El ALBA apoya a Castillo tras el golpe en Perú, denuncia guerra de leyes en Argentina
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el bloque económico y político de izquierda que une a los países de América Latina y el Caribe, se ha opuesto enérgicamente al golpe de estado en Perú y expresó su apoyo al presidente democráticamente electo del país, Pedro Castillo.
Los estados miembros del ALBA emitieron una declaración conjunta en la que señalaron que rechazan “el entramado político creado por las fuerzas de derecha de ese país en contra el Presidente Constitucional Pedro Castillo, obligándolo a tomar medidas que fueron luego aprovechadas por sus adversarios en el parlamento para destituirlo”.
La alianza condenó la violenta “represión por parte de las fuerzas del orden contra el pueblo peruano que defiende a un gobierno elegido en las urnas”.
El ALBA también denunció “las acciones judiciales políticamente motivadas” que desencadenaron un golpe judicial en Argentina. Por consiguiente, se solidarizó con la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La alianza dijo que Kirchner, al igual que Castillo, es víctima de “estrategias de guerra no convencional contra los gobiernos y líderes democráticamente elegidos de la región, empleando el uso de los procesos judiciales políticamente motivados y sin sustentación jurídica (lawfare), para destruir rivales políticos e ideológicos,”.
Los miembros del ALBA-TCP incluyen a Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y las naciones caribeñas Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
Representantes de los miembros del ALBA se reunieron en La Habana el 14 de diciembre para una cumbre celebrando su 18º aniversario.
A la conferencia asistieron el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega; el presidente de Bolivia, Luis Arce; el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit; el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell; el ministro de relaciones exteriores de Antigua y Barbuda, Everly Chet Greene; y el ministro de finanzas de Santa Lucía, Wayne Girard.
Publicaron una declaración conjunta llamando a la “defensa de la soberanía nacional sin injerencias externas”.
“Rechazamos los postulados de la Doctrina Monroe, de naturaleza colonizadora e injerencista, usados para justificar acciones desestabilizadoras e intervencionistas en América Latina y el Caribe”, escribió la Alianza Bolivariana.
Las naciones del ALBA-TCP declararon:
expresamos nuestra solidaridad con el hermano pueblo peruano, quien se ha visto afectado por una grave crisis institucional prolongada, que ha generado una serie de hechos que atenta contra la estabilidad y el bienestar de las mayorías.
Rechazamos el entramado político creado por las fuerzas de derecha de ese país en contra el Presidente Constitucional Pedro Castillo, obligándolo a tomar medidas que fueron luego aprovechadas por sus adversarios en el parlamento para destituirlo; repudiamos la represión por parte de las fuerzas del orden contra el pueblo peruano que defiende a un gobierno elegido en las urnas y hacemos un llamado al diálogo, el entendimiento y la cordura de todos los actores políticos, económicos y sociales de la República del Perú, así como alzamos nuestra voz para que se garanticen los derechos fundamentales de este pueblo hermano.
En ese sentido, el ALBA dijo:
Denunciamos la utilización de estrategias de guerra no convencional contra los gobiernos y líderes democráticamente elegidos de la región, empleando el uso de los procesos judiciales políticamente motivados y sin sustentación jurídica (lawfare), para destruir rivales políticos e ideológicos, al tiempo que condenamos la manipulación con fines políticos y desestabilizadores de los derechos humanos, las campañas de propaganda y desinformación, el uso malicioso de las tecnologías de la información y la comunicación, los ataques cibernéticos, entre otros métodos que lesionan la soberanía y la voluntad de los pueblos.
En ese sentido, expresamos nuestro más firme rechazo a las acciones judiciales políticamente motivadas contra la compañera Vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, líder clave de los procesos de integración de América Latina y del Caribe.
El ALBA también llamó a las naciones del Caribe a recibir “reparaciones por los daños del genocidio nativo, colonialismo y la esclavitud”.
En el comunicado conjunto, la Alianza Bolivariana exhortó a “la solidaridad internacional con el hermano pueblo de la República de Haití”.
Y la alianza elogió los diálogos de paz que se llevan a cabo entre Colombia y el grupo armado revolucionario el ELN.
El ALBA-TCP fue fundado en 2004 por Cuba y Venezuela, bajo el liderazgo de los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez.