Marazul, empresa de viajes a Cuba, 45 años de operaciones (+English)
(Esta es la primera de una serie de dos partes sobre la historia de la agencia de viajes y vuelos charter de Miami y Nueva Jersey, Marazul, escrita por uno de sus expresidentes, Armando García).
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Luego del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, las comunicaciones entre Cuba y Estados Unidos continuaron hasta el rompimiento de relaciones diplomáticas por parte del país norteamericano en 1961. A partir de ahí, gradualmente comenzaron a definirse políticas de embargo hacia la isla, que incluyeron restricciones de viajes desde Estados Unidos.
Entre 1961 y 1977 no hubo cambios significativos en las relaciones entre las dos naciones; al menos, hasta que Jimmy Carter y Fidel Castro acordaron establecer en Washington DC y en La Habana Oficinas de Intereses de cada país. Se definieron como un paso más bajo que una embajada y sirvieron para varios propósitos de intercambios, sin la necesidad de establecer relaciones diplomáticas. También en 1977, Carter eliminó restricciones de viajes a Cuba, definiendo una licencia general para viajeros desde Estados Unidos.
Corría diciembre de 1977 cuando un grupo de 55 jóvenes cubanos residentes fuera de Cuba viajó legalmente desde Estados Unidos, con el propósito de abrir comunicaciones con cubanos dentro del país y promover amistad y reconciliación. Organizados en lo que se llamó Brigada Antonio Maceo, se reunieron con familiares e intercambiaron con funcionarios gubernamentales cubanos. El viaje de tres semanas tuvo impacto en ambos lados y estableció bases para futuros intercambios y viajes. Tanto la ida como la vuelta fueron a través de Jamaica, pues no existían vuelos directos entre ambas naciones.
En noviembre de 1978, 75 representantes de comunidades de cubanos residentes fuera del país -conocido como El Comité de los 75- intercambiaron con el gobierno de la Isla. Un mes después, tuvo lugar otro encuentro con alrededor de 145 representativos de comunidades de fuera. En ambas reuniones se consideraron formas de liberar presos políticos y de viabilizar la migración de estos y de miles de expresos y sus familiares. Adicionalmente, se discutió y aceptó abrir las posibilidades de viajes de reunificación familiar a Cuba. A este proceso se le llamó El Dialogo.
En enero de 1979, Francisco Aruca, quien había participado en El Dialogo, dirigió la fundación de Marazul. Junto a sus asociados, estableció en la ciudad de Nueva York su centro principal, aunque también estuvo presente de una u otra forma en Miami, Washington D.C. y Los Ángeles.
Desde su fundación Marazul ha tenido tres propósitos:
- La reunificación de familias cubanas de fuera y dentro de la Isla.
- Facilitarle al mayor número de individuos y grupos de estadounidenses viajar a Cuba de forma que puedan juzgar por sí mismos la experiencia.
- Ayudar a que terminen las restricciones de viajes a Cuba y posteriormente el bloqueo por parte de Estados Unidos.
En 1979, parte de la comunidad cubana en Estados Unidos reaccionó con entusiasmo ante la posibilidad de viajar a visitar familiares. Durante ese primer año, alrededor de cien mil cubanos viajaron a la Isla a través de agencias de viajes establecidas en distintas ciudades de Estados Unidos y Puerto Rico. Esa cantidad de viajeros tuvo un impacto en la sociedad cubana y en conjunto con otros factores, motivó la ola migratoria conocida como “el Mariel”. Alrededor de 125 mil personas migraron por mar desde el puerto de Mariel hacia Cayo Hueso, Florida, de abril a octubre de 1980.
Tras el comienzo de Marazul y otras agencias de viajes a Cuba, surgieron en las comunidades de nacionales fuera de la Isla enemigos de una apertura de dialogo con el gobierno cubano, de los viajes familiares y de otras visitas de no cubanos residentes en Estados Unidos.
Varias organizaciones contrarrevolucionarias de exiliados cubanos activaron grupos terroristas y a finales de abril de 1979 asesinaron en Puerto Rico al presidente de Viajes Varadero, Carlos Muñiz Varela. Con 26 años de edad y dos hijos pequeños, Carlos defendía el dialogo y organizaba activamente viajes a Cuba para encuentros familiares. Hasta el día de hoy -45 años después de su asesinato y de la fundación de la agencia- sus compañeros continúan demandando que se hagan públicos todos los resultados de las investigaciones locales y federales sobre el caso.
El terrorismo en respuesta a la apertura de viajes e intercambios con Cuba continuó desde 1979 hasta 2001 y lamentablemente incluyó asesinatos, bombas y cientos de amenazas. Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, las autoridades policiacas, el FBI y otras agencias investigativas y de cumplimiento de las leyes, pusieron presión sobre las organizaciones terroristas en las comunidades cubanas para que pararan sus operaciones.
En el caso de Marazul, las amenazas a dueños y empleados fueron comunes, principalmente en las oficinas de Miami. Aunque no hubo afectación directa a personas, en 1986 y 1989 explotaron bombas en oficinas de la agencia. Tiempo después, en una misma semana de 1996, se produjeron dos fuegos con cócteles molotov en distintas sedes de la compañía en Miami.
Desde sus orígenes, Marazul organiza viajes para visitas familiares y coordina, a través del consulado cubano en Washington D.C., servicios de pasaportes para cubanos, visas, así como otros documentos para quienes lo requieran. También oferta programas de viajes para estadounidenses -individuales y en grupos-, coordinando servicios aéreos y de tierra en Cuba, dependiendo de las regulaciones vigentes en distintos momentos.
En cuanto a vuelos fletados directamente por la agencia (charters), se ofertaron por periodos de tiempo desde Nueva York y Miami a diferentes ciudades en Cuba. En febrero de 2017, cuando líneas aéreas regulares como American, Delta y otras consolidaron vuelos con itinerarios fijos a diferentes ciudades, Marazul salió del giro de vuelos fletados y continuó la venta de pasajes en los regulares de las aerolíneas.
Durante sus 45 años, la agencia se ha adaptado a variaciones drásticas de las regulaciones, requisitos y condiciones para organizar viajes a Cuba. Si tenemos en cuenta que Marazul ha operado durante las administraciones de ocho presidentes de Estados Unidos (desde Carter hasta Biden) y de cambios en Cuba y el mundo socialista, es difícil listar todas las etapas por las que se ha pasado. Los cambios de regulaciones y condiciones para viajar a la nación cubana han sido inestables. Incluso, en muchas etapas hubo regresión en flexibilidad en vez de desarrollo.
Haciendo un breve repaso en el tiempo, luego de la apertura de viajes impulsada por la administración de Carter, regresaron las limitaciones durante la presidencia de Reagan. En 1982, nuevamente se impusieron restricciones, aunque quedaron abiertas algunas categorías que se aprovecharon para enviar grupos de estadounidenses a Cuba. También se continuó enviando a cubanoamericanos para visitas familiares.
En ese año, además, se eliminó legalmente la posibilidad de continuar con vuelos fletados (charters) semanales a La Habana, que Marazul había comenzado desde el aeropuerto internacional Stewart, a 70 millas al norte de la ciudad de Nueva York. Se efectuaron seis vuelos, los primeros desde Nueva York tras el cierre de relaciones diplomáticas en 1961.
La administración de Reagan, agitada por enemigos de la comunicación con Cuba, llegó a decisiones extremas para afectar los viajes y asustar. En 1985, en una etapa donde no eran requeridas licencias específicas para viajes a Cuba, el Departamento del Tesoro envió citación legal a Marazul bajo amenazas para que suministrara los nombres de los clientes que habían viajado a Cuba. La agencia se negó. Con la ayuda del Center for Constitutional Rights, el National Lawyers Guild y el Conference of Black Lawyers se peleó en los tribunales y se ganó.
Durante dicha administración, la dinámica entre Estados Unidos y Cuba fue cada vez más tensa. La relación estrecha de Reagan con la Fundación Cubana Americana (organización con base en Miami e integrantes con dinero e influencia) impulsó varios cambios en los viajes y envíos de dinero o mercancías y también, promovió confrontaciones con la Isla. En mayo de 1985, Estados Unidos lanzó Radio Martí, con transmisiones radiales dirigidas a la Isla. El contenido de la programación estuvo muy influenciado por la Fundación. La nación caribeña bloqueaba la trasmisión, pero la violación de su soberanía enfurecía al gobierno cubano.
En reacción a Radio Martí, el gobierno cubano cerró drásticamente las posibilidades de viajes a los cubanoamericanos. Por varios meses no hubo viajes de visitas familiares, hasta que en 1986 se decidió establecer cuotas de viajeros. Considerando la alta demanda por viajes familiares, las cuotas crearon el problema de especulación con los precios.
Francisco Aruca y su empresa Marazul habían probado eficiencia y honestidad en la organización de viajes, por lo que las autoridades cubanas le otorgaron el control de la cuota de viajeros familiares. La agencia las administró bajo precios estables -alrededor de $425 todo incluido por persona ida y vuelta Miami-Habana-Miami en vuelos fletados- y estableció controles para garantizar que no hubiera especulación.
Al principio, la cuota era de aproximadamente 45 pasajeros semanales. Con el paso de los meses la cuota se fue incrementando y adicionalmente, Cuba comenzó a otorgar permisos de entrada por razones humanitarias de enfermedad o muerte. Luego de meses, se abrió nuevamente a varias agencias la oportunidad de viajes familiares de acuerdo a la demanda.
En cuanto a visitantes estadounidenses, entre 1982 y 2003, universidades, escuelas superiores, organizaciones profesionales y culturales, instituciones y grupos religiosos, al igual que miles de individuos, inundaron de solicitudes de licencias de viajes a la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) en el Departamento del Tesoro. Centenas de instituciones y miles de individuos recibieron licencias y organizaron viajes.
En esa etapa, Marazul orientó sobre los requisitos de licencias y ofreció servicios de coordinación de viajes, así como una excelente programación bajo la dirección de Bob Guild, experto dedicado a los viajes a Cuba durante más de 40 años.
En paralelo, Francisco Aruca estableció en la comunidad cubanoamericana de Miami un programa radial llamado Ayer en Miami, Un adiós a la impunidad, auspiciado por Marazul. Se transmitía de lunes a viernes por una o dos horas, en dependencia del momento.
El programa estuvo activo desde principios de la década del 90 hasta poco antes de la muerte de su creador, en marzo de 2013 y tuvo gran impacto en la comunidad. Además de promover la comunicación con Cuba, la reunificación familiar y una posición contra el bloqueo, Aruca analizaba la situación política local y nacional en Estados Unidos donde vivía y situaciones coyunturales en la Isla. No por casualidad, los llamados líderes en la comunidad cubanoamericana -ya fuera en los medios de comunicación o en la política local- lo atacaban y amenazaban por atreverse a desafiarlos.
En el 2001 se lanza la revista electrónica bilingüe Progreso Semanal/Weekly. Fundada por Aruca, Álvaro Fernández y otros, también auspiciada por Marazul. La revista, que ahora lees, permanece activa, publicada semanalmente y dirigida por Álvaro Fernández.
A través de los años, Marazul también ha apoyado al movimiento estadounidense de solidaridad con Cuba y en contra del bloqueo.