procesar las solicitudes familiares. Fueron tiempos muy difíciles para las familias, considerando el tiempo que demoraban en recibir la licencia y la relación que requería.
Además, no existía una disposición para casos de emergencia y debían esperar tres años para volver a viajar. Para poder hacer una reserva aérea y abordar un vuelo hacia Cuba, era necesario tener la licencia de OFAC físicamente en mano. Fue un gran retroceso a la reunificación familiar que había comenzado en 1979.
Por casi cinco años se requirieron licencias específicas para visitas a familiares inmediatos y sólo una vez cada tres años. En su primer año en la presidencia, Barak Obama alivió la cruel situación. A principios de 2009, su administración eliminó el requerimiento de licencias específicas y estableció una licencia general para visitas familiares cada 12 meses.
La licencia general significaba que un viajero no tenía que solicitar, ni esperar a recibir, una autorización específica para viajar. Sólo debía firmar un formulario tipo afidávit que definía que viajaba para visitar un familiar inmediato y que no había viajado en los últimos 12 meses. Ya no se limitaba la relación familiar, se podía viajar a visitar tíos/tías, primos/primas, como familiares inmediatos. El volumen de pasajeros aumentó tremendamente y sobre todo, comenzaron a viajar muchos que no habían regresado a Cuba desde que emigraron originalmente.
En cuanto a viajes de estadounidenses, la administración de Obama comenzó a flexibilizar los requerimientos para viajar bajo diferentes categorías. Para 2013, estaban definidas 12 categorías de licencias de viajes. Además de la licencia general para visita familiar se definían otras categorías como periodismo, investigación profesional, actividades religiosas, presentaciones artísticas y otras.
Un cambio drástico para viajar a Cuba desde Estados Unidos comenzó con el sorpresivo anuncio de Barak Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014. El inicio de un proceso de normalización en las relaciones entre los dos países vino tras negociaciones secretas durante meses. Incluyó un intercambio de algunos prisioneros de alta importancia entre los dos países, lo cual trajo alegría, enojo y sorpresa a muchos en ambos lados del estrecho de la Florida. Para el verano de 2015, estaban abiertas oficialmente las embajadas de los dos países en Washington DC y en La Habana.
La administración de Obama autorizó a determinadas aerolíneas de Estados Unidos para que volaran directamente a Cuba, con vuelos comerciales de itinerario regular. American, Delta y otras habían estado volando a Cuba desde hacía años, pero contratadas como vuelos fletados (chárter) por Marazul y otras compañías. En la nueva etapa, las principales líneas aéreas solicitaron autorización de rutas al Departamento de Transporte y así se abrieron las posibilidades de viajes aéreos en vuelos con itinerarios fijos, desde varias ciudades en Estados Unidos a varias ciudades en Cuba. Ese tipo de vuelos no se efectuaban desde 1961.
La multiplicidad de opciones y la flexibilidad de viajar bajo diferentes categorías motivó un aumento considerable de pasajeros por vía aérea, con servicios de programas en tierra y hoteles.
Además, cruceros basados en Estados Unidos fueron autorizados y comenzaron a navegar a Cuba con miles de pasajeros bajo la licencia general de visitas Pueblo a Pueblo. Comenzaron en mayo de 2016 y en poco más de un año se convirtieron en la vía de viaje para más del 50 por ciento de viajeros estadounidenses, sin contar a cubanoamericanos.
En 2016, el presidente Obama viajó a Cuba junto a su familia y fue recibido con afecto y respeto por el gobierno y el pueblo. Esa fue la primera visita de un presidente en funciones de los Estados Unidos, desde la de Calvin Coolidge en 1928.
La apertura de Obama a los viajes desde Estado Unidos coincidió con un aumento del turismo a Cuba desde otros países, principalmente de Canadá y Europa. Tanto las instalaciones turísticas gubernamentales como las de los sectores privados autorizados por el gobierno para establecer y comercializar restaurantes, bares, hospedajes, transporte y otros servicios, enfrentaron gran demanda.
Por la parte gubernamental, las inversiones en infraestructura turística -que comenzaron a principios de los años 1990 luego del desmoronamiento del campo socialista- se habían desarrollado bastante para aguantar, aunque con dificultad, el nivel de aumento en demanda; principalmente, porque los pasajeros de cruceros no necesitaban hotel. En cuanto a los representantes del sector privado, probaron que podían desarrollarse rápidamente si el gobierno les permitía comprar insumos directamente de productores independientes. Muchos de los negocios independientes funcionaban con capital de familiares fuera de Cuba.
En enero de 2017, llegó a la presidencia Donald Trump, con una actitud muy hostil hacia Cuba. A pocos meses de llegar al poder, la OFAC redefinió y eliminó categorías legales de viajes desde Estados Unidos. A pesar de estos ajustes, Marazul continuó asistiendo a pasajeros para viajar legalmente en visitas familiares y en funciones educacionales, académicas, profesionales, religiosas, salud y culturales.
Como ya se mencionó, para febrero de 2017 las líneas aéreas regulares dominaban el mercado aéreo y la agencia terminó sus operaciones de vuelos fletados (charters). Con la nueva situación de categorías de pasajeros reducidas y sin vuelos fletados propios, entre 2017 y 2018 la agencia comenzó una reestructuración para reducir costos y racionalizar recursos que concluyó en marzo de 2019, con la descentralización de la compañía. Se establecieron dos operaciones separadas:
- Marazul Tours, Inc. en North Bergen, NJ
- Marazul Miami Travel, Inc. en Miami y Hialeah, FL
Las dos están operando actualmente.
El siguiente cambio drástico por parte del gobierno de Trump llegó de sorpresa: el 4 de junio de 2019, sin previo aviso ni tiempo para ajustar reservas, la administración prohibió los viajes a Cuba en cruceros. La noticia causó caos en la industria de cruceros y entre los pasajeros que ya habían reservado. Simultáneamente, OFAC eliminó la categoría de licencia general de viaje Pueblo a Pueblo.
En Cuba, la suspensión de viajes en cruceros causó serios impactos económicos a las estructuras turísticas gubernamentales y a las empresas privadas autorizadas. En definitiva, de acuerdo a cifras del gobierno cubano, de enero a marzo de 2019, habían viajado a la Isla 258 mil pasajeros estadounidenses -sin incluir visitas familiares-, de los cuales aproximadamente un 55 por ciento entraron en cruceros.
Por si no bastara con los problemas creados por la administración de Trump a la industria turística en Cuba, en 2020 llegó la pandemia mundial de COVID-19 y con ella se agudizaron serios problemas preexistentes; entre ellos, la entrada de turistas de todas las regiones del mundo.
Para agregar a la crisis y multiplicar los problemas económicos del país, el 11 de enero de 2021, unos pocos días antes de terminar su presidencia, el Departamento de Estado de Trump designó a Cuba como “Estado Patrocinador del Terrorismo”. La inclusión en esa lista significó nuevas sanciones contra la Isla, entre ellas el cierre de transacciones financieras por bancos internacionales, por temor a sanciones por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. La administración Trump impuso más de 240 sanciones adicionales de bloqueo a Cuba.
La administración de Biden no aportó nada significativo para neutralizar las crueles sanciones impuestas por Trump. La situación económica de Cuba y su pueblo es hoy muy seria. Ahora, el triunfo de Trump a un segundo término en las pasadas elecciones y la designación de Marco Rubio como Secretario de Estado deja muchas incógnitas sobre el futuro de los viajes a Cuba desde Estados Unidos.
Marazul: 45 years in the Business of Travel to Cuba (Part II)