El caso Gil y el Socialismo Traicionado
El libro Socialismo Traicionado analiza las causas que provocaron el derrumbe del socialismo en la antigua URSS. Entre ellas, la corrupción a todos los niveles y el poder del llamado mercado negro.
Progreso Weekly/Semanal
Aurelio Pedroso
El arresto, investigación y encausamiento del exministro y vicepresidente Alejandro Gil Fernández por “graves errores cometidos”, me ha obligado a un nuevo repaso de un libro que de manera algo misteriosa desapareció de la noche a la mañana y que, curiosamente, tuve que adquirirlo casi de manera clandestina a sobreprecio en una ciudadela habanera.
Se trata de Socialismo Traicionado (1917-1991), de los estadounidenses Roger Keeran (historiador) y Thomas Kenny (economista), con 3.000 ejemplares publicado por la editorial cubana Ciencias Sociales en el distante 2013. El texto fue prologado por Ramón Labañino Salazar, espía cubano, Héroe de la República de Cuba, desde la prisión de máxima seguridad de FCI ASHLAND, en Kentucky, EEUU donde se encontraba antes de conseguir su libertad por la tenaz insistencia internacional del propio Fidel Castro.
El libro contiene un análisis bastante profundo, según los autores, de las causas que provocaron el derrumbe del socialismo en la antigua URSS. Entre ellas, la corrupción a todos los niveles y el poder del llamado mercado negro.
Apuntaba Labañino: “Hay detalles que asombran sobremanera por su parecido a nuestra realidad actual”. Más adelante sugería que “el libro ayuda a comprender mejor qué debemos cambiar, erradicar y prevenir, al tiempo que nos alerta de errores que jamás se deben cometer”. Finalizaba entonces, “estar alertas y vigilantes para evitar errores y debilidades que pudieran llevarnos al fracaso”.
Dicho de otro modo, a lo Groucho Marx: “De victoria en victoria hasta el fracaso final”.
Muchas prolongadas siestas desde entonces más un racimo de errores, falta de audacia, desatención a los problemas del pueblo, burocracia y no dudar con la labor de servicios de inteligencia enemigos y bloqueo imperial, nos han llevado al triste panorama de hoy en día, donde la corrupción está entronada de pies a cabeza hasta en la gestión más sencilla. Tanto, que se nos está convirtiendo en un modo de vida.
¿Y el Parlamento? Bien, gracias, con ovaciones, consignas y dudosa unanimidad salvo contadas excepciones.
Cualquier interrogador profesional podría confirmar que si un sujeto, de inicio, “ha reconocido graves imputaciones”, serán extensas las declaraciones a formular relacionadas con todos los implicados en la corruptela y el buen vivir. De acuerdo a las leyes del bajo mundo, un “galletazo” para que hable y tres para que se calle.
“No cierren la puerta todavía que faltan unos cuantos”, ha suscrito un lector, representativo de la opinión popular, en Cubadebate. Parece, digo parece, que irán ante el Tribunal en cierta fila india…
Tomado de elboletín.com