
Del servicio a la lucha: las políticas de Musk y Trump perjudican a los veteranos.
Gabriel D’Alatri, un veterano del Cuerpo de Marines de los EE. UU. de Connecticut, dedicó años de su vida a servir a su país. Ahora, se encuentra desempleado, atrapado en el punto de mira de los amplios recortes de empleo bajo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk.
D’Alatri no está solo, es uno de los miles de veteranos que de repente se ven sumidos en la incertidumbre. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., el empleo de veteranos se redujo en 175,000 en febrero, lo que genera preocupaciones sobre el impacto de las políticas de reducción de costos de DOGE. Los cazatalentos de Challenger, Gray & Christmas citaron estas políticas como un factor clave detrás del aumento de las pérdidas de empleos en el gobierno, lo que afecta desproporcionadamente a los veteranos, que constituyen una parte significativa de los empleados federales (MarketWatch).
“Dediqué mi vida a servir a este país, y ahora siento que me han descartado”, dijo D’Alatri a CT Insider, describiendo su frustración después de ser despedido junto con aproximadamente otros 6,000 veteranos (CT Insider).
Los trabajos de los veteranos en la tala
Las reducciones más drásticas de la fuerza laboral han afectado al Departamento de Asuntos de Veteranos (VA). Un memorando interno de la administración de Trump reveló planes para recortar más de 80,000 empleos para volver a los niveles de personal de 2019. Si se aprueban, estos recortes reducirían la fuerza laboral del VA a menos de 400,000 empleados, lo que generó preocupaciones sobre retrasos en la atención médica y el procesamiento de beneficios (AP News).
D’Alatri y otros veteranos despedidos ahora abogan por la reincorporación de empleos, argumentando que estas políticas contradicen las repetidas promesas tanto de Musk como de Trump de apoyar a quienes han servido en el cargo.
Despidos en la industria militar y riesgos para la seguridad nacional
Los veteranos que trabajan en la fabricación de defensa también están en riesgo. El Arsenal de Watervliet, la planta de fabricación del Ejército más antigua en funcionamiento continuo en Estados Unidos, se enfrenta a una posible reducción del 40% en su fuerza laboral civil, aproximadamente 295 trabajadores. Los recortes, atribuidos a las reducciones presupuestarias del Pentágono y a las medidas de eficiencia de DOGE, podrían reducir la producción hasta en un 70% (Times Union).
“No se trata solo de empleos, se trata de seguridad nacional”, dijo un líder sindical anónimo en la instalación, según un informe. “Cuando se destruye la producción en un lugar como este, se ralentiza la fabricación de armas y se pone en riesgo a los soldados”.
Recortes a los beneficios de los veteranos: un nuevo frente de batalla
Musk también ha propuesto recortar los programas federales de ayuda social, incluida la Seguridad Social, citando un presunto fraude generalizado. Afirma que el sistema está perdiendo entre 500.000 y 700.000 millones de dólares por reclamaciones fraudulentas, cifras que superan significativamente las estimaciones de los organismos de control (AP News).
Las organizaciones de veteranos, como la Legión Americana y los Veteranos Estadounidenses Discapacitados (DAV), han criticado estas propuestas. Muchos veteranos dependen de los beneficios del Seguro Social, particularmente aquellos que son ancianos o discapacitados. En una declaración conjunta, DAV argumentó que “estos recortes traicionarían un compromiso con aquellos que han servido, creando dificultades innecesarias para miles de veteranos y sus familias”.
Contratiempos en la atención médica y la telemedicina
El acceso a la atención médica es otra preocupación creciente. El gobierno de Trump propuso una reducción de 2.000 millones de dólares en los servicios contratados por el VA, una medida que afectaría directamente la atención médica y los servicios de salud mental para los veteranos (AP News).
Además, los cambios en las políticas de telemedicina han dificultado que los veteranos reciban atención a distancia. Por ejemplo, un médico del VA en California ahora enfrenta un viaje diario de tres horas debido a las nuevas regulaciones que requieren la presencia en persona para servicios que anteriormente estaban disponibles a través de la telemedicina. Los críticos argumentan que estas políticas afectan de manera desproporcionada a los veteranos en áreas rurales y a aquellos con problemas de movilidad (San Francisco Chronicle).
“El gobierno ha estado fomentando la telemedicina durante años, y ahora están dificultando su uso”, dijo una ex enfermera de VA. “No tiene sentido, y los veteranos son los que lo sufren”.
Una protesta creciente
La reacción contra estas políticas no se ha hecho esperar. Han estallado protestas frente a hospitales y oficinas gubernamentales del VA, y los veteranos y sus familias exigen que se reviertan las políticas. Los legisladores de ambos lados del pasillo han expresado su preocupación, y algunos han pedido una legislación de emergencia para proteger los empleos y beneficios de los veteranos.
Para D’Alatri y miles de otros veteranos afectados, la lucha está lejos de terminar. “No dejamos de luchar cuando dejamos el servicio”, dijo. “Vamos a seguir luchando por nuestros empleos, por nuestra atención médica y por los beneficios que nos ganamos”.
Mientras Washington debate estas políticas, los veteranos de todo el país esperan ver si su servicio será honrado, o si serán dejados atrás una vez más.