A year of horror, grief and outrage (+Español)
WASHINGTON – This has been a year of unspeakable horror, grief and outrage. And now, after a year of genocide against Palestinians, the Israeli government is waging a campaign of death and destruction that has brought the Middle East to a state of war, with millions fleeing bombs — the vast majority supplied by the U.S. — in terror for their lives.
We believe that every life is precious. Every life taken, every parent, child, grandchild killed this past year was someone else’s entire world. We mourn the at least 42,000 Palestinians killed by the Israeli military, knowing the true death toll is likely far higher. We mourn the 1,200 Israelis killed in Hamas’s attacks. And we mourn the 2,000 Lebanese killed by Israeli bombardment.
But we cannot only mourn, with millions under current threat — we must fight like hell for the living. Today, we recommit ourselves to that fight: for an end to U.S. bombs and funding to the Israeli military, for a ceasefire and the release of 100 Israeli and 10,000 Palestinian hostages, and for an end to Israeli genocide and apartheid. To a future of liberation for all.
For a year we have warned that if the United States continued to support the Israeli government’s genocide, and allowed it to operate with impunity, that Israelwould expand the war across the Middle East. Over the past weeks, we have seen this happen. Last week, the Israeli government escalated its genocide in Gaza, bombarded and launched a ground invasion into Lebanon, and bombed Yemen and Syria. We call on all who are committed to the sanctity of life to join us in demanding the United States government stop funding and arming the Israeli military.
The Israeli government is defying international law, recklessly violating human rights and endangering millions of lives across the Middle East, including the lives of its own citizens. And it has been doing so for decades. Over the last year, the Israeli military carried out a genocide in Gaza, destroying schools, hospitals, refugee camps, homes and rendering life in Gaza nearly impossible. And every day for the last year, the U.S. government continued funding and enabling these atrocities. Calls from the Biden administration for de-escalation or a ceasefire are meaningless and hollow when they are paired with ongoing military funding and weapons shipments.
At Jewish Voice for Peace, our commitment to Palestinian liberation is grounded in our belief that every human must have the right to live in safety and freedom, no exceptions. Our Jewish tradition teaches us that the preservation of life, pikuach nefesh, is the single most important commandment. But for 76 years, the Israeli government has exploited and distorted our thousands of years-old Jewish tradition to justify occupation, apartheid, war crimes, and ethnic cleansing.
This ten-day period between Rosh Hashanah and Yom Kippur, known as the days of teshuva, or reckoning, is the holiest part of the Jewish year. It is during this period that our tradition asks us to reflect on our transgressions and to change course. On the most holy week of the Jewish year, we call on the United States government to change course, to stop funding and fueling the Israeli military which is endangering humanity.
As Americans, our tax dollars fund the bombs that the Israeli government drops on Gaza, in Lebanon, and across the entire region. As Jews, many of us are the descendants of those who survived genocide and ethnic cleansing. Our ancestors taught us to never be bystanders in the face of injustice. We are all responsible for taking action to change the course of history and to defend the millions of lives that hang in the balance.
Jewish Voice for Peace is a national, grassroots organization inspired by Jewish tradition to work for a just and lasting peace according to principles of human rights, equality, and international law for all the people of Israel and Palestine. JVP has over 200,000 online supporters, over 70 chapters, a youth wing, a Rabbinic Council, an Artist Council, an Academic Advisory Council, and an Advisory Board made up of leading U.S. intellectuals and artists.
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Traducción al Español:
Un año de horror, dolor e indignación
WASHINGTON – Este ha sido un año de horror, dolor e indignación indescriptibles. Y ahora, después de un año de genocidio contra los palestinos, el gobierno israelí está librando una campaña de muerte y destrucción que ha llevado a Oriente Medio a un estado de guerra, con millones de personas huyendo de las bombas –la gran mayoría suministradas por los Estados Unidos– aterrorizadas por sus vidas.
Creemos que cada vida es preciosa. Cada vida arrebatada, cada padre, hijo, nieto asesinado el año pasado era el mundo entero de alguien más. Lamentamos los al menos 42.000 palestinos asesinados por el ejército israelí, sabiendo que la verdadera cifra de muertos es probablemente mucho mayor. Lamentamos los 1.200 israelíes muertos en los ataques de Hamás. Y lamentamos los 2.000 libaneses muertos por los bombardeos israelíes.
Pero no podemos sólo lamentar, cuando millones de personas están bajo amenaza actual: debemos luchar como el diablo por los vivos. Hoy, volvemos a comprometernos con esa lucha: por el fin de las bombas estadounidenses y de la financiación al ejército israelí, por un alto el fuego y la liberación de 100 rehenes israelíes y 10.000 palestinos, y por el fin del genocidio y el apartheid israelíes. Por un futuro de liberación para todos.
Durante un año hemos advertido que si Estados Unidos seguía apoyando el genocidio del gobierno israelí y le permitía actuar con impunidad, Israel expandiría la guerra por todo Oriente Medio. En las últimas semanas, hemos visto que esto ha sucedido. La semana pasada, el gobierno israelí intensificó su genocidio en Gaza, bombardeó y lanzó una invasión terrestre en el Líbano, y bombardeó Yemen y Siria. Hacemos un llamado a todos los que están comprometidos con la santidad de la vida a que se unan a nosotros para exigir al gobierno de Estados Unidos que deje de financiar y armar al ejército israelí.
El gobierno israelí está desafiando el derecho internacional, violando imprudentemente los derechos humanos y poniendo en peligro millones de vidas en todo Oriente Medio, incluidas las vidas de sus propios ciudadanos. Y lo ha estado haciendo durante décadas. Durante el último año, el ejército israelí llevó a cabo un genocidio en Gaza, destruyendo escuelas, hospitales, campos de refugiados, hogares y haciendo que la vida en Gaza sea casi imposible. Y todos los días durante el último año, el gobierno de Estados Unidos siguió financiando y permitiendo estas atrocidades. Los llamados de la administración Biden a una desescalada o un alto el fuego carecen de sentido y son huecos cuando se combinan con la financiación militar y los envíos de armas en curso.
En Jewish Voice for Peace, nuestro compromiso con la liberación palestina se basa en nuestra creencia de que todo ser humano debe tener el derecho a vivir en seguridad y libertad, sin excepciones. Nuestra tradición judía nos enseña que la preservación de la vida, pikuach nefesh, es el mandamiento más importante. Pero durante 76 años, el gobierno israelí ha explotado y distorsionado nuestra tradición judía de miles de años para justificar la ocupación, el apartheid, los crímenes de guerra y la limpieza étnica.
Este período de diez días entre Rosh Hashaná y Yom Kippur, conocido como los días de teshuvá o ajuste de cuentas, es la parte más sagrada del año judío. Es durante este período que nuestra tradición nos pide que reflexionemos sobre nuestras transgresiones y cambiemos de rumbo. En la semana más sagrada del año judío, hacemos un llamado al gobierno de los Estados Unidos para que cambie de rumbo, deje de financiar y alimentar al ejército israelí que está poniendo en peligro a la humanidad.
Como estadounidenses, nuestros dólares de impuestos financian las bombas que el gobierno israelí arroja sobre Gaza, en el Líbano y en toda la región. Como judíos, muchos de nosotros somos descendientes de quienes sobrevivieron al genocidio y la limpieza étnica. Nuestros antepasados nos enseñaron a nunca ser espectadores frente a la injusticia. Todos somos responsables de tomar medidas para cambiar el curso de la historia y defender los millones de vidas que están en juego.