“Te vamos a matar”: informe del FBI relata las amenazas a Carlos Muñiz Varela
La oficina federal publicó 47 páginas de documentos como respuesta a la petición de desclasificación de las congresistas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio Cortez.
Washington D.C. – Cinco meses antes de ser asesinado, Carlos Muñiz Varela, uno de los pioneros de los viajes del exilio cubano a La Habana durante el gobierno de Fidel Castro, recibió una llamada telefónica anónima: “Te vamos a matar”.
El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) relata esa amenaza, de noviembre de 1978, en un informe del 3 de diciembre de 1979 que es parte de las 47 páginas sobre el caso de Muñiz Varela que recién publicaron en respuesta a los reclamos de las congresistas demócratas puertorriqueñas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio Cortez para que desclasifiquen los documentos relacionados con ese crimen.

Los documentos arrojan pocos datos nuevos sobre el caso de Muñiz Varela, cofundador de Viajes Varadero, quien fue tiroteado en una calle de Guaynabo el 28 de abril de 1979. Murió dos días después, a los 26 años de edad.
El principal documento es el informe del 3 de diciembre de 1979, de ocho páginas, que la oficina de San Juan refirió al director del FBI bajo el título “Terrorismo del exilio cubano” y confirma que, temprano en la investigación, las autoridades puertorriqueñas y estadounidenses tuvieron, al menos, cinco potenciales sospechosos.
Ese informe del FBI había sido obtenido, en 2022, por el Comité de Amigos y Familiares de Carlos Muñiz Varela –por medio de la ley federal de libertad de información– y reseñado en términos muy generales, en 2023, por El Nuevo Día.
“Esta vez, tiene tachaduras solo sobre los informantes. Lo importante es que ahora no somos nosotros quienes lo hacemos público, sino el FBI”, dijo Raúl Álzaga Manresa, portavoz del Comité de Amigos y Familiares de Carlos Muñiz Varela, al indicar que aún esperan por conocer si la secretaria de Justicia de Puerto Rico, Lourdes Gómez, divulgará el expediente del caso, como solicitó el Senado puertorriqueño, o continuará la investigación criminal.
Además, Álzaga Manresa –cuyo comité ha obtenido en las últimas dos décadas mucha más información de la que divulga el FBI a petición de las congresistas– dijo que siguen pendientes de la solicitud de información que, independientemente, ha hecho el Senado de Puerto Rico a las autoridades federales.
Muñiz Varela, Álzaga Manresa y Ricardo Fraga fueron los fundadores de la agencia Viajes Varadero, que comenzó a promover los viajes del exilio cubano a La Habana desde San Juan, ante los cuales “extremistas de derecha”–como la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU)– respondieron con actos de violencia, según el FBI.
Las 47 páginas sobre el caso de Muñiz Varela fueron divulgadas en respuesta a un reclamo de información que hicieron, en febrero, las congresistas Velázquez y Ocasio Cortez, ambas electas por distritos de Nueva York, al FBI y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) para que desclasifiquen “toda documentación” que ayude a esclarecer los asesinatos de Muñiz Varela y Santiago Mari Pesquera, hijo del histórico líder socialista Juan Mari Brás, ocurridos hace medio siglo.
Las congresistas afirmaron que se trata de casos de “terrorismo doméstico”.
La CIA respondió aquel pedido alegando que otras oficinas del gobierno de Estados Unidos “están mejor posicionadas” para ofrecer información sobre esos casos. Mientras, el FBI, aunque publicó el mes pasado documentos sobre el caso de Muñiz Varela, indicó a las congresistas que no tenía información sobre el asesinato de Mari Pesquera.
La petición de Velázquez y Ocasio Cortez se dio después que la CIA divulgara documentos solicitados por los también demócratas del Congreso Joaquín Castro (Texas) y Jimmy Gómez (California) que reflejaron que esa agencia federal investigó grupos independentistas de Puerto Rico y entrenó exiliados cubanos en terrenos militares de Vieques, en 1960, de cara a la invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba, con el objetivo de derrocar el gobierno de Castro.
La solicitud de Castro y Gómez al FBI y la CIA estaba dirigida a desclasificar documentos sobre la persecución contra latinos vinculados al movimiento pro-derechos civiles en Estados Unidos. Pero, por alguna razón, la CIA incluyó asuntos referentes a la persecución en contra del independentismo puertorriqueño.
En el informe de diciembre de 1979, que el FBI entregó con menos tachaduras, se mencionan, al menos, cinco miembros del exilio cubano que pudieron estar, de alguna forma, relacionados con grupos que buscaban atentar en contra de Muñiz Varela y directivos de Viajes Varadero: Reinol Rodríguez, Ruperto Pérez Ortega, Ernesto Lluesma Parés, Armando Ruiz Maceiras y Ramón Álvarez Lombana.
La oficina de San Juan del FBI mantuvo que los datos eran producto de sus informantes que, aunque no fueron corroborados por otras fuentes, no debían ser descartados.
A Rodríguez –quien, como ha publicado este medio, se acogió a la Quinta Enmienda cuando el entonces fiscal del Departamento de Justicia, Pedro Tomás Berríos Lara, le fue a entrevistar en Miami (Florida)–, se le vuelve a mencionar como líder de la CORU.
Otros informantes del FBI han mencionado también como líderes de la CORU a Osvaldo Bencomo, Julio Labatut y Otto Poland, según documentos previamente obtenidos por el Comité de Amigos y Familiares Carlos Muñiz Varela.
Muchas de las personas mencionadas por el FBI en relación al caso de Muñiz Varela –incluidos documentos obtenidos independientemente por el Comité de Amigos y Familiares– fueron entrevistadas en su momento por las autoridades puertorriqueñas.
De todos los mencionados por el FBI en el documento de diciembre de 1979, solo Rodríguez y Pérez Ortega, residentes en Miami, están vivos, según conoce Álzaga Manresa.
“Todo este proceso demuestra que ha habido muchas pistas importantes que no se han desarrollado”, agregó Álzaga Manresa, quien advirtió que todavía aspiran a que las autoridades puertorriqueñas y federales estén dispuestas a continuar la investigación sobre el asesinato de Muñiz Varela y entregar toda la información que puedan tener sobre el caso.
Otros documentos confirman que las autoridades federales tenían interceptado el teléfono de Muñiz Varela. “Hubo que esperar 46 años para que se divulgaran los nombres de los posibles sospechosos de los que participaron en el asesinato y conspiración”, agregó Álzaga Manresa.
El informe de 1979
El informe del 3 de diciembre de 1979 indica que, desde que Viajes Varadero iba a comenzar a operar, en noviembre de 1978, Muñiz Varela recibió una llamada telefónica en la que una persona, sin identificarse, amenazó con matarlo.
“Después del primer viaje oficial bajo el programa (Reunificación de la Familia Cubana), en diciembre de 1978, el periódico de la derecha del exilio cubano La Crónica, publicado en Puerto Rico, comenzó una campaña de descrédito de la agencia de viajes y su personal”, indica el informe de la oficina de San Juan del FBI a su director en Washington D.C.
“Todo este proceso demuestra que ha habido muchas pistas importantes que no se han desarrollado.” —RAÚL ÁLZAGA MANRESA, PORTAVOZ DEL COMITÉ DE AMIGOS Y FAMILIARES DE CARLOS MUÑIZ VARELA
En ese sentido, el 4 de enero de 1979, ocurrió el primer atentado en contra de Viajes Varadero, con la detonación de un artefacto explosivo de alta potencia.
En aquel momento, el jefe de la Sección de Explosivos de la Policía, Jesús García, informó que un anónimo llamó a la estación radial WKAQ para indicar que el comando “Cézar (sic) Báez” había reclamado la autoría del atentado. El informe de la oficina de San Juan del FBI da a entender que sabía quién fue el autor de la llamada telefónica, pero tacha su nombre.
El informe del FBI señala que su oficina de San Juan no pudo establecer una conexión entre la llamada y el asesinato de Muñiz Varela. Sin embargo, menciona otra llamada telefónica anónima a WKAQ, el 1 de mayo de 1979, atribuyendo el asesinato al grupo Omega 7 y un comunicado que llegó, 20 días después, a la redacción de United Press International (UPI) amenazando, incluso, a todo exiliado cubano que participara del programa con “juzgarlos” como hicieron con Muñiz Varela.
En torno a Ruiz Maceiras, el FBI dice que, un día después de Muñiz Varela haber sido tiroteado, acudió a su trabajo nervioso y pidió a su patrono que dijera, si le preguntaban, que estuvo aquel día trabajando hasta tarde. El documento del FBI indica que el empleador le advirtió que no iba a mentir.
Entrevistado por la Policía de Puerto Rico, Ruiz Maceiras negó tener algún conocimiento sobre el asesinato. La Policía, después, informó al FBI que Ruiz Maceiras estuvo todo el día del 28 de abril de 1979 en su casa. Pero el FBI menciona, en el informe de diciembre de 1979, que pudo haber estado vinculado a la conspiración y haber provisto un arma a Lluesma Parés.
El informante que es citado por el FBI también ofrece información sobre los demás potenciales sospechosos de aquel momento, incluidos Álvarez Lombana –a quien la fuente del FBI menciona tan temprano como el 15 de mayo de 1979, es decir, dos semanas después del asesinato– y Pérez Ortega.
