El empeoramiento de la crisis alimentaria de Cuba significa que el bloqueo de EE.UU. debe terminar ahora

En una reunión en La Habana el 11 de agosto a la que asistieron ministros de gobierno y prensa, el presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Esteban Lazo, transmitió un mensaje al ministro de Agricultura de Cuba desde la Asamblea, cuya reciente sesión finalizó el 22 de julio. El ministerio estaría “transformando y fortaleciendo producción agrícola del país”, para iniciar “un movimiento político y participativo que desataría una revolución productiva en el sector agropecuario”.

La Asamblea Nacional se ocupó principalmente del actual desastre alimentario de Cuba. La vida de muchos cubanos es precaria debido a la escasez de alimentos, los altos precios y los bajos ingresos.

Información surgida de las deliberaciones de la Asamblea da fe de la realidad de crisis en Cuba. Crece la urgencia de que los amigos de Cuba en los Estados Unidos resistan las políticas estadounidenses de nuevas formas, con fuerza y asertividad. Su propio gobierno da cuenta de nuevos sufrimientos y miserias en Cuba.

El presidente Miguel Díaz-Canel enfatizó la resistencia al dirigirse a la Asamblea Nacional. Dedicó sus palabras a dos héroes revolucionarios presentes. Admirando “su pie en el estribo de las dificultades y su rifle apuntando a los errores”, puede haber estado pensando en el trabajo duro que tenía por delante.

Mencionó “problemas de nuestra difícil vida cotidiana, como la producción de alimentos, la generación de electricidad, la disponibilidad de agua, la delincuencia, la inflación creciente, los precios abusivos”. Criticó los comportamientos “que refuerzan el bloqueo omnipresente por la inacción, la apatía, la insensibilidad, la incapacidad o el simple cansancio y la falta de fe”.

Díaz-Canel señaló con aprobación que los delegados discutieron “más estrechos vínculos entre los diputados y la población”, “mejor manejo y asignación de la moneda”, “mayor participación directa del sector no estatal en la producción nacional”, “autonomía municipal” y “ presión a la baja sobre los precios”.

“Sobre todo”, insistió, “debemos dedicarnos a crear riqueza, en primer lugar, produciendo alimentos”.

El Viceprimer Ministro Jorge Luis Tapia Fonseca informó sobre la implementación de la ley de 2022 de Cuba sobre Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional. Señaló que la autosuficiencia alimentaria en las áreas locales estaba rezagada. Los rendimientos de los cultivos eran bajos. Las enfermedades de las plantas y la falta de insumos obstaculizaron la producción de cereales.

Los cubanos individualmente habían consumido solo 438 gramos de proteína animal por mes en 2022, y en mayo de 2023, solo 347 gramos; recomendaciones llamar a la ingesta de 5 kg mensuales. No se criaron suficientes pollos; la carne de ave y los huevos eran escasos.

Los rendimientos del maíz, la soja, el sorgo y otros cultivos se reducen y la mayoría de los alimentos para animales no están disponibles. Por lo tanto, la producción de carne de cerdo ha disminuido, la leche no está disponible para los adultos y se cría menos ganado. El pasto es pobre, debido a la sequía y la falta de fertilizantes.

Tapia señaló los fracasos. La producción de los productores de alimentos controlados por el estado es baja. Los productores, distribuidores y consumidores institucionales no se contratan regularmente para facilitar la distribución de alimentos. A los productores no se les paga, porque no hay crédito disponible. El robo de ganado ha alcanzado nuevas alturas, 44.318 cabezas en lo que va del año.

Tapia explotó: “Se necesita trabajo para producir alimentos. Todo el mundo quiere entregas de comida, pero no hacemos nada para producirla. Nos falta una cultura de producción… No necesitamos todos estos papeles, ni palabras. ¿Cuándo empezamos a sembrar? ¿Quién lo hará?

El Ministerio de Finanzas y Precios emitió un informe previo a la sesión de la Asamblea Nacional. Reconoció la alta inflación, el descontento popular generalizado y la necesidad de “soluciones concretas”. El ministro Vladimir Regueiro Ale indicó que los precios se dispararon un 39% durante 2022 y un 18% más en lo que va de 2023.

La inflación, explicó, varía de una provincia a otra y puede manifestarse como una fijación de precios abusiva, especialmente cuando escasean los suministros y productos agrícolas.

Al comentar sobre el informe, el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, recordó a los delegados que la disminución de la producción y la inflación estaban conectadas: “Si no hay producción y suministro, no lograremos un control efectivo de los precios”. Denunció que “prácticamente el 100% de la canasta de alimentos se está importando”.

La Comisión de Agricultura y Alimentación de la Asamblea emitió un informe más. Mencionó problemas de organización y gestión e informó que solo ha llegado el 68% del diésel esperado en lo que va de 2023, 14.700 toneladas menos que en igual período del año anterior; Se ordenaron 28.900 toneladas de fertilizante importado, pero solo llegaron 168 toneladas. La producción de fertilizantes de Cuba ha sido nula este año frente a las 9.600 toneladas producidas en los mismos meses de 2022.

Las comunidades rurales de Cuba están en problemas. Pronto “no nos quedará nadie en el campo”, dijo un delegado. Otro pidió mejorar las “carreteras, la vivienda y la conectividad”. Alguien que calificó de bajas las habilidades agrícolas llamó a enseñar “técnicas agroecológicas” y “buenas prácticas para la producción, procesamiento y comercialización de alimentos”.

Circuló la idea de que la autonomía local estimularía la producción de alimentos. Hasta abril de 2023, los aspirantes a agricultores aún no habían tomado posesión de 258 388 hectáreas de tierra ociosa que se les puso a su disposición sin costo alguno en virtud de las reformas de tenencia de la tierra de 2008.

Frei Betto: “El desabastecimiento actual es más severo que en el Período Especial”.

Frei Betto, brasileño amigo de la Cuba revolucionaria y asesor del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional de Cuba, visitó Cuba en junio. Para él, el “desabastecimiento actual es más severo que en el Período Especial (1990-1995)”. Indicó que Cuba ahora importa el 80% de los alimentos que consume, frente al 70% hace aproximadamente cinco años, que cuesta $ 4 mil millones anuales, frente a $ 2 mil millones. Solo para el maíz, la soya y el arroz, el desembolso ahora es de 1500 millones de dólares al año.

Indicó también que la tonelada de carne de pollo importada ahora cuesta $1,3 millones, frente a los $900.000 de hace un año, que “ha empeorado la oferta de trigo”, que la producción de leche ha bajado 38 millones de litros en un año, que menos petróleo de Venezuela, gracias a las sanciones de Estados Unidos allí, significa una reducción de la producción de alimentos en Cuba.

Los orígenes de la escasez de alimentos en Cuba y el modo de intervención estadounidense son muy relevantes. La escasez no se debe únicamente a las políticas estadounidenses. La sequía, los daños causados por huracanes, la infestación de arbustos de marabú, la erosión del suelo, la alta acidez del suelo, el drenaje deficiente y la falta de material orgánico en el suelo han contribuido. Las tendencias burocráticas y centralizadoras del gobierno de Cuba juegan un papel.

El bloqueo económico estadounidense es central. La crisis alimentaria está en línea con las propuestas del funcionario del Departamento de Estado Lestor Mallory en 1960 de políticas que conducen al “hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno”. El bloque soviético cayó tres décadas después. El gobierno de Estados Unidos recrudeció el bloqueo económico mediante leyes en 1992 y 1996 y, posteriormente, la designación de Cuba como nación patrocinadora del terrorismo.

Más allá de las prohibiciones de productos fabricados o vendidos por empresas estadounidenses, las categorías proscritas pronto incluyeron productos fabricados por empresas extranjeras asociadas con empresas estadounidenses y productos que contenían un 10 % o más de componentes de origen estadounidense. Ahora las empresas extranjeras activas en Cuba se enfrentaban a una posible acción judicial de Estados Unidos.

Los préstamos internacionales y las transacciones internacionales en dólares suelen estar fuera de los límites. Los pagos en el extranjero no llegan a los destinos. Los ingresos por exportaciones no llegan.

Piense en las importaciones de semillas, fertilizantes, herbicidas, pesticidas, animales de cría, suministros y medicamentos veterinarios, equipos nuevos, repuestos, exportaciones de café, ron y níquel. Piense en préstamos para comprar alimentos y más, préstamos para el desarrollo agrícola. Piense en los impedimentos para restaurar la infraestructura rural.

El bloqueo, la herramienta preferida de Estados Unidos, ha afectado duramente a la producción de alimentos en Cuba. Está muy avanzado en el logro de su propósito final. Cuba necesita una nueva orden de apoyo de amigos en los Estados Unidos─ “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas…” de Martí.

Muchos han admirado tanto el tipo de socialismo de Cuba como para suponer que los logros sociales de Cuba y la exuberante solidaridad internacional despertarían tal entusiasmo que, junto con las consideraciones de justicia, legalidad, vecindad y repugnancia contra la crueldad de los EE. UU., harían que los legisladores estadounidenses pensaran de nuevo en Cuba. Nunca sucedió.

Ahora, en un momento decisivo en Cuba, se necesita una nueva dirección, una que trate de persuadir, organizar y unificar a los grupos políticos de izquierda y a los activistas contra la guerra y contra el imperio de todas las tendencias. Se necesita liderazgo.

Frei Betto dice que “es hora de que todos, en solidaridad con la Revolución Cubana, intensifiquemos la lucha contra el bloqueo estadounidense y movilicemos la cooperación internacional con la isla que se atrevió a conquistar su independencia y soberanía frente a el más poderosos y genocida imperio en la historia de la humanidad.”

Tomado de CounterPunch.