Cuba, elecciones municipales

Aquí, Allá y Acullá

El domingo 27 fueron celebradas las elecciones municipales en los 23 480 colegios electorales habilitados en el archipiélago cubano.

Los resultados oficiales preliminares son los siguientes: 

“Electores: 8 351 311. Votaron: 5 728 220 (68,58 %) En Blanco: 5,22 %. Anuladas: 5, 67 %”.

El reporte oficial no refleja la cifra de ABSTENCIONES, por lo que, echándole mano a la calculadora, vemos que 2 623 091 (31,40 %) compatriotas no asistieron a los colegios.  

La cifra de abstenciones, quizás la más alta en varios comicios celebrados, revela el crecimiento de esta tendencia. Si a ella agregamos los % en BLANCO, voto cuya manifestación puede interpretarse desde la radical ruptura con el sistema o la insatisfacción con el proceso de nominación de los candidatos propuestos, con algunos o alguno de los propuestos, o sencillamente muestran indiferencia –actitud difícil en nuestra realidad–, resultaría en un 36, 62 %. 

En comparación, las elecciones municipales anteriores celebradas en 2017 vieron una participación electoral del 89 por ciento, que en ese momento se consideró la marca más baja en 40 años.

La importancia que reviste este ejercicio, amén de renovar y/o reelegir los delegados a los poderes populares municipales, es que permite aproximarnos a la conducta y actitudes dentro de la sociedad cubana en este momento.  La arrolladora asistencia ya no existe, a pesar de las compulsivas campañas mediáticas. 

Para mí evidencia claramente la amplitud del descontento con la situación y, para un por ciento considerable de cubanos, marca un perceptible distanciamiento de la política oficial y/o de la conducción de los asuntos públicos. Generalmente, el distanciamiento antecede al divorcio, y esta muestra puede contener ambas actitudes. 

¿Sorprende?

Si este resultado arrojara cifras propias de otras épocas, habría que cuestionarlas a fondo. Pienso que se aproxima a la realidad. En dos años han ocurrido muchas cosas en el país: crisis económica, crisis energética, alimentaria, inflación, manifestaciones de protestas públicas con cientos de procesados y sancionados, en fin, una arquitectura social en estado crítico. ¿Asistimos a un proceso de realineamientos en el cuerpo social? 

El resultado de las municipales puede darnos un indicio. 

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