La pregunta no respondida al Encargado de Negocios de EEUU en La Habana

Para nadie escapa que míster Hammer anda y se mueve con intenciones de un pirómano profesional sembrando chispas por toda la isla. No dudaría que alguna que otra pueda provocar un incendio…

La máxima autoridad estadounidense en su representación en Cuba, Mike Hammer, ofreció recientemente una concurrida rueda de prensa en la ciudad de Miami con el objetivo de hacer pública sus consideraciones en torno a la isla y a ese tour, criticado y permitido, que emprendió a lo largo del territorio nacional.

El colega y amigo Roberto Paneque Fonseca ha suscrito una enjundiosa nota acerca de todo lo dicho por el Encargado de Negocios y, además, de una interrogante enviada al efecto que aún aguarda una respuesta que probablemente nunca ocurra.

Otro tanto ha corrido a cargo de Carlos Alzugaray, profesor y ex diplomático cubano, en su página de Facebook, quien ha expuesto un grupo de elementos a tener muy en cuenta de cara a la Convención de Viena sobre las funciones de un representante extranjero, reglas que Hammer se las ha pasado por el arco de triunfo.

Las notas de Paneque, como las de Alzugaray, no merecen “aderezo” alguno y mucho menos corrección. Son muy objetivas, periodísticas, sin meter en exceso la cuchareta política por el aquello tan socorrido como cierto de que, a buen entendedor, con pocas palabras bastan.

Mike Hammer una de las primeras notas que aportó fue que no sentía miedo alguno que algo le sucediera en sus frecuentes viajes por la isla, que su prioridad era acercarse a los micro y pequeños empresarios además de trabajadores por cuenta propia en plan de ayuda.

A policías y jueces los trató de represores y que en lo adelante su administración tomaría medidas más represivas y restrictiva contra el gobierno en Cuba, aunque no ofreció detalles de cuáles serían.

Alzugaray, por su parte, afirmó que “el señor Hammer comete un error muy común entre muchos diplomáticos norteamericanos: nada más hablan con las personas que le dicen lo que quieren escuchar”.

“Le pregunté”- inquiría Paneque- “si el objetivo suyo como encargado de negocios de los Estados Unidos en La Habana era apoyar realmente al pueblo cubano y a la gente que está sin medicina, a los enfermos de cáncer que no tienen recursos ni medicamentos en los que les va la vida, a quienes están sin comida, sin combustible para que sus casas y sus negocios funcionen…”.

Para nadie escapa que míster Hammer anda y se mueve con intenciones de un pirómano profesional sembrando chispas por toda la isla. No dudaría que alguna que otra pueda provocar un incendio…

Aurelio Pedroso, periodista cubano, graduado de la Universidad de La Habana.

Tomado de elBoletin.