Esa avioneta en vuelo rasante Sancti Spíritus-Miami
Muy comentada en Miami y La Habana la fuga protagonizada por el capitán Rubén Martínez Machado cuando el pasado viernes, en acto de indiscutible piratería, voló hasta Miami piloteando en poco menos de una hora una vieja avioneta soviética AN-2 dedicada a los menesteres de fumigación en los arrozales de la central provincia de Sancti Spíritus.
Quien suscribe no puede menos que recordar que allá por 1987, en estudios de periodismo en la antigua Unión Soviética, un excoronel de la entonces KGB, dedicado a impartir la engorrosa asignatura de Comunismo Científico, nos contó a un reducido grupo de alumnos, que el general de brigada Rafael Del Pino, autor de una escapada similar en un Cessna 402, había hecho declaraciones a su llegada a territorio estadounidense. Declaraciones que nunca más volví a escuchar ni en boca o letra de nadie.
Según el coronel KGB, que decía estar retirado, Del Pino había manifestado a los servicios de inteligencia gringos, que mucho cuidado con esos vuelos de sólo minutos a baja altura, porque en Cuba había pilotos decididos a hacerlo y volar en pedazos la central nuclear de Turkey Point, en Florida, para ocasionar un daño equivalente al desembarco de toda una brigada de asalto.
Sin ser un analista en temas militares porque en verdad nunca me ha interesado y ya hoy los drones hacen de las suyas, aquellas supuestas declaraciones del general, han sido a lo largo de estos años, una de las razones para desconfiar un tanto de una posible invasión a la isla. Amenaza que ya peina canas y posiblemente ya no tenga un pelo sobre la cabeza.
Insisto, la cercanía es el mayor impedimento cuando pudiera ser muy favorable para otras acciones no precisamente militares, sino de paz, comercio y muchos intereses comunes.