La culpa es del sistema cubano, pero nuestro embargo no hace más que empeorar el sufrimiento

Tenía ganas de volver a Cuba. Durante las Navidades volví, sólo a La Habana, esa ciudad viuda, y me perdí en lo mejor de Cuba: su arquitectura, su comida, su música y su gente.

Pero a mi alrededor había muchas señales de la otra Cuba, la Cuba que está in extremis, la Cuba que está impulsando a sus ciudadanos a abandonar el país en cantidades sin precedentes.

En 2022, según algunas cuentas, alrededor de 400.000 cubanos partieron en busca de trabajo y una nueva vida en cualquier lugar del mundo donde pudieran encontrarla. La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza estima que en un período reciente de dos años, 425.000 personas buscaron ingresar a Estados Unidos.

La Habana, como algunas de las ciudades coloniales más pequeñas que visité anteriormente, es una delicia. Se encuentra entre las grandes “ciudades construidas” del mundo, al igual que París, Viena y San Petersburgo. Sin embargo, como La Habana es compacta, se ve fácilmente; es el tipo de lugar en el que sientes que puedes abrazarla.

La grandeza de su pasado colonial, su riqueza de otra época, está por todas partes. También lo es la pobreza de hoy. De hecho, algunas calles están tristes con todas las manifestaciones de los países pobres: gente recogiendo basura, carros de pedales e incluso carros de bueyes. Hay pocas personas con sobrepeso y, si bien la comida cubana es compleja y sofisticada, me dicen que los cubanos sobreviven con arroz y frijoles.

Los cubanos también hacen cola. En broma, un cubano me dijo: “Cuando vemos una fila, vamos y nos paramos en ella; debe ser algo bueno y, como todo lo bueno aquí, escasea”.

La comida para quienes están fuera de la economía turística impulsada por el dólar es una lucha, al igual que las medicinas y las cosas simples, como su champú favorito o productos de papel de todo tipo. Para los viajeros, uno de los placeres de La Habana es que siempre consiguen una servilleta de tela, no por elección sino por necesidad. Nuestro nuevo y confortable hotel se quedó sin papel higiénico. La obsesión estadounidense por llevar Kleenex resultó útil.

Los automóviles de la década de 1950 son tan abundantes como siempre, pero muchos han sido rediseñados con modernos motores japoneses o rusos; algunos declaran que son todas piezas originales y utilizan a cubanos en el extranjero para hurgar en depósitos de chatarra y enviar piezas en el equipaje de sus familiares.

Las sanciones, con pequeñas modificaciones, han durado desde 1962 y son las más largas en la historia de Estados Unidos, y no han funcionado. No han derrocado al Partido Comunista, no han liberado a la prensa ni han mejorado la vida de los cubanos. En cambio, han restado esperanza.

El embargo es una cruz peculiar que sólo Cuba lleva, especialmente cuando se piensa en los muchos regímenes dictatoriales que toleramos y de los que somos amigos.

El periódico The Hill informó que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le dijo al presidente Joe Biden en una llamada telefónica que podría ayudar a reducir la migración en la región si podía aflojar las sanciones a Cuba. Es difícil encontrar un cubano que quiera salir de la isla pero no lo haría si pudiera.

Después de 20 años, esperaba encontrar una Cuba más próspera, pero no ha sucedido. Las pequeñas áreas de libre empresa permitidas por el Estado han creado pequeñas oligarquías. Los taxistas y camareros ganan mucho más dinero que los médicos e ingenieros. Estos profesionales cuentan entre las exportaciones de Cuba, su fuga de cerebros. Lo bueno es que muchos restaurantes privados tienen una próspera cultura gastronómica para quienes pueden permitírselo.

La culpa es del fallido modelo comunista cubano, pero Estados Unidos no ha ayudado. He sentido, desde hace 40 años, que Cuba se desharía del comunismo si la dejáramos en paz y nos deshiciésemos del embargo, que tiene más que ver con la política estadounidense que con la política de Cuba.

Mientras tanto, visita Cuba mientras puedas. Es un placer para la vista, los oídos y el paladar. No te arrepentirás.

Tomado de InsideSources.com. Traduccion por Progreso Semanal.