
Informe: Trump ordena un plan para apoderarse del Canal de Panamá
El presidente Donald Trump ha ordenado al Pentágono que prepare planes para llevar a cabo su amenaza de “recuperar” el Canal de Panamá, incluso mediante el uso de la fuerza militar si es necesario, según informaron a NBC News el jueves dos funcionarios estadounidenses familiarizados con la situación.
Según el medio, los funcionarios indicaron que el Comando Sur de EE. UU. (SOUTHCOM) está elaborando posibles planes que abarcan desde una colaboración más estrecha con el ejército panameño hasta un escenario menos probable: que las tropas estadounidenses invadan el país y tomen el canal por la fuerza. También indicaron que el comandante del SOUTHCOM, el almirante Alvin Holsey, ha presentado un borrador de estrategias para que lo revise el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, quien tiene previsto visitar Panamá el próximo mes.
Los funcionarios explicaron que la probabilidad de una invasión estadounidense depende del nivel de cooperación mostrado por el ejército panameño.
Trump se ha negado repetidamente a descartar el uso de la fuerza militar para tomar el control de la vital vía fluvial construida por EE. UU., así como de Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, aliado de la OTAN.
La semana pasada, durante su discurso conjunto ante el Congreso, Trump proclamó que “para fortalecer aún más nuestra seguridad nacional, mi administración recuperará el Canal de Panamá”, pero su administración no ha aclarado con precisión qué implica “recuperar”.
El presidente republicano afirma que Estados Unidos necesita retomar el control del Canal de Panamá para mejorar la “seguridad económica” y ha afirmado falsamente que la vía fluvial está “operada por China”.
A principios de este mes, la firma de inversión BlackRock, con sede en Nueva York, lideró a un grupo de inversionistas en un acuerdo de 23.000 millones de dólares para comprar puertos en ambos extremos del Canal de Panamá a un conglomerado con sede en Hong Kong, un acuerdo que Trump, dudosamente, utilizó como prueba de que “ya hemos comenzado” a recuperar el conducto.
El presidente panameño, José Raúl Molina, replicó que “el Canal de Panamá no está en proceso de recuperación… ¡El canal es panameño y seguirá siendo panameño!”.
Estados Unidos controló lo que antes se conocía como la Zona del Canal de Panamá desde la construcción de la vía fluvial a principios del siglo XX —realizada principalmente por trabajadores afrocaribeños, miles de los cuales murieron en lo que se conoce como el proyecto de construcción más mortífero del mundo— hasta que el entonces presidente Jimmy Carter transfirió la soberanía a Panamá a finales de la década de 1970. En virtud de los tratados Torrijos-Carter, Estados Unidos se reserva el derecho a emplear la fuerza militar para defender la neutralidad del canal.
Estados Unidos ha empleado repetidamente la fuerza militar letal en Panamá a lo largo de las décadas, incluyendo durante un levantamiento estudiantil de 1964 contra el control estadounidense, en el que murieron 22 panameños y cuatro soldados estadounidenses, y en una invasión a gran escala en 1989 ordenada por el entonces presidente George H.W. Bush para capturar a Manuel Noriega, antiguo aliado y agente de la CIA convertido en dictador narcotraficante. Los invasores estadounidenses mataron a cientos de panameños, incluidos muchos civiles. En un artículo para Americas Quarterly esta semana, el jurista panameño Alonso E. Illueca argumentó que los esfuerzos de Panamá por apaciguar a Trump no están funcionando. Estos incluyen el acuerdo con BlackRock y otras medidas como abandonar la iniciativa china “Belt and Road”, acoger a migrantes de terceros países deportados por Estados Unidos, respaldar una resolución estadounidense sobre Ucrania en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, auditar los puertos del país y revisar un proyecto ferroviario desarrollado originalmente por el gobierno chino.
“Panamá debería abandonar su política complaciente con Estados Unidos, que solo puede conducir a una escalada de demandas para eliminar la influencia china, en detrimento de la soberanía nacional panameña”, afirmó Illueca.
“Una política alternativa para Panamá es alinearse con el orden internacional basado en normas”, continuó. “Esto incluye establecer sinergias con estados afines que también se han visto afectados por las acciones de Estados Unidos, como Canadá, México, Groenlandia y Dinamarca”. El país debería buscar trascender la dualidad entre Estados Unidos y China y buscar alternativas de alianza, que incluyan a socios como la Unión Europea.
En resumen —añadió Illueca—, el camino a seguir para Panamá radica en reemplazar la disonancia estratégica con claridad estratégica.