La fuga de un viceministro cubano

La desbandada en los últimos años ha sido tal que, hipotéticamente, ya se puede formar un gobierno provisional cubano en Miami.

El viceministro Juan Carlos Santana Novoa ajustó en México el micrófono en la Cumbre Técnica de Comisiones Americanas de Seguridad Social, expuso con toda firmeza los avances logrados en ese campo por el ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba y con la misma, a lo Harry Houdini, con azul guayabera, desapareció para ser encontrado en EEUU.

Más que el bloqueo imperial, estandarte en extremo socorrido para justificar la crítica situación que se vive en la isla en todos los órdenes, la doble moral cunde hasta en las más altas instancias de la gobernabilidad.

Allá los que se alarmaron con la noticia porque en lo personal no me tomó por sorpresa. La desbandada en los últimos años ha sido tal que, hipotéticamente, ya se puede formar un gobierno provisional cubano en Miami donde no falten altos cargos para cubrir los más diversos ministerios, instituciones, denominaciones religiosas, agrupaciones musicales o equipos deportivos.

Mucha razón tenía aquel viejo polizón que apareció en la segunda bodega de nuestro buque-polvorín Topaz Islands camino de la guerra en Angola a mediados de los 70s cuando me aconsejaba varias veces que no siguiera hombres, sino ideas.

Cualquier colega que se respete podrá relatar fatales encontronazos con ministros cubanos. Tuve uno con el entonces número uno de Salud Pública (1995-2002), el doctor Carlos Dotres. En la crónica aparecida en España lo tildaba de mentiroso y homosexual, aunque esto último haya dejado de ser censurable en la isla. “De poco fiar y voz aflautada” suscribí en ese momento.

Cuentan gente amiga que Dotres puso el grito en el cielo. Iniciaron la búsqueda y captura. Fueron a las vecinas oficinas de Prensa Latina y allí informaron que ellos eran gente seria y comprometida. Finalmente, dieron conmigo, me citaron a la oficina del verdugo y resultó que fui absuelto e invitado a empinarme un ron en ayunas a las nueve de la mañana.

Dotres, poco tiempo después, en el 2016 puso pies en polvorosa y es dueño de una clínica privada en Cancún, México donde ha aglutinado a los mejores especialistas que se han largado del país.

Entonces, la historia y el acontecer resultan más claros que el agua. Algún que otro fidelista vivo, incluso el líder, no pensaría dos veces en volver a pedirle: “Sacude la mata, Fidel” aunque vivamos ya otros tiempos y sea diferente la forma de conducir un país al borde del caos.

Tomado de elboletín.com

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