Ex ministro pide a Diaz-Canel que atienda propuestas de economistas antes de que sea demasiado tarde

En la Asamblea de diciembre del 2023, el Primer Ministro presento y le fue aprobada una extensa lista de propuestas, que supuestamente contribuirían a remontar la crisis que ya en ese momento había paralizado una buena parte de la producción agrícola y de las empresas estatales. Concluyendo ya el 2024 es prácticamente muy poco lo que se ha logrado avanzar en la implementación y ejecución de la lista propuesta y aprobada. Se ha hecho énfasis en las llamadas distorsiones, que si bien han tenido determinado efecto positivo en la disminución de  precios abusivos, han logrado tener un efecto recesivo en la actividad de las empresas privadas, sin que se haya a su vez logrado el despegue de las empresas estatales. En resumen, no es aventurado afirmar que las propuestas aprobadas han tenido un efecto casi nulo en la reactivación de la economía. Se ha perdido un precioso año. Sería reclamable, que en la próxima Asamblea Nacional, en diciembre, el Primer Ministro llevara a cabo una autocrítica profunda sobre su Programa y los pobres resultados que se han obtenido del mismo.

Desde hace alrededor de 10 años un significativo número de economistas y académicos, algunos de ellos con muchos años de experiencia en la dirección de la economía, y otros en la enseñanza académica, han venido señalando críticas fundamentadas y haciendo propuestas acerca de cómo organizar y conducir la economía, no en base a caprichos de la burocracia, sino sobre la base de principios de la ciencia y la practica demostrada en las economías con éxito. Ninguno ha reclamado tener toda la verdad, pero si el derecho a debatir y que se les oiga antes de decidir sobre las decisiones más estratégicas. Algunos de los errores más graves que ha cometido la dirección de la economía y del gobierno en los últimos años, que no han sido pocos, se hubiesen podido evitar si no hubiese prevalecido la autosuficiencia y la prepotencia, que es un mal característico de la burocracia, que se ha exacerbado en la administración del País en los temas de la economía.

Y de pronto, casi sin previo aviso, nos ha sorprendido no solo el triunfo de Trump como Presidente en las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos, sino que arraso con Kamala Harris y el Partido Demócrata, de tal forma que gano el Senado, la Cámara de Representantes, domina la Corte Suprema, lo que le va permitir actuar, por lo menos hasta las próximas elecciones de medio término como un virtual Dictador. Y además acaba de nominar a Marco Rubio como Secretario de Estado, que traerá en su plan de trabajo, aunque no lo diga aun, la tarea de acabar con la Revolución Cubana. No lo lograra jamás, porque el Pueblo de Cuba, en los últimos 130 años ha resistido sin rendirse, la Reconcentración de Weyler, la Tiranía de Machado, la de Batista y desde 1959 el acoso constante de todas las administraciones norteamericanas, republicanas o demócratas. Donald Trump y Marco Rubio tampoco podrán con el Pueblo de Cuba. Pero como nos ha cogido de sorpresa, habrá que apresurarse en tomar todas las acciones que los hagan fracasar. Sin duda se les puede hacer fracasar. El secreto: actuar de inmediato, sin cometer más errores y olvidando teorías seudo marxistas. La principal que hay que erradicar es la de continuar pensando que el Mercado es enemigo de la economía socialista. No lo es, y por el contrario es el principal instrumento con que se puede contar para salir de la crisis. Demasiado nos hemos demorado en aceptarlo.

A su vez en 65 años nunca la economía cubana se ha encontrado en una situación más frágil como en la actualidad. La economía del País no está produciendo, ni siquiera para subsistir. La conducción de la economía ha sido errática e incapaz de gestionarla para salir de la crisis. Tanto el Ministro de economía,  como el Primer Ministro han quedado atrapados en consignas contra las distorsiones, lograr la bancarización y pagar impuestos a la ONAT, que si algo han logrado ha sido paralizarla aún más al poner a inspectores bajo el mando de autoridades municipales, con facultades de imponer multas a las empresas, sean estatales o privadas, a diestro y siniestro. En medio de ciclones y de apagones, así es imposible que cualquier economía produzca y se sostenga. Una burocracia desconocedora de las leyes que deben de regir una economía, cuya  función principal debería ser producir, se ha adueñado del mando, desde los municipios hasta el gobierno central, con consignas que nada tienen que ver con producir y comercializar eficientemente bienes para el consumo de la población y la exportación.

En estas condiciones y frente al peligro que nos acecha, tenemos todo el derecho, los economistas con larga experiencia y los académicos y profesores universitarios que durante años lo hemos estado reclamando, sin ser oídos ni tenidos en cuenta, de recordarle a la Dirección del Estado y también del Partido Comunista de Cuba, lo que nos enseñó Fidel, que cada vez que tuvo que tomar decisiones trascendentales, consulto y tomo las opiniones de todos los que pudieran aportar, dispuesto siempre a debatir con los que no coincidieran con él, logrando, que incluso, los que manifestaran alguna opinión discrepante, una vez tomada la decisión, la aceptaran como suya y la defendieran. Esa disposición al diálogo y al debate antes de tomar decisiones importantes y trascendentales para el País y su economía, es lo que ha faltado en los últimos años. Y también nos enseñó, que cuando las cosas no salían bien, asumía su responsabilidad ante el Pueblo, como cuando lo hizo en la Plaza de la Revolución ante el fracaso de la Zafra de los 10 Millones. Sabía hacerlo, con su honestidad revolucionaria inigualable, y el Pueblo asumía la responsabilidad junto con él. Este es el reclamo, que respetuosamente, le hacemos a la Dirección del Estado y el Gobierno los economistas y académicos revolucionarios.

¿Qué es lo que considero que hay que debatir con urgencia para su implementación por el Gobierno antes de que concluya 2024 y el Primer trimestre del 2025?

1.      La Estabilización macroeconómica. Sin resolverla la economía ira al abismo y se llevara con ella a toda la sociedad. Habrá que tomar decisiones difíciles, entre ellas establecer la tasa de cambio oficial objetiva del Peso cubano y controlar y reducir el déficit presupuestario, pero no será posible arreglar la economía sin tomarlas. Y a cualquier problema, por difícil que sea, se le puede encontrar solución. La peor solución es la indecisión.

2.      Poner a operar en condiciones de mercado a todas las empresas estatales. Convertirlas en Publicas lo más rápidamente posible. El Estado seria el propietario del Capital, pero no metería las manos en la administración. Invertiría en sus empresas. Que en la práctica estas operen como operan las MIPYMES privadas. Darles facultades para exportar e importar.

3.      No restringir la creación de nuevas MIPYMES. Si hoy hay 10 mil y el sector privado tuviera capital para crear 50 mil, aprobar todas las que cumplan  las regulaciones recientemente aprobadas. Promover y estimular los negocios y encadenamientos de mutuo beneficio entre las empresas estatales y las privadas. Dejar de pensar y de expresar públicamente por algunos dirigentes del País, que las empresas estatales son ¨las nuestras´´  y las del sector privado ¨son de otros¨. Todas son de Cuba y enriquecen el patrimonio de la Nación, al tiempo que con esos pronunciamientos tienden a dividir a la nación políticamente.

4.      Que los productores privados agrícolas puedan crear pequeñas empresas, aunque tengan tierras entregadas en usufructo. Que puedan firmar contratos con las empresas comerciales estatales y privadas de los territorios que comercializan productos agrícolas. Que puedan abrir sus cuentas bancarias en los bancos y respaldar los créditos bancarios que reciban con sus activos financieros.

5.      Garantizar ingresos, mediante subsidios suficientes, resbalantes con la inflación, a toda la población vulnerable económicamente, para que adquiera lo necesario para su subsistencia. El resto de la población obtendría los ingresos mediante su trabajo. Dar por terminada la Libreta de abastecimientos en el primer trimestre del 2025. Los recursos financieros ahorrados dedicarlos a inversiones en la agricultura.

6.      Crear una Banca moderna equipada como cualquier otra en el mundo, que sea capaz de ofrecer servicios bancarios eficientes a todas las empresas estatales, privadas, cooperativas y a la población. Que el crédito bancario se convierta en la principal vía para financiar a la actividad corriente de las empresas y los productores privados agrícolas.

7.      Constituir un Grupo de Trabajo, con funcionarios de los organismos de la macroeconomía y profesores universitarios y académicos, bajo la Supervisión del Presidente de la Republica que se encargue de diseñar los mecanismos económicos y procedimientos financieros para regular el mercado, que sean capaces de evitar las distorsiones y corregirlas a tiempo.

8.      Convertir la producción cañera y azucarera en un objetivo prioritario de la economía cubana. Convertirlas en objetivos de inversión extranjera. Buscar fórmulas en que pueda participar en esas inversiones y desarrollo el sector privado cubano y el capital extranjero de origen cubano.

9.      Crear un Grupo de Trabajo presidido por un Vicepresidente del Consejo de Ministros que se encargue de negociar la deuda externa del País, con fórmulas que incluyan intercambios de activos del sector turístico por deuda.

10.   Explorar a fondo para su utilización al máximo, las posibilidades que brinda la participación de Cuba como socio de los BRICS. Debe convertirse en una vía principal para negociar las exportaciones e importaciones de las empresas cubanas al margen de la utilización del SWIFT bancario, principal instrumento norteamericano del bloqueo financiero contra la economía cubana. Asimismo, gestionar con el Banco de los BRICS un crédito financiero a mediano plazo, con garantías, si fuera necesario, de activos fijos nacionales, e ingresos por exportaciones a los países socios de los BRICS.

Hasta aquí las propuestas de acción que considero que la Dirección del País debe organizar su Debate de inmediato. Cuando nos atacó la epidemia de la COVID el Presidente de la Republica asumió la dirección de los debates y la responsabilidad por las decisiones que lograron crear las Vacunas y adoptar las medidas prácticas, en medio del feroz Bloqueo yanqui durante el anterior gobierno de Trump, que lograron salvar miles o quizás millones de vidas de compatriotas. La situación que se le presenta hoy a la Patria, y a lo construido por nuestro Pueblo hasta aquí, puede ser aún más peligrosa. Puede estar en peligro la existencia de Cuba como nación libre y soberana, en el supuesto hipotético de que el grupo de fascistas que se están preparando para asumir el gobierno de los Estados Unidos, intenten continuar apretando los tornillos, incluso diplomáticos, a fin de quebrar la resistencia del Pueblo Cubano.  Si hacemos todo lo que tenemos que hacer nunca lo podrán lograr. Pero hay que hacerlo.

Lo que propongo es que el Presidente de la Republica y Primer Secretario del Partido se haga cargo de conducir y presidir el debate con todo el que pueda aportar propuestas. Que logre hacerlo con el mismo sentido de Urgencia que logro cuando la COVID. Sera en este caso también, una batalla contra el tiempo. Pero llevarla a cabo como la haría Fidel. Una vez que esté claro lo que hay que hacer, decidir y hacerlo. Y estar convencidos de que el Pueblo Cubano si está bien informado de cómo se están debatiendo los problemas y el consenso logrado para aplicarlas, aunque de momento puedan ser dolorosas, las apoyara como siempre lo ha hecho en toda la historia de la Revolución. No se trata ahora solo de resistir. Se trata de vencer.

Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.
Tomado de Cuba y Economia.