10 años después, recordando Aruca

Esta semana hace diez años que perdimos a nuestro amigo y fundador Francisco Aruca. Habíamos hablado la noche anterior, antes de su repentina e inoportuna muerte, mientras preparábamos un programa de radio sobre la muerte del exlíder venezolano Hugo Chávez, fallecido ese día 5 de marzo.

Nunca grabamos el programa. El 6 de marzo de 2013 recibí un brevísimo mensaje del hijo de Aruca informándome que su padre había muerto muy temprano esa mañana mientras dormía. Luego de confirmar la noticia, me volteé hacia mi hija pequeña que estaba conmigo en ese momento y le dije: “Mi amigo Aruca murió anoche”, mientras trataba inútilmente de que no me salieran las lágrimas.

Escribo sobre él esta semana porque 10 años después de su muerte es nuestro trabajo, a través de uno de los medios que creó, mantener vivos su espíritu e ideas en la mente de tantos de nosotros que lo respetamos y valoramos.

Y mirando hacia atrás a lo que ha ocurrido desde que nos dejó, a menudo me pregunto qué pensaría él de nuestra política hoy. Se disgustaría, estoy seguro. Diablos, estaba disgustado en ese entonces y las cosas solo empeoraron. También me entristece pensar que Aruca nunca vio el triunfo del 17 de diciembre de 2014. Lo llamo un triunfo porque había dedicado su vida y sus negocios a este único objetivo: el desmantelamiento del embargo pieza por pieza, y consideraría este un gran primer paso. Habría estado, y una parte de él tampoco estaría muy asombrado con las elecciones de Trump y los resultados posteriores.

También me gustaría mencionar que Francisco Aruca demostró en su política una valentía y honestidad pocas veces vista hoy por políticos de cualquier tipo. Vivió de acuerdo con sus convicciones y enfrentó las consecuencias de frente. ¿Cuántos políticos o personas que viven en el mundo político dicen la verdad al poder? Aruca lo hizo…

Pero permítanme compartir con ustedes algunos de los pensamientos recibidos esta semana por correo electrónico de muy buenos y cercanos amigos de Aruca, que ayudan a describirlo en sus propias palabras:

  • Desempeñó un papel clave en la reunificación familiar de los cubanos. Y contribuyó en gran medida al establecimiento de viajes a Cuba en 1979. Mantuvo su compromiso con la reunificación de los cubanos hasta el final de su vida.
  • Contribuyó al establecimiento y continuidad de los viajes a Cuba de ciudadanos estadounidenses.
  • En 1991 fundó Radio Progreso de Miami, tarea que desempeñó durante casi 20 años. El lema de Radio Progreso fue “Adiós a la impunidad” en Miami. Durante un tiempo tuvo un programa en inglés que sus enemigos se esforzaron por detener.
  • Sus claros análisis de las situaciones locales, nacionales y latinoamericanas se han extrañado enormemente en los 10 años transcurridos desde su muerte.
  • Ayudó a fundar Progreso Weekly y Progreso Semanal a principios de siglo.
  • Durante años, y a menudo en silencio, estuvo involucrado en la política local y nacional, y con éxito en numerosos empeños.
  • Era un hombre muy valiente, constante en todos sus proyectos a pesar de tener una gran cantidad de enemigos. Desde 1978 hasta su muerte, hubo muchas amenazas de muerte y ataques físicos contra él y sus proyectos, incluso con bombas.
  • También tenía un gran sentido del humor, a menudo desplegado durante sus programas de radio.

En cuanto a su sentido del humor, Aruca y yo hablábamos por teléfono casi todos los días. Era parte de nuestro trabajo. Nos mantendríamos informados de las noticias, de lo que estaba pasando… Curiosamente, a lo largo de los años nos dimos cuenta de que, con bastante frecuencia, cuando hablábamos, oíamos un “clic” en la línea telefónica. Aruca se reía y me decía: “Dios, si realmente nos escucharan, podríamos ayudarlos a resolver algunos problemas reales”.

Terminaré repitiendo lo que he dicho a menudo. Aruca pudo haber sido una de las figuras políticas más importantes, si no la más importante, en Miami durante la década de los noventa. Trató de enseñar a muchos en esta ciudad lo que implica una democracia. Y eso, te diría, significa aceptar y escuchar opiniones e ideas diferentes. Lo vivió a diario desafiando la visión generalizada de Miami sobre la situación de Cuba durante programas radiales que ponían en peligro su vida en esta ciudad. Lo hizo… con valentía.

Tristemente, Miami y las personas que la dirigen nunca han reconocido a Aruca como merecía ser honrado. Aquí estaba un hombre que previó muchos de los males sociales y políticos que sufrimos hoy. Y vio a Miami como una incubadora del caos y la corrupción que culminaron en la violencia, el odio y la incoherencia política, liderados por la codicia y los intereses de las grandes sumas de dinero, que vemos hoy. Aruca vio eso y habló de ello por las ondas durante dos décadas. Y nunca se echó atrás.

Terminaré citando uno de sus aforismos favoritos atribuido a Santa Teresa de Ávila: “Dios escribe derecho con renglones torcidos”.

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