En el debate con Trump, Harris debe aprovechar la narrativa sobre la Seguridad Social

A Donald Trump le encanta difundir información errónea y mentiras descaradas sobre el programa de Seguridad Social. Si nadie lo desafía, lo hará en el debate de esta semana. Afortunadamente, la vicepresidenta Kamala Harris puede contrarrestar esas mentiras con la verdad sobre nuestro sistema de Seguridad Social y el compromiso del Partido Demócrata de proteger y ampliar los beneficios.

Harris es una defensora de la Seguridad Social desde hace mucho tiempo. Como senadora, copatrocinó la Ley de Expansión de la Seguridad Social. Esta legislación aumentaría los beneficios en $200 por mes y mantendría la Seguridad Social fuerte durante los próximos 75 años y más. Se financia en su totalidad al exigir que los estadounidenses más ricos, que actualmente dejan de contribuir a la Seguridad Social después de sus primeros $168,600 de ingresos, contribuyan con su parte justa.

Harris no ha vacilado en este compromiso. Este agosto, en el 89 aniversario de la Seguridad Social, tuiteó: “Durante 89 años, la Seguridad Social ha marcado la diferencia entre la pobreza y la tranquilidad de millones de personas mayores, personas con discapacidades y otros beneficiarios. Donald Trump es una amenaza para estos programas fundamentales. Como presidente, los protegeré y los ampliaré”.

En consecuencia, la plataforma demócrata para 2024 establece que “rechazamos cualquier esfuerzo por privatizar la Seguridad Social o recortar cualquiera de los beneficios que el pueblo estadounidense se ha ganado. Los estadounidenses de clase media pagan el 6,2 por ciento de sus ingresos para apoyar la Seguridad Social, y los autónomos pagan el doble. Pero las personas con ingresos multimillonarios pagan una fracción del 1 por ciento. Reforzaremos el programa y ampliaremos los beneficios pidiendo a los estadounidenses más ricos que paguen su parte justa”.

A principios de esta semana, la campaña de Harris publicó su agenda política oficial, A New Way Forward, que establece que “la vicepresidenta Harris protegerá la Seguridad Social y Medicare contra los incesantes ataques de Donald Trump y sus aliados extremos. Fortalecerá la Seguridad Social y Medicare a largo plazo haciendo que los millonarios y multimillonarios paguen su parte justa en impuestos. Siempre luchará para garantizar que los estadounidenses puedan contar con obtener los beneficios que se ganaron”.

El plan de Harris para la Seguridad Social es extremadamente popular en todos los partidos. El ochenta y tres por ciento de los demócratas, el 73 por ciento de los independientes y el 73 por ciento de los republicanos quieren ampliar la Seguridad Social y pagarla haciendo que los ricos contribuyan con su parte justa. Pero para que Harris se beneficie de esta popularidad, los votantes deben conocer su plan.

El próximo debate es la oportunidad perfecta para que Harris contrarreste las mentiras de Trump sobre la Seguridad Social y tome el control de la narrativa. Trump ha comprendido desde hace mucho tiempo la potencia política de la Seguridad Social. En 2015, afirmó que “no voy a recortar la Seguridad Social como todos los demás republicanos”. Esto fue una mentira. Como presidente, todos y cada uno de sus presupuestos propusieron recortes a la Seguridad Social, así como a Medicare.

Ahora, Trump está redoblando la apuesta por la desinformación haciendo demagogia sobre los inmigrantes. Su campaña está inundando las ondas de radio en Pensilvania y otros estados clave con anuncios y correos diciendo que los inmigrantes indocumentados, ayudados por Kamala Harris, están recibiendo beneficios de la Seguridad Social. Eso es una mentira.

La verdad es exactamente la contraria: los inmigrantes indocumentados no reciben ni un centavo de los beneficios de la Seguridad Social, a pesar de que contribuyen miles de millones de dólares al sistema cada año. Incluso si más tarde se documentan y pueden demostrar que esas son sus contribuciones, se les prohíbe recibir ni un centavo de esos beneficios ganados. Y como todos los trabajadores estadounidenses, los trabajadores documentados sólo reciben beneficios si han contribuido durante el número requerido de trimestres: cuarenta trimestres para los beneficios de jubilación.

La inmigración hace que la Seguridad Social sea más asequible, añadiendo millones de trabajadores que contribuyen a la Seguridad Social con cada salario. Como ha explicado el Actuario Jefe de la Seguridad Social, “Como los inmigrantes en los EE. UU. son generalmente jóvenes, aumentan la proporción de población en edad de trabajar respecto de la población en edad de jubilación de la misma manera que lo hacen los nacimientos”. Y a diferencia del plan de J. D. Vance para aumentar la fuerza laboral, no implica obligar a las mujeres a llevar a término embarazos no deseados y potencialmente mortales.

El presidente demócrata Franklin D. Roosevelt, el hombre que propuso y firmó la ley de Seguridad Social, dijo, cuando los republicanos buscaron apoyo político para revocar este logro histórico, que “es una vieja estrategia de los tiranos engañar a sus víctimas para que luchen sus batallas por ellos”. Eso es exactamente lo que Trump está tratando de hacer con sus mentiras sobre los inmigrantes. Quiere dividir y distraer al pueblo estadounidense para que no se concentre en la verdadera amenaza a la Seguridad Social: los multimillonarios que harán cualquier cosa para evitar pagar su parte justa al sistema.

Trump también tiene otro argumento en contra de la Seguridad Social: afirma que eliminará los impuestos sobre las prestaciones. Es una idea políticamente astuta, pero cuando se rasca la superficie, no es lo que parece. Esos impuestos son parte de los ingresos dedicados a la Seguridad Social. Los ingresos van a los fondos fiduciarios de la Seguridad Social, y Trump no tiene ningún plan para reemplazarlos. El problema es que la Seguridad Social necesita más ingresos dedicados, no menos. Los fideicomisarios de la Seguridad Social están proyectando que, si el Congreso no actúa, las modestas pero vitales prestaciones de la Seguridad Social se reducirán automáticamente en un asombroso 17 por ciento en aproximadamente una década.

Trump y sus correligionarios republicanos han dejado en claro que no solo no quieren aumentar los impuestos a los súper ricos, sino que quieren darles más exenciones impositivas. En consecuencia, la propuesta de Trump de reducir los impuestos a las prestaciones de la Seguridad Social es un espejismo cínico. Simplemente provocaría los recortes automáticos proyectados antes. Al igual que sus otras mentiras, no proporcionaría lo que él afirma. Llevaría a prestaciones más bajas, cuando el humo se disipe, no a prestaciones más altas.

Es importante destacar que los demócratas también están proponiendo un alivio de la tributación de los beneficios, junto con una serie de otras ampliaciones. En marcado contraste con el plan de Trump, el plan demócrata está totalmente financiado, al exigir que quienes tienen ingresos anuales superiores a $400,000 paguen su parte justa.

La diferencia entre las posiciones demócratas y republicanas no podría ser más clara. Los demócratas quieren eliminar el déficit proyectado de la Seguridad Social y ampliar los beneficios, todo ello financiado al exigir que los súper ricos paguen su parte justa. Los republicanos quieren recortar la Seguridad Social, ya sea mediante un proceso a puertas cerradas o recortes automáticos, que evitan la rendición de cuentas política, y quieren dar aún más dádivas fiscales a sus donantes súper ricos.

Aquellos que apoyan la Seguridad Social deben votar por los demócratas que quieren ampliarla, no recortarla. Pero deben saber cuál es la postura de ambos partidos. El próximo debate ofrece a la vicepresidenta Harris la oportunidad perfecta para marcar la diferencia. Ya sea que se le haga una pregunta específica sobre la Seguridad Social o no, ella debe asegurarse de que quienes la estén viendo sepan la verdad.

Nancy J. Altman es presidenta de Social Security Works y presidenta de la coalición Strengthen Social Security. Tiene 40 años de experiencia en las áreas de seguridad social y pensiones privadas.
Tomado de Common Dreams. Traducción de Progreso Semanal.