La trinidad impía de Florida que se postulan para presidente

Florida lidera el país con tres pretendientes que se postulan para presidente en 2024. Está Donald Trump, el expresidente que ahora vive en Palm Beach. Los otros son Ron DeSantis, gobernador del estado, y Francis Suárez, alcalde de Miami y también el más joven de los tres.

Pretendientes porque ninguno de los tres ha mostrado mucho interés en servir a la gente, sino que optan por usar su posición de poder para ayudarse a sí mismos y a sus amigos. El expresidente, por ejemplo, no solo instó a una insurrección en el Capitolio para derrocar a un presidente recién electo, sino que desde esa fecha del 6 de enero de 2020, Trump ha sido declarado culpable de abuso sexual, fraude y ahora los fiscales lo han acusado con 37 delitos graves, incluidos 31 cargos bajo la Ley de Espionaje de “retención deliberada” de registros clasificados. DeSantis, a quien Trump ayudó a ascender a la silla de gobernador en 2018 y a quien el expresidente ahora llama DeSanctimonious, en sus cuatro años como gobernador ha intentado devolver a Florida a su pasado anterior a la Guerra Civil al tiempo que impulsa un tipo de cristianismo que enfatiza el odio de ciertos grupos y recuerda una época representada en La letra escarlata de Hawthorne.

Luego está el joven Francis Suárez, que me hace reír cuando trato de adivinar qué apodo le pondrá Trump en la campaña electoral. Tal vez podamos realizar un concurso para nombrar a Little (ya tomado) Francis, o Santo Francis, o Bitcoin Francis, por su defensa de las criptomonedas…

Sin embargo, el hecho es que Francis, en un corto período de tiempo como alcalde, ha creado un lugar en su mente que el lo compara con la “Ciudad brillante en una colina” de Ronald Reagan. Francis, quien nació en Miami con una cuchara de plata en la boca, parece no darse cuenta de que no hay colinas en el sur de la Florida. Y durante su anuncio presidencial se comparó con Reagan diciendo: “Creo que nuestra candidatura será positiva, inspiradora y ambiciosa, muy parecida a Reagan…”

Tristemente, la verdad es que Francis Suárez ha fracasado estrepitosamente en ayudar a moldear una ciudad, su ciudad, donde todos puedan vivir dignamente. Seguramente ha fomentado un lugar diseñado para los ricos y famosos mientras ignora a los muchos necesitados que podrían usar la mano amiga que el alcalde está demasiado ocupado usando para ayudar a los ricos, especialmente a los millonarios y multimillonarios del boom tech, que han ayudado a hacer de Miami una de las ciudades menos asequibles en el país. Y no olvidemos que el FBI lo está investigando por sus conexiones con un desarrollador que le paga $10,000 al mes (ya recibió al menos $170,000 que nunca informó) por lo que el alcalde llama trabajo de consultoría. The Miami Herald ha informado que el FBI se está “enfocando en si los pagos constituyen sobornos a cambio de obtener permisos u otros favores del alcalde para [un] proyecto de uso mixto en Coconut Grove”.

Ahí los tienen: los tres pretendientes de Florida que aspiran a ser el próximo presidente de Estados Unidos.

Trump, por ahora, lo conocemos bien. Tiene seguidores de culto que votarán por él sin importar las circunstancias. Como dijo una vez: “Podría pararme en medio de la Quinta Avenida y dispararle a alguien, y no perdería ningún votante, ¿de acuerdo?” DeSantis, en mi opinión, puede ser el más peligroso de los tres. Es probablemente el más inteligente y ha gobernado Florida como una plantación sureña del siglo XIX. En cuanto a Francis, es el niño mimado que está convencido de que su sonrisa y su pensamiento positivo lo arreglarán todo.

Si alguno de los tres es elegido presidente en 2024, la pendiente resbaladiza en la que nos encontramos como país solo se volvería más pronunciada.

Y sigo preguntándome: ¿Son todo lo que tenemos en Florida?